
De la naturaleza muchos emprendedores han hecho negocios. Hoy la protagonista es la planta del taro (colocasia esculenta). En su raíz bajo tierra nace un tubérculo comestible similar a la papa o el camote en el exterior; y el interior tiene tonos lilas, púrpuras o morados. Es un excelente antioxidante y un súper alimento. Rico en fibra, potasio, magnesio, zinc, calcio, hierro y vitamina A, B y C.
El sabor a taro se está convirtiendo en uno de los más solicitados en las cafeterías de todo el mundo, haciéndose imprescindible en los menús. En México encuentras el taro principalmente en polvo para preparar bebidas, postres, helados, caramelos, betunes, masas, suplementos alimenticios y demás.
La raíz del taro también se utiliza para preparar frituras o cualquier receta como si fuera papa o camote en ensaladas, puré, guisos con carne o verduras.
El taro es una planta de Asia para el mundo. Aunque en el continente asiático es muy conocida desde hace siglos y es un alimento básico, en México tuvo un éxito en tiempo récord. Su popularidad en el país se debe a una combinación de factores culturales, estéticos, sensoriales y de marketing, en gran parte impulsados por el boom del té de burbujas.
La planta del taro también sirve de decoración pues sus hojas son grandes, atractivas y de intenso color verde. Las hojas también son comestibles (siempre y cuando sean cocidas). Pero crudas son tóxicas. Al hervirlas con sal puedes sustituirlas por espinacas o acelgas.
Así que, el taro es una buena oportunidad de negocio para los emprendedores y emprendedoras porque no es fácil encontrar este tubérculo en los supermercados o tianguis. Por eso, te podrías convertir en un pequeño productor y disfrutar de este súper alimento y a la vez generar ingresos.
El cultivo de la colocasia esculenta debe hacerse en terrenos que se encuentren junto a ríos y lagos, pues es una planta tropical que requiere mucha humedad y agua limpia para crecer. Veracruz, Nayarit, Tabasco y Campeche son los estados con mayor oportunidad de negocio con el taro.
Un pequeño productor podría convertirse en un productor a gran escala puesto que establecimientos de todos los tamaños requieren la disponibilidad del taro en polvo para preparar fácilmente bebidas y postres.
El sabor taro se volvió un éxito por una combinación de innovación, estrategia comercial y una creciente apertura a la gastronomía asiática en Occidente. Aquí te explicamos las principales razones:
El vibrante color púrpura que se obtiene del taro en polvo es visualmente atractivo y altamente “instagramable”. Esta estética ha jugado un papel clave en su popularidad en las redes sociales.
La creciente curiosidad global por la comida asiática ha abierto un espacio en el mercado para ingredientes y sabores menos convencionales. La curiosidad por la comida asiática “trendy” ayudó a la rápida adopción del sabor taro.
El taro no se limitó al té de burbujas (bubble tea o boba). Su sabor dulce se adaptó a una amplia gama de productos como helados, postres, pasteles, batidos (frappés) y lattes, lo que amplió su alcance de mercado.
El taro tiene un sabor suave, ligeramente dulce y terroso, que combina bien con leche, coco y azúcar. No es empalagoso, lo que lo hace versátil para postres, helados, lattes, y bebidas frías.
El taro es un tubérculo rico en fibra y antioxidantes, lo que contribuyó a su imagen como una opción más saludable. Aunque en su forma procesada no siempre lo es, se percibe como una alternativa más natural a otros saborizantes artificiales. Además, el taro también se asocia con lo “plant-based” (dieta basada en plantas) y la alimentación consciente.
El auge del taro fue impulsado por videos de food bloggers mostrando el cambio de color al mezclarlo con leche. Una de las recomendaciones clave en redes fue: “Tienes que probar el latte morado”. Algunas marcas usaron estrategias de edición limitada. Por ejemplo: Starbucks Asia lanzó “Taro Frappuccino” y se agotó en días. En pocas palabras: el taro se volvió un fenómeno cultural, no solo un sabor.
El taro triunfó porque las marcas entendieron que no vendían un sabor, sino una emoción visual y cultural. Los más creativos aprovecharon el boom del taro desde el marketing, branding y storytelling, presentándolo no como un ingrediente, sino como una experiencia nueva. Lo vendieron como “taro latte”, “purple milk”, o “violet dream”, evocando fantasía, calma y elegancia.
Algunas marcas contaron la historia detrás del ingrediente: “Inspirado en los postres tradicionales de Filipinas y Taiwán”. “Una raíz que ha nutrido generaciones, ahora reinventada para ti”. Pasó de ser un “color bonito” a un sabor con identidad cultural.
Y a ti, ¿te gustaría emprender con un regalo de la naturaleza?
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