
El campo de Chihuahua ha pasado de la siembra tradicional a la agrointeligencia: productores han incorporado riego tecnificado, sensores, drones y cadenas de valor con mayor procesamiento para abrir mercados internacionales. Con liderazgo en manzana y nuez pecana, y con programas públicos de modernización hídrica y financiamiento productivo, Chihuahua se ha posicionado como un referente nacional de agricultura 4.0 orientada a exportación y alto valor agregado. En paralelo, el estado ha fortalecido su infraestructura y su ecosistema de agronegocios, impulsando productividad y resiliencia ante sequías y choques globales.
Chihuahua se ha mantenido como campeón exportador manufacturero en México, un músculo logístico que también ha beneficiado a su agro: carreteras, cruces fronterizos y parques industriales han facilitado cadenas de suministro más rápidas para fruta, nuez y cárnicos. En 2025 el estado ha liderado el valor exportado nacional, reflejo de un ecosistema de negocios que ha integrado producción primaria con empaque, frío y distribución.
La manzana chihuahuense —con epicentro en Cuauhtémoc, Guerrero, Namiquipa, Bachíniva y Cusihuiriachi— ha adoptado huertas de alta densidad, ha instalado mallas antigranizo, ha desplegado estaciones meteorológicas y ha reforzado campañas de sanidad vegetal para asegurar calidad y continuidad comercial.
En 2024-2025 el gobierno estatal ha invertido en mallas y vivero de variedades adaptadas; Chihuahua ha concentrado cerca del 85% de la producción nacional y ha profesionalizado poscosecha con cámaras de atmósfera controlada para prolongar vida útil y estabilizar precios.
Chihuahua se ha consolidado como líder nacional en nuez pecana, aportando más del 60% de la producción de México y generando miles de empleos en su cadena de valor (acopio, selección, descascarado y exportación). Asociaciones y empresas locales han estandarizado calidad para mercados premium, con resultados económicos estimados en miles de millones de pesos anuales.
Para enfrentar sequía y variabilidad climática, Chihuahua ha ejecutado modernización de pozos, plantas de bombeo y conducción, ha revestido canales y ha protegido caminos de operación en distritos de riego como Saucillo, Meoqui y Praxedis G. Guerrero. A su vez, el convenio federal-estatal para tecnificación de riego ha buscado modernizar más de 200 mil hectáreas a nivel nacional, con impactos directos en el estado.
Créditos blandos (vía Fideapech) han apoyado la compra de sistemas de riego, bombas solares y rehabilitación de infraestructura parcelaria, mientras programas de transferencia han llevado tecnología (como bombeo solar) a comunidades serranas. Estos instrumentos han mitigado el golpe de la sequía y han sostenido la productividad.
Productores agrícolas han incorporado drones para monitoreo y aspersión, sensores de humedad, y estaciones climáticas inteligentes para ahorrar agua, detectar plagas y planear siembras con datos. Iniciativas locales y proveedores de tecnología (incluida oferta DJI en Chihuahua) han impulsado esta adopción, alineada con la agenda Agro 4.0 regional.
En el frente pecuario, el estado ha reforzado protocolos con SENASICA para garantizar movilidad y exportación de ganado, con mayor personal e infraestructura sanitaria en puntos clave. La trazabilidad (SINIIGA) ha profesionalizado la identificación del hato, mejorando inocuidad y acceso a mercados. En paralelo, la autoridad estatal ha gestionado ante EE.UU. la reapertura de exportaciones tras alertas sanitarias.
Además de fruta y nuez, Chihuahua ha diversificado hacia agronegocios como el vino en Casas Grandes, con medallas y reconocimientos que han fortalecido su marca territorial y el enoturismo, creando derrama en servicios y gastronomía. Estas iniciativas han sumado valor a la producción primaria y han proyectado al estado en nuevos nichos de consumo.
Chihuahua ha demostrado que el agro puede ser tan innovador como la industria: tecnificación del agua, crédito productivo, datos en tiempo real, cadenas de frío y estándares sanitarios han convertido a sus productores en competidores globales. En medio de la reconfiguración de suministros hacia Norteamérica, el estado ha ofrecido un agro más productivo, sustentable y conectado, clave para la seguridad alimentaria y la competitividad de México en la economía mundial.




