



¿Conoces el “Grinch” de los fraudes de fin de año? Llega diciembre, con sus reuniones, luces brillantes, el bullicio de los centros comerciales y el optimismo por cerrar el año. Sin embargo, como en cualquier buena historia, no todo es felicidad, también existe un villano dispuesto a arruinar la celebración, y ese villano son los fraudes de temporada. Estos, además de ser un dolor de cabeza, son el verdadero Grinch de la Navidad, robándonos ingresos y tranquilidad.
Las razones detrás del aumento de los fraudes durante esta época no son un misterio. De hecho, son más obvias de lo que parecen, aunque no por ello menos peligrosas. Para empezar, muchos de nosotros aprovechamos los bonos y el aguinaldo para hacer compras. Es el momento ideal para buscar el regalo perfecto o aprovechar las ofertas especiales que inundan los escaparates.
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La efervescencia es tal que nos hace olvidar que los defraudadores son expertos en manipular nuestra ansiedad por aprovechar estas ofertas. Saben crear situaciones urgentes que nos presionan a actuar rápidamente, lo que nos lleva a tomar decisiones impulsivas y a bajar la guardia, volviéndonos más vulnerables al fraude.
Por esta razón, la analogía con el Grinch no es casual. Al igual que este villano roba la Navidad, los estafadores nos despojan de nuestra paz y estabilidad financiera. Y, como el icónico monstruo verde, se esconden, esperando pacientemente el momento perfecto para atacar.
Los fraudes en esta época pueden adoptar muchas formas, pero una de las más comunes es la “rebaja mágica”: esos descuentos que prometen ahorrar mucho dinero, aunque en realidad son solo un señuelo para llevarnos a plataformas fraudulentas donde se roban nuestros datos personales para luego hacer mal uso de ellos.
Otras amenazas incluyen cargos no reconocidos, suscripciones gratuitas que, al aceptarlas, instalan códigos maliciosos en nuestros dispositivos y el pharming, que nos redirige a sitios que imitan a los legítimos con la intención de robar nuestras credenciales bancarias. Cada una de estas estafas, disfrazada de oportunidad, espera nuestro descuido para arrebatarnos nuestro dinero.
No todo tiene que estar respaldado por alta tecnología: en redes sociales o marketplaces puede aparecer un vendedor desconocido con una gran oferta que, aunque tentadora, puede ser un fraude. Si depositamos sin antes verificar, el vendedor podría desaparecer junto con nuestras esperanzas de tener el regalo perfecto para esta Navidad.
Aunque el panorama de las estafas navideñas pueda parecer desalentador, existen medidas que podemos tomar para protegernos del Grinch que amenaza nuestra tranquilidad y finanzas personales:
Si bien, el fin de año pone de manifiesto estas problemáticas, la realidad es que el fraude no se toma vacaciones. Por ello, es mejor adoptar una mentalidad preventiva durante todo el año, entendiendo que cada transacción es una oportunidad para proteger nuestra integridad y la de las personas con las que hacemos negocios.
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La lucha contra los fraudes decembrinos es como esa escena final en las películas del Grinch: un esfuerzo colectivo para recuperar lo que se había perdido. Sin embargo, a diferencia de la ficción, aquí no basta con esperar un cambio de corazón; se necesita mayor educación financiera y acción preventiva.
Al final, diciembre debería ser un momento para celebrar los logros del año y preparar el terreno para los retos por venir. Pero mientras no enfrentemos los fraudes con la seriedad que merecen, seguiremos permitiendo que el Grinch nos robe algo más valioso que los regalos: nuestra confianza.