



A finales del siglo XIX, un inmigrante italiano llegó a México para fundar una droguería que, a más de 160 años, sigue produciendo productos de higiene, belleza y nutrición, no solo para los hogares mexicanos sino de más de 25 países. Esta empresa familiar 100% nacional actualmente se encuentra en manos de la quinta generación, quienes no solo buscan mantener sino seguir haciendo crecer el legado de su fundador: José Grisi.
Esta es la historia de la famosa y revolucionaria droguería mexicana que en su época fue la sensación y que sigue dando de qué hablar en la actualidad.
En 1860, el médico Giuseppe Grisi, mejor conocido como José Grisi, quien se dedicaba a desarrollar fórmulas y productos farmacéuticos, llegó a México proveniente de Italia. Desde que arribó al que sería su nuevo hogar, se dedicó a investigar y experimentar con todo tipo de componentes naturales para seguir innovando en el área del bienestar.
Tres años después de establecerse en suelo mexicano, Grisi creó el “Emplasto Monopolis” o “Parche Monopolis”, un revolucionario medicamento para la época. Este ungüento hecho a base de productos naturales e hipoalergénico, aseguraban, servía para curar llagas, heridas, tumores, gangrenas, úlceras, almorranas, piquetes de animales y más.
El producto desarrollado en sus laboratorios ubicados en el pueblo de San Ángel (entonces cercano a la Ciudad de México) se popularizó rápidamente, por lo que no dudaron en patentarlo en la recién inaugurada Oficina de Marcas y Patentes de México.
Tras la repentina muerte de José a los 54 años, sus hijos Blas y Leonardo continuaron con el legado de su padre, el primero desde la comercialización y el segundo con el desarrollo farmacéutico.
La viuda de Giuseppe también se involucró en el negocio y fue así que, en 1890, junto a sus hijos, fundaron la droguería El Factor. En ella, además de vender la línea GRISI que incluía jarabe o pastillas para la tos y pomada para el reumatismo, distribuían otros productos europeos.
Al mando de Blas y Leonardo, GRISI continuó creciendo, aún durante la Revolución Mexicana. En aquella época, comprendida de 1900 a 1918, además de que El Factor se convirtió en Droguería GRISI, también abrieron más laboratorios y tiendas, y comenzaron a exportar el Emplasto Monopolis a países como Estados Unidos o Cuba.
Fieles a sus orígenes, la compañía siguió manteniendo un espíritu de innovación y en la década de los años 50, se convirtieron en los pioneros en la fabricación de shampoos. Manzanilla Grisi y Organogal fueron los productos con los que conquistaron el segmento del cuidado personal.
Con una reputación construida y una sólida capacidad de producción tras varios años de operación, la compañía siguió destinando esfuerzos en el desarrollo de productos y en los 80’s crearon una línea especializada en bebés y otra más para mascotas, mismas que fueron fortaleciendo en las décadas posteriores.
Desde 1993, la empresa familiar ha concretado acuerdos con varias compañías como Helen Curtis, Procter & Gamble, Combe International, Sara Lee, Merisant, Lacer, Laboratorios Garden House, Medix, BioGaia, así como la compra de marcas como Maja, que han contribuido a su expansión a nivel nacional y global.
Mantener el legado familiar por más de un siglo no es una tarea sencilla, de ahí que a lo largo de los años la compañía haya recurrido a aliarse con más compañías.
El realizar alianzas estratégicas, al igual que lo hizo GRISI, permite a muchas empresas:
Este tipo de estrategias sin duda ha contribuido a que en la actualidad la farmacéutica mexicana tenga presencia en más de 25 países tanto de América como Europa.
Bajo el mando de Alejandro Grisi, actual CEO e integrante de la quinta generación de la familia, la compañía promete seguir innovando para que el legado de José Grisi persista por muchos años más y seguir llevando el nombre de México muy en alto.