



La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley impulsado por los republicanos para cobrar un impuesto del 3.5% a todas las remesas enviadas al extranjero. La medida aún no es definitiva —el Senado podría frenarla— pero el mensaje es claro: Trump y su partido quieren que México pague por el muro, con el dinero que mandan sus migrantes. ¿Acaso las criptomonedas serán una solución?
No es poco dinero. México recibió más de 64,745 millones de dólares en remesas en 2024, según datos del Banco de México (Banxico). Un impuesto como este podría significar miles de millones de dólares menos en manos de las familias mexicanas.
Tan solo el pasado abril del 2025, los flujos de remesas a México se contrajeron 12.1% a tasa anual, siendo su caída más profunda desde septiembre del 2012. Gabriela Siller, Directora de Análisis en Grupo BASE, explica que esto se debe al deterioro del mercado laboral en Estados Unidos y a que los migrantes, por miedo a las deportaciones, evitan salir a trabajar y/o enviar remesas.
BBVA estima que, con este impuesto, un envío promedio de 350 dólares pasaría de tener una comisión de 6 a 23.50 dólares. Eso implica una pérdida directa del 6.7% por cada transacción.
El golpe sería más duro para quienes envían pequeñas cantidades con regularidad: jornaleros, trabajadores domésticos o empleados de restaurantes, entre otros.
Ante este escenario, muchos migrantes están volteando a ver las criptomonedas como vía para eludir el nuevo impuesto. Los cálculos más optimistas suponen que 1.88% de las remesas recibidas en México entraron a través del ecosistema cripto.
¿Por qué? Porque son más rápidas, más privadas y mucho más baratas, ya que al estar en un entorno digital y descentralizado, se saltan a muchos intermediarios necesarios en un sistema bancario internacional. Enviar remesas con criptomonedas puede costar menos de 1 dólar por operación, comparado con los 6 a 20 dólares que cobran las remesadoras tradicionales.
Sin embargo, la desventaja es que suele ser necesario contar con conocimientos técnicos para poder enviar y recibir fondos, como el tener una wallet especializada, programar un envío, o saber cómo retirar el dinero, que se encuentra al final, en una cuenta virtual.
Ante esta situación, hay plataformas de intercambio, como Coinbase, que ofrece la posibilidad de enviar remesas y que sean cobradas en establecimientos comerciales en México, como Oxxo, BanCoppel, Soriana, Telecomm Telegrafos, entre otras, sin necesidad de que el receptor sepa operar un exchange.
Muchas personas creen que usar criptomonedas es complicado, pero el proceso se ha simplificado muchísimo:
Una de las principales críticas a las criptomonedas es su alta volatilidad, especialmente en el caso de Bitcoin o Ethereum. Aquí es donde entran las stablecoins, como USDT (Tether) o USDC (USD Coin).
Estas criptomonedas están ancladas al valor del dólar u otras monedas emitidas por bancos centrales y ofrecen la velocidad y bajos costos, pero sin el riesgo de que su valor cambie drásticamente de un día a otro.
Esto permite darle mayor confianza a quienes envían remesas, quienes no tienen por objetivo arriesgar su patrimonio, sino enviar dinero que será gastado en el corto plazo. Por eso, la mayoría de las remesas en cripto ya no se hacen con Bitcoin, sino con stablecoins.
Aunque suenan atractivas, las criptomonedas no son la solución mágica para todos, ni para las remesas. Estas son algunas limitaciones y riesgos que debes tener en cuenta:
Por ahora, el proyecto aprobado en la Cámara aún no ha pasado en el Senado, y es probable que se congele si los demócratas deciden bloquearlo. Aun así, la iniciativa refleja un mensaje político contundente de la administración Trump: hacer pagar a los migrantes y a sus países de origen.
La mayoría de los analistas coincide en que es poco probable que el impuesto entre en vigor este año, pero eso no ha impedido que muchos ya estén buscando alternativas… y las criptomonedas están a la cabeza.
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