¿Cómo desarrollar la autodisciplina? Recientemente, tuve una conversación con mi nutrióloga. Le conté que fui a una consulta de control con mi hematóloga y la doctora me dijo que estaba un poco pasada de peso y que para cuidar mi salud era recomendable que no siguiera subiendo.
A Carla, mi nutrióloga, la veo cada cierto tiempo y en esta última revisión que tuvimos, le contaba que me salí completamente de mi rutina durante los últimos dos meses, además comí muchos alimentos que no acostumbro a tener en mi dieta habitual.
¡Ojo! Quiero recalcar que mi dieta no es para nada restrictiva o al menos yo no la veo así. Yo, María, no acostumbro a comer de cierta manera porque he descubierto que algunos alimentos me hacen mucho daño y prefiero los que me hace sentir mejor físicamente. Además, esto no me impide probar mi dulce, postre o “comida chatarra” favorita ocasionalmente.
El problema estuvo en que dejé de hacer ejercicio como acostumbraba y tal vez empecé a probar muchos postres diferentes y comidas sin un alto valor nutrimental por muchos días.
Pero, esto no es acerca de mi alimentación, a lo que voy es que además de darme sus recomendaciones para retomar el orden, Carla me dijo:
“Entonces, ¿dirías que te tomaste unas vacaciones de tu rutina o que estás como en un enero después de Navidad?”
Realmente, yo no lo había pensado de ese modo, pero si lo vemos desde esa perspectiva: es cierto, cuando estamos de vacaciones tendemos a aumentar de peso y todo esto tiene que ver con que disminuye nuestra actividad física e intensificamos nuestra ingesta de alimentos poco saludables porque tal vez nos relajamos un poco más, sobre todo en los meses de festividades.
Pregúntate: ¿cómo se siente un año nuevo? O: ¿qué haces después de unas vacaciones? Lo más común, es que en año nuevo o luego de un período vacacional tengas metas y sueños que cumplir y para nadie es un secreto que los objetivos de la mayoría de las personas en febrero ya van cuesta abajo.
A menudo la disciplina y la autodisciplina se relacionan con lograr tareas específicas, tú ponles el nombre que quieras: nuevos negocios, bajar de peso, estar sana, aprender a meditar o simplemente cumplir con una rutina diaria.
De acuerdo con san Google, la autodisciplina es una “disciplina que una persona o los miembros de un grupo se imponen voluntariamente a sí mismos sin ningún control exterior”.
En este contexto, es preciso saber que la disciplina se define como un conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de forma constante conduce a un resultado específico.
La disciplina y autodisciplina son prácticas que se tienen que realizar de manera constante, la primera puede ser impuesta, la segunda es autoimpuesta.
Imponer es una palabra muy fuerte, así que cuando hablemos de autodisciplina mejor usemos otro tipo de palabras “es la disposición que tienes de hacer tu voluntad para lograr un resultado específico”.
En este sentido, te cuento un poco lo que me ayuda a desarrollar la autodisciplina.
IMPORTANTE: pregúntate sin juzgar, el simple hecho de por qué no has empezado a realizar una tarea o por qué simplemente no te gusta tender tu cama por la mañana, probablemente, tender la cama no sea algo que interfiera en tus otras actividades para alcanzar una meta, pero no está demás qué te lo respondas.
Luego, haz consciente esos comportamientos que te alejan del orden, reglas o normas propias que deseas alcanzar para ser disciplinado.
Ya dijimos que quizá ordenar tu cama no sea algo que interfiera con tus tareas diarias que te ayudan a alcanzar objetivos, bien diría mi terapeuta: “si no te gusta cómo se ve desarreglada o la haces o cierras la puerta de la habitación”.
Pero, sin duda es un gran ejemplo de cómo puedes empezar a ser ordenado o a crear una primera rutina. Muchos empresarios te dirán que la disciplina en cumplir sus hábitos es la clave que les ha llevado al éxito.
Ordenar tu cama no es una tarea que te lleve más de 10 minutos, creeme, lo he comprobado. Pero, si esto no es tu hit, podrías iniciar con levantarte temprano, ducharte con agua fría durante un minuto y hasta preparar tus comidas diarias.
Lo importante es que aunque empieces con una pequeña asignación todos los días vayas aumentando tu nivel de exigencia y agregues poco a poco tareas que se te hacen un poco más complicadas. También puedes probar muchas pequeñas tareas a cumplir que combinadas logran una más grande.
Escribe todo lo que quieres lograr, verlo te hará guardarlo en tu subconsciente, además diariamente puedes crear listas diarias de actividades a realizar e irlas tachando una vez que termines.
¿Hey María como vas con ordenar tu cama todas las mañanas o cómo van tus ahorros para el viaje que queremos hacer a final del año que viene? Si bien esta persona no tiene por qué juzgarte si no has iniciado con lo que le contaste, el que ella lo sepa hará que te comprometas un poco más contigo misma.
En esta última recomendación me funciona mucho, una de las personas más cercanas a mí que sé que no me va juzgar o simplemente mi facilitador en un área específica como por ejemplo mi terapeuta.
Empezar de nuevo no está mal, puedes hacerlo cuantas veces quieras, solo trata de que esa no se convierta en la norma, pero créeme una vez que empiezas con algo y continúas haciéndolo con constancia es muy difícil que lo dejes.
No te castigues o juzgues demasiado por haber dejado de hacer algo o por haberlo iniciado tarde, continúa, ajusta tu rutina de ese día y trata de lograr lo más que puedas, siempre habrá un nuevo día para mejorar.
¿Todo está muy bien cierto? Pero, a veces pareciera que nos pesará hasta iniciar todo lo que te acabo de contar y es que esto se trata de hacer un cambio en nuestras vidas, en este sentido, de acuerdo con el psicólogo clínico, Joseph J. Luciani:
“Todo cambio conlleva cierto grado de fricción emocional, lo que a su vez genera un “estado de acaloramiento” que llamamos estrés… [el cual se puede convertir en un] combustible de alto octanaje del fracaso”.
Y lamento informártelo, pero la recomendación de este experto es reconocer que necesitas soportar ese cambio y así ejercitar tu cerebro para desarrollar la autodisciplina. En este contexto, sugiere:
No naces con autodisciplina; la adquieres. Como un músculo, necesitas desarrollar tu músculo de autodisciplina, un desafío a la vez.
Joseph J. Luciani.
