Nota de la editora: Este lunes 6 de diciembre Clara anunció una ronda de inversión de 70 millones de dólares que elevó su valuación a mil millones de dólares y la colocó en el estatus de unicornio.
Muchas de las más grandes ideas del mundo han surgido de pláticas casuales entre amigos. Hace unos años Gerry Giacomán asistió a una carnita asada en su natal Monterrey donde coincidió con un viejo colega, Diego García. Ambos habían trabajado juntos en un negocio 10 años atrás y aunque se habían mantenido en contacto, esa reunión probaría ser el origen de una idea que se convertiría en una de las startups de más rápido crecimiento de Latinoamérica.
De esta comida con otros nueve amigos surgiría la idea de Clara, una solución fintech para la gestión de gastos de las empresas. A través de una tarjeta de crédito corporativa, un sistema de control de gastos, además de un producto de pagos y transferencias.
“Diego y yo nos conocíamos debido al ecosistema emprendedor, pero realmente nos hicimos más amigos trabajando en la empresa anterior a Clara y más que nada en una carnita asada que organizó un amigo en común. De esa reunión donde éramos 10 personas se han fundado tres empresas (entre ellas Clara y Casai)”, platicó Gerry con nosotros.
Gerry creció en Monterrey, pero a los 18 años se fue a estudiar a la Universidad de Yale pensando entrar al sector público para tener mayor impacto en la sociedad y provocar cambios positivos en la comunidad.
“Terminé descubriendo el mundo de las startups que yo llamo la posibilidad de soñar el futuro para traerlo hacia el presente y desde ese entonces he orientado mi vida hacía esto”, señaló el emprendedor.
Hace 10 años Gerry creó su propia empresa con la que tuvo un éxito relativo, pero en ese entonces el ecosistema también estaba menos evolucionado y por eso se fue a estudiar el MBA a San Francisco en Stanford. Se quedó trabajando como ejecutivo en varias empresas de tecnología, hizo una red de contactos en Silicon Valley y conoció a su ahora esposo Nico Barawid, quien es cofundador de otra empresa emergente de éxito Casai.
“Hace tres años volví a México a crear una empresa de patines. A mí me tocó liderar el crecimiento de la marca de la colonia Roma en la Ciudad de México para un año después estar presentes en siete países”, recordó Giacomán.
Algo que le llamó la atención al trabajar de vuelta en América Latina con esta empresa fue que, al contrario de lo que había sido su experiencia en Estados Unidos, las empresas no tenían la agilidad necesaria para crecer como el mercado lo solicitaba. “No podíamos empatar esa rapidez que buscaba tener la marca con una gestión de los gastos de la empresa. Vimos de muchas maneras que esta falta de movilidad administrativa afectaba la capacidad de ejecución de la compañía donde estábamos”.
Muchas de las personas que se sumaron al equipo de esa firma inicialmente habían trabajado juntos antes en empresas en México y Brasil y también sentían esa necesidad de resolver estos problemas de gestión que habían visto. Decidieron empezar a trabajar en el proyecto de Clara en 2020, pero lanzaron el producto de manera formal apenas en marzo de este año.
El 2021 ha sido un año muy bueno para el ecosistema emprendedor latinoamericano pues en 11 meses se han sumado al menos 10 startups que han alcanzado una valuación de 1,000 millones de dólares, como Kavak, Nu, Bitso, por mencionar algunas.
A esto hay que agregar la lista de los soonicorns, aquellas empresas emergentes que según los especialistas, están a punto de alcanzar estatus de unicornio por tener una valuación estimada de al menos 100 millones de dólares. Según informes de ALLVP Research, hasta el 29 de septiembre de 2021 se habían contado 25 startups mexicanas entre los soonicorns, y uno de los nombres más fuertes es el de la fintech Clara.
“Crecí en esta cultura regiomontana de la buena administración de las finanzas personales y empresariales, y nos dábamos cuenta de que las empresas no tenían fondos para hacer gastos esenciales, tenían que comprar un software y no lo podían hacer y eso alentaba su producción por días por no tener una manera de hacer ese pago directamente. También veíamos que como no había procesos de aprobaciones tan claros, nadie sabía la trazabilidad de los pedidos. Con Clara cada gasto está atado a una persona y se puede ver cuándo lo inicia, hay flujos de aprobación”, indicó el emprendedor.
Clara parece resolver un problema real en Latinoamérica, donde las empresas, – tal vez por la naturaleza vibrante de la región-, tienden a resolver sus problemas sobre la marcha. Clara ayuda a las empresas a operar con una combinación importante y única de agilidad y buena gestión.
Y el mercado ciertamente parece estar listo para una solución de gestión empresarial como la que ofrece esta fintech. En poco menos de un año de operación Clara ha levantado 40 millones de dólares de fondos de venture capital como Monashees y Kaszek y otros internacionales como General Catalyst, Avid Ventures y DST Global Partners, y alcanzado una cartera de 2000 mil clientes.
No solo eso, el equipo detrás de Clara tiene expertos de grandes empresas como Andreas Waldmann, anteriormente CMO de Citibanamex y Juan Domínguez, quien se desempeñó como director de recursos humanos en varias de las operaciones de Coca-Cola FEMSA.
“En el producto desde que lanzamos públicamente en marzo de este año, el crecimiento sí ha sido muy vertiginoso, pero empezamos a trabajar desde el año pasado por lo que hay muchos meses de preparación antes de salir, algo que quizá no se ve. Buscamos construir nuestro producto en bases muy sólidas como nuestro propio stack de procesamiento y operamos con nuestra propia licencia de emisión de tarjetas de crédito otorgada por MasterCard. Todo esto nos permite dar una experiencia estable y sólida a nuestros clientes y acelera el ritmo con el que innovamos”, remarcó Giacomán.
Clara ha ganado popularidad entre las empresas emergentes de la región debido a que su servicio se puede contratar de manera remota y en un solo día pues el producto también está diseñado con una flexibilidad de mente. Con su plataforma se pueden hacer operaciones vía SPEI, organizar a todos sus proveedores, generar todas las tarjetas corporativas para el equipo y administrar todo en tiempo real.
La siguiente región donde la empresa ofrecerá su servicio será Brasil, el mercado latinoamericano más grande.
“No es un mercado pequeño y requiere atención. Diego, nuestro cofundador, lleva varios meses viviendo allá y el equipo está en constante movimiento”, menciona Gerry sobre su próxima llegada a territorio carioca.
¿Qué sigue para Clara? Además de expandir sus servicios por América Latina, el fundador espera que su startup desempeñe un papel clave en la reactivación económica tras la pandemia.
“Esperamos que podamos seguir aportando a las empresas que trabajen con nosotros y que se vea reflejado en que nuestros clientes sean más exitosas porque pueden hacer una buena gestión de su gasto, empoderar a su equipo, darle tarjeta a su fuerza de venta y que quien esté buscando un poco de capital para reactivar sus operaciones en Clara también puedan encontrar un aliado”.
