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El creador de El juego del calamar, Hwang Dong‑hyuk, reveló que algunos de los villanos más oscuros de la tercera temporada guardan similitudes con Elon Musk, destacando su rol público y el influjo visibilizado de los multimillonarios tecnológicos.
En una entrevista con Time, Hwang explicó que al diseñar los VIP —espectadores enmascarados que apuestan por los participantes— pensó en figuras como Elon Musk, “está en todas partes, todos hablan de él” y posee una influencia global casi similar a la de estos personajes.
En esta temporada, los VIP ya no solo observan: abandonan sus máscaras, visten uniformes y matan con sus propias manos. Esta narrativa refleja, según Hwang, cómo los poderosos actualmente asumen participación directa, no permanecen tras bambalinas, como en el pasado.
Hwang señala que hoy los multimillonarios tecnológicos, como Musk, se exponen abiertamente. “Se quitan las máscaras voluntariamente… ‘Somos los que dirigimos todo’”, comentó el autor, comparando este comportamiento con el nuevo perfil de los VIP.
La serie utiliza a los VIP como metáfora del sistema opresor y la desigualdad.
Con su giro hacia una élite visible, el relato dramatiza cómo los que controlan sistemas de poder ya no ocultan su influencia, generando una reflexión sobre la moral y el consumo voyeurista.
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Hwang añade que Musk no solo representa una figura poderosa, sino que funciona como un verdadero showman. Su estilo mediático y exposición constante lo convierten en un referente ideal para retratar a esas élites escenográficas.
La omnipresencia de Musk en redes y medios, sumada a su liderazgo en tecnología (Tesla, SpaceX), brinda material cultural que alimenta la dramaturgia de la serie, reforzando la analogía con los VIP, que ejercen su poder sin tapujos.
Hwang reconoce que la inspiración no solo viene de las figuras empresariales, sino también de episodios como el asalto al Capitolio del 6 de enero, que evidencian divisiones y cómo las élites influyen abiertamente en la sociedad.
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Al comparar a los VIP de El juego del calamar con Elon Musk, Hwang Dong‑hyuk apuesta por una sátira contundente: las élites no solo presiden desde lejos, sino que participan activamente en la construcción de un sistema desigual. La serie se convierte en un espejo crítico del poder visibles en nuestra era tecnológica.