Todo comenzó con un anuncio que causó revuelo en el mundo del arte y el cine. Geraldine Fernández, una ilustradora colombiana, afirmó haber trabajado en la aclamada película “El niño y la garza”, producida por el legendario Studio Ghibli. Para Tecnoglass, una empresa reconocida en la fabricación de vidrio y aluminio arquitectónico, esto representó un motivo de orgullo, pues Fernández era parte de su equipo.
La ilustradora afirmó haber colaborado en la creación de 25,000 fotogramas para la película del afamado Hayao Miyazaki. Cuando el filme, que se espera sea el último del director japonés, ganó el Globo de Oro, decenas de medios se arremolinaron para entrevistar a “La Colombiana” que era parte del éxito.
Tecnoglass, creyendo en la veracidad de las afirmaciones de Fernández, celebró su aparente logro. Incluso Christian Daes, CEO de la empresa, expresó públicamente su alegría y orgullo. Cabe destacar que esta empresa barranquillera de vidrios fue pionera en Colombia en cotizar acciones en la bolsa de valores de Nueva York.
Sin embargo, la situación dio un giro dramático cuando surgieron dudas sobre la participación real de Fernández en la película.
Cuando la historia comenzó a tomar vuelo, Geraldine Fernández agradeció públicamente a Tecnoglass por su “acompañamiento y respaldo” para ser parte del filme ganador del Globo de Oro por Mejor Película Animada.
En varias entrevistas señaló que conoció al propio Miyazaki y que éste se refería a ella como “La Colombiana”. Luego participó en una conferencia para la Universidad Sergio Arboleda donde afirmó que había estudiado en la Universidad de Tokio con una beca especial.
No obstante, la animadora mexicana Julieta Colás, – quien sí ha trabajado en animes como Tengoku Daimakyou -, anotó que animar 25,000 fotogramas equivaldría a unos 30 minutos de metraje. No solo eso, otros usuarios de redes sociales encontraron que Fernández ni siquiera figuraba en los créditos de “El niño y la garza”.
La colombiana comenzó respondiendo a estas controversias primero diciendo que en realidad había tenido una participación mucho menor a la que había mencionado. Luego comenzó a bloquear a quienes la cuestionaban y finalmente dijo que su nombre no salía en los créditos porque había trabajado en el filme como freelancer.
Esto por supuesto desató las burlas y los memes en redes sociales:
Ante la creciente polémica, Tecnoglass se vio en la necesidad de gestionar la situación. La empresa, que inicialmente había respaldado a Fernández, enfrentó el desafío de mantener su credibilidad y reputación. Christian Daes expresó su decepción al descubrir que la historia era un invento de Fernández, pidiendo disculpas por no haber investigado más a fondo.
En medio de la controversia, Fernández declaró que había sido despedida de Tecnoglass y que le habían pedido presentar su carta de renuncia. Afirmó que era la mano derecha de la directora de comunicaciones y que su desvinculación se debía a la polémica generada.
Contrario a las declaraciones de Fernández, Tecnoglass aclaró en medios como Infobae Colombia que ella seguía vinculada a la empresa y que su contrato estaba vigente. Este desmentido añadió más capas a una historia ya compleja, destacando la importancia de la comunicación clara y precisa en situaciones de crisis.
Para Tecnoglass, este incidente se convirtió en un caso de estudio sobre la importancia del due diligence en la contratación y promoción de empleados. La empresa aprendió sobre la necesidad de verificar las afirmaciones y logros de sus colaboradores para proteger su reputación.
La revista Cambio tuvo acceso a los documentos que Geraldine Fernández había presentado a la empresa como prueba de su experiencia laboral con Studio Ghibli. No obstante, las supuestas “pruebas” en japonés resultaron ser reconocimientos por su participación en concursos de cerámica.
Finalmente, el portal Cartoon Brew contactó a la distribuidora de la película en Estados Unidos y el nombre de Fernández no aparece ni siquiera en el equipo remoto de ilustradores. En resumen, Geraldine Fernández nunca trabajó con Studio Ghibli.
Geraldine Fernández terminó cerrando todas sus redes sociales y “despareció” de los medios, solo para dejar un último comunicado aceptando que había mentido.
El caso de Geraldine Fernández y Tecnoglass resalta la importancia de realizar un due diligence exhaustivo al contratar empleados.
Te damos estos tips para asegurarte de que el proceso de investigación de un candidato sea completo y efectivo:
Confirma que las credenciales educativas y la experiencia laboral del candidato sean auténticas. Esto incluye verificar títulos, instituciones educativas y fechas de empleo anteriores.
Habla directamente con referencias profesionales previas para obtener una visión más completa del desempeño y comportamiento del candidato en entornos anteriores.
Si el puesto lo requiere, realiza evaluaciones técnicas o pruebas de habilidades para asegurarte de que el candidato posee las competencias necesarias para el trabajo.
Revisa los perfiles de redes sociales del candidato para obtener una comprensión más profunda de su personalidad y valores. Sin embargo, asegúrate de respetar las leyes de privacidad y no discriminar.
Utiliza entrevistas conductuales para comprender cómo el candidato ha manejado situaciones específicas en el pasado. Esto puede revelar mucho sobre su ética de trabajo y habilidades de resolución de problemas.
Estas pueden ayudar a entender mejor la compatibilidad del candidato con la cultura de la empresa y los valores del equipo.
Donde sea legal y pertinente, realiza verificaciones de antecedentes penales y revisión de la historia financiera para cargos que lo requieran.
Fíjate en que toda la información proporcionada por el candidato sea consistente a lo largo del proceso de entrevista y con lo que aparece en su CV y perfiles en línea.
Involucra a varios miembros del equipo en el proceso de entrevista para obtener diferentes perspectivas sobre el candidato.
Asegúrate de que el candidato tenga la documentación necesaria y legal para trabajar en tu país, si aplica.
Estos pasos ayudan a minimizar el riesgo de contratar a un candidato inadecuado y garantizan que el proceso de contratación sea lo más informado y objetivo posible.
