Federico Antoni era el CEO de Edoardos cuando quebró esta empresa de ropa en 2014. Fue un golpe duro para su ego pues era egresado de la Universidad de Stanford con una maestría de negocios. Él mismo reconoce que fracasó dirigiendo Edoardos, un negocio familiar francés fundado en 1948 y líder en la fabricación de terciopelo.
Federico era la sexta generación de Edoardos y sentía que le estaba fallando a todos: su papá, hermanos, tíos, primos, etc. Fue un proceso muy difícil. Hoy después de la tormenta es un exitoso inversionista y pionero de la industria de venture capital o capital de riesgo en América Latina.
Actualmente, Federico Antoni es cofundador de Hi Ventures (anteriormente era ALLVP, un fondo de capital de riesgo que fundó en 2012). Ha invertido en empresas como Cornershop, Fintual y Aventones, entre muchas otras. También fundó Fondeadora, la plataforma de crowdfunding más grande de América Latina en ese momento, que fue adquirida por Kickstarter en 2015.
Es profesor en la escuela de negocios de la Universidad de Stanford y en el ITAM imparte la materia de emprendimiento. También es mentor de Kauffman Fellows.
La primera vez que Federico Antoni trabajó en Edoardos fue saliendo de la Universidad Stanford en los 90. Recuerda que su papá, quien era el director general de la empresa, le dijo: “Yo te hubiera recomendado que fueras a otro lugar a trabajar para que te foguees, pero está pasando algo muy especial en Edoardos y quiero que vengas a ver”.
En ese momento Edoardos estaba teniendo un éxito rotundo y un impresionante product market fit que es cuando una empresa cumple con la combinación perfecta: Tener un producto que la gente desea desesperadamente. Esto fue posible gracias a una fórmula de diseño de producto y de distribución que les estaba funcionando muy bien.
Edoardos seguía creciendo en los años 90 y sumaba puntos de venta en México y Latinoamérica. Federico Antoni estuvo tres años en la compañía y después decidió salir de ella para trabajar en una empresa brasileña de e-commerce y en L’Oréal en París. En los años 2000 ese product market fit se pierde y las cosas van mal en la empresa familiar.
Federico Antoni regresa a Edoardos en 2006 pensando: “¿Qué voy a sentir en el caso de que el negocio quiebre sin que yo haya intentando hacer algo?”. Quería probarse a sí mismo que podía y también quería aprovechar la oportunidad interesante y compleja de tomar la dirección de una empresa que cotizaba en Bolsa.
En 2007 las cosas empeoran y Edoardos comienza a sufrir una rotura por un nuevo modelo de negocio: el fast fashion (moda pronta o rápida) encabezado por Inditex, los dueños de Zara. El fast fashion es un fenómeno de producción y venta de ropa veloz al ritmo de las tendencias.
“Frente a Zara, Edoardos no tenía ninguna oportunidad ni razón de existir”, dice Federico Antoni, quien antes de “tirar la toalla”, estuvo muchos años haciendo lo posible por salir adelante. Lanzó la marca Sister y compró una cadena de cosméticos.
En 2011 las cosas se estaban poniendo muy feas. Nos está costando trabajo pagar las rentas y la nómina. Estábamos hablando de una empresa de 100 puntos de venta y 1,000 empleados.
Federico Antoni, ex CEO de Edoardos.
Padre e hijo acuerdan que juntos van a cerrar el negocio ordenadamente. Federico, que tenía 36 años en ese momento, solo le pide una cosa a su papá: “Dame la oportunidad de reinventarme y tú te encargas de la última etapa de Edoardos”. Ahí es cuando Federico se lanza a arrancar un negocio nuevo: ALLVP. Hoy Hi Ventures.
Federico Antoni reconoce: “Era impresionante porque durante muchos años todo lo que intenté en Edoardos fracasaba”. Pero encontró un hobby: dar clases; y descubrió también una pasión: crear un crowdfunding. En estas dos cosas le pasaba lo contrario. Todo lo que hacía funcionaba.
Todo lo que pasaba en un pedazo de mi vida, funcionaba. Y todo lo que pasaba en el otro pedazo de mi vida no funcionaba. Entonces, al final, decidí dedicarme al 100% en lo que era bueno.
Fue un reto emprender por su propia cuenta. “Tomé riesgos y trabajé como loco al principio del lanzamiento de ALLVP. Pero cuando tienes una retroalimentación positiva, te apasiona lo que haces y estás convencido de lo que quieres, puedes aguantar muchísimo”.
La pasión es una ventaja competitiva al emprender. Cuando las cosas se ponen difíciles, nada le gana a una motivación auténtica para seguir trabajando.
