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10-01-2022, 6:59:15 AM

El sistema Íñigo Montoya: cómo presentarte para causar una impresión

Cuatro pasos para hacerte notar. #Comunicación #PrincessBride

© Depositphotos.com

He capacitado en comunicación desde hace más de veinte años. La mayoría de las personas desea convertirse en un gran orador, y eso es maravilloso. Sin embargo, ser un gran orador no es la habilidad comunicativa más útil en tu desarrollo personal y profesional. ¿Has pensado en cómo presentarte con las personas?

¿Cuántas veces al año entregas un gran discurso? ¿Una, dos? ¿Cuántas veces en toda tu vida? Si bien los hábitos de comunicación son una de las habilidades transportables más relevantes en los negocios, existen muchas otras instancias en las que saber comunicar es vital, y que son mucho más comunes: suceden casi todos los días.

Una de las más habituales es la presentación, o la manera en que logramos presentarnos y conectar con una persona que acabamos de conocer. Es el primer paso del pitch del elevador y una de las mejores maneras de crear redes personales y de negocios que se conviertan en plataformas efectivas de crecimiento.

A veces ya estamos allí, en el brindis, o el congreso o la comida en donde vamos específicamente a conocer personas. Pero en el momento crucial, nos paralizamos y solamente hablamos con quienes ya conocemos. 

¿Quieres saber cómo abrir una conversación con una persona que no conoces? Entonces, te invito a conocer al gran Íñigo Montoya.

LA PRINCESA PROMETIDA

He usado a Íñigo desde hace años para ayudar a mis alumnos a recordar una estructura sencilla en una primera presentación.

Íñigo Montoya es un personaje ficticio en una de las películas más exitosas de las últimas décadas: The Princess Bride (en español: La Princesa Prometida), y una que ha amasado una fanbase inmensa, que le considera una de las mejores películas de la historia, con un Tomatómetro de 98%, y que aparece consistentemente en las listas de mejores películas del siglo XX. Si no la has visto, puedes verla en Netflix. 

La película tiene un argumento complejo. La historia es un cuento clásico de amor y aventuras en el que la hermosa Buttercup, comprometida con el odioso príncipe Humperdinck, es secuestrada y retenida contra su voluntad para iniciar una guerra. Dependerá de Westley (su novio de la infancia, que ahora es el temido Pirata Roberts) para salvarla. En el camino se encuentra con un ladrón y sus ayudantes contratados, un espadachín consumado (Montoya) y un gigante enorme. quienes se convierten en sus compañeros de aventura. Tienes que verla.

En una de las escenas más famosas de la saga, el espadachín Íñigo Montoya se encuentra con su enemigo y, mientras se enfrentan en mortal duelo, repite insistentemente las mismas palabras:

Hola. 

Mi nombre es Íñigo Montoya. 

Tú mataste a mi padre. 

Prepárate para morir.

Más allá de la historia y de su final (aquí no hay spoilers), la frase resulta una masterclass en comunicación interpersonal, y usar su estructura te permitirá presentarte con cualquier persona sin mayor problema.

Imagen: The Princess Bride vía YouTube.

PALABRA DE ESPADACHÍN

La estructura es sencilla y consta de cuatro pasos:

  1. “Hola” – Saluda con sencillez.
  2. “Mi nombre es Íñigo Montoya” – Identifícate.
  3. “Mataste a mi padre” – Señala una relación relevante.
  4. “Prepárate para morir” – Establece expectativas

 Vamos paso por paso.

1. “Hola” – Saluda con sencillez

Acércate a la persona con la que deseas presentarte y di “¡Hola!”, con una gran sonrisa y mirándole a los ojos. Puedes decir “Buenos días”, o “Buenas tardes”, pero mantenlo sencillo.

No digas “¿Cómo estás?” ni introduzcas una pregunta innecesaria, pues recibirás una respuesta prediseñada que terminará con la conversación, o un silencio incómodo. Solo di “Hola” y pasa a lo siguiente. 

