Elon Musk, conocido por ser el cerebro detrás de empresas revolucionarias como SpaceX y Tesla, no solo ha impactado el mundo tecnológico y empresarial con sus innovaciones, sino que también ha abierto un diálogo sobre la salud mental al compartir sus propias experiencias con la depresión y el uso de la ketamina.
En una entrevista reciente en internet con Don Lemon, Musk develó que pasa regularmente por estados depresivos y que para combatirlo, su médico le ha recetado “una pequeña cantidad de ketamina una vez cada dos semanas”.
Musk aseveró que para enfrentar “la ketamina es útil para salir del estado de ánimo negativo” y que su cerebro tiene una especie de estado químico negativo “como depresión supongo, o depresión que no está vinculada a ninguna noticia negativa”.
Durante su charla con Don Lemon, el empresario afirma que su depresión tiene un origen genético y que hasta el momento no ha sido un problema para sus inversionistas.
No es la primera vez que Musk habla de su estado mental y su neurodivergencia. En una aparición en “Saturday Night Live”, compartió que tiene Síndrome de Asperger, un espectro autista que puede afectar la comunicación y la interacción social.
En una revelación que ha capturado la atención pública, Musk discutió abiertamente su uso ocasional de ketamina, una sustancia conocida por sus efectos analgésicos y, en algunos contextos, por su potencial alucinógeno.
Este comentario surgió en medio de discusiones sobre la salud mental y las maneras poco convencionales de abordarla, destacando el debate sobre el uso de sustancias controladas para el tratamiento de condiciones psicológicas.
El uso de ketamina, como señaló Musk, no está exento de controversia. Aunque puede ofrecer alivio temporal de la depresión, sus efectos secundarios, que incluyen potencial alucinógeno, disociación y riesgos físicos graves, subrayan la importancia de abordar la salud mental con cuidado y bajo supervisión médica.