Tampoco hagas florituras o halagos innecesarios. No estás en la corte del rey de Francia. Sé sencillo y humano.

2. “Mi nombre es Íñigo Montoya” – Identifícate

Preséntate, también, con sencillez. Di “Soy Manuel Fernández” o “soy Mónica Gálvez”, tu nombre y primer apellido bastarán habitualmente; en algunos casos, solo el primero. Recuerda que en esos momentos tu interlocutor aún no está “guardando” información. A menos que crees una conexión, y pronto, te olvidará en segundos. 

El siguiente paso es esencial.

3. “Mataste a mi padre” – Señala una relación relevante

Establece alguna relación o elemento de conexión que los una a ambos dentro de un mismo universo; algo que te haga separarte de “el montón” y que obligue a hacer una pausa a tu interlocutor. Algo que logre que, por fin, te “vea” de verdad, que te note y distinga de entre la multitud:

  • “Hola, me llamo Manuel, yo también estudié en tal universidad”, o
  • “Hola, soy Felipe; yo también soy pianista”, o
  • “Hola, soy Fernanda, y soy amiga de tu hija lucía”.

No uses aquí tu currículo, pues puede resultar pesado. No digas “Hola, soy Aura, soy Miss Universo”, o “Soy Arturo, Director de esta empresa”. Estas auto-presentaciones suenan sobradas y un tanto presumidas. Úsalas bajo tu riesgo y solo como último recurso si no existe relación relevante. En general, para hablar bien de ti, es mejor que lo haga otra persona.

4. “Prepárate para morir” – Establece expectativas

Finalmente, plantéale el asunto del que quieres hablar, y que no se convierta en una presentación que no va a ninguna parte: tiempo perdido. Incluso si tu objetivo es solamente saludar y agradecer, hazlo saber por adelantado.

  • “Hola, soy Paula, amiga de tu hijo Eduardo. Solo quiero decirte que tu libro me cambió la vida. ¡Gracias!”
  • “Hola, soy Carlos, también soy químico. Disfruté mucho su ponencia ¿puedo hacerle una pregunta?”
  • “Hola, soy Marisela, nos conocimos antes, en Argentina. Quiero presentarte un proyecto que tenemos entre manos, que creo te puede interesar. ¿Crees que podrías darme una cita posteriormente?”
  • “Hola, soy Gerardo y soy un mago. ¿Podría hacerle una pequeña magia para mi canal de YouTube?”

Recuerda: No pierdas tiempo en conversaciones muertas sobre el clima o el futbol. En cambio, eleva tu curiosidad y tu recordabilidad utilizando los Cuatro pasos de Íñigo Montoya. No abuses de un primer encuentro: en un pitch de elevador no se cierran negocios, sino que se abren caminos. Si quieres profundizar un tema, lo mejor es que busques una cita posterior.

Que te presentes bien no garantiza que te van a decir que sí. Hay miles de razones por las que otra persona puede no recibirte bien. Lleva prisa, está ocupada o no está interesada en salir en tu canal de YouTube. ¡Viva la libertad! No te desanimes y sigue practicando los cuatro pasos hasta que seas un maestro espadachín, como nuestro héroe. 

¿Dudas aún de su eficacia? Sé que prometí no spoilers, pero diré una pequeña cosa: al final Íñigo logra vengar a su padre. ¡Misión cumplida! 

autor Dircom en Universidad Panamericana Aguascalientes. Oratoria, comunicación estratégica, storytelling. Creador de @Dibujomentarios. Socio en DiezLetras Comunicación. Autor de la saga de El Delegado Francés y algunos otros títulos, como Todos Hablan, Pocos Conectan y Como Pez en el Agua. Abogado y Doctorando en Comunicación. Sigue su podcast "Todos Hablan, Pocos Conectan" en Spotify y consigue sus libros en Amazon.