En un mundo donde la obsesión por la juventud y la belleza parece no conocer límites, la historia de Bryan Johnson, un multimillonario tecnológico, destaca por sus extremos insólitos y controvertidos métodos para revertir el envejecimiento. Este emprendedor se embarcó desde hace unos años en una misión sin precedentes: rejuvenecer su cuerpo para tener las capacidades físicas y biológicas de un joven de 18 años.
Antes de sumergirse en el mundo de la bioingeniería y la longevidad, Johnson era un emprendedor e inversionista cualquiera en Silicon Valley. Luego se volvió millonario cuando vendió su empresa de pagos electrónicos Braintree a eBay por 800 millones de dólares.
Johnson, quien no siempre fue un fanático de la salud, sufrió depresión después de vender su primera compañía. No solo eso, también se divorció y abandonó la religión de toda su vida, el mormonismo. En 2020, en plena pandemia, el emprendedor experimentó pensamientos suicidas, lo que le llevó a cambiar radicalmente su estilo de vida.
Invirtiendo en su cuerpo como si fuera una startup, Johnson se somete a un riguroso y costoso régimen de salud y bienestar, supervisado por un equipo de más de 30 médicos. Incluso fundó formalmente OS Fund y Kernel, empresas enfocadas en biotecnología y neurotecnología, respectivamente.
A sus 45 años, Bryan Johnson ha inyectado millones de dólares en un proyecto denominado “Blueprint”, con el objetivo de revertir el proceso de envejecimiento en cada uno de sus órganos. Con la ayuda de un equipo liderado por el médico Oliver Zolman, Johnson se somete a un monitoreo constante y a terapias de vanguardia en un intento por mantener su cuerpo en un estado juvenil.
La rutina del millonario sigue un régimen estricto que incluye una dieta vegana de 2,250 calorías, varias horas de ejercicio, sueño regulado, de cuatro a cinco horas de “pensamiento concentrado” y tomar 111 pastillas y suplementos al día. Además, se somete a numerosos procedimientos médicos mensuales, algunos extremadamente dolorosos, y constantemente monitorea sus signos vitales.
Su misión, según reportes de Bloomberg, es rejuvenecer “su cerebro, corazón, pulmones, hígado, riñones, tendones, dientes, piel, cabello, vejiga, pene y recto” a su estado cuando tenía 18 años, gastando alrededor de 2 millones al año en este proyecto.
Una de las terapias de Johnson que más ha llamado la atención (y cuestionamientos) fue su práctica de intercambiar sangre con su hijo de 17 años, Talmage Johnson, y su padre de 70 años, Richard.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha advertido contra las transfusiones de sangre joven, etiquetándolas como una terapia “no probada” y potencialmente peligrosa.
Incluso en el propio Instagram de Bryan algunos seguidores especulan que el tinte amarillo en su piel podría ser un efecto secundario del tratamiento con “sangre joven”. Johnson, sin embargo, atribuye la decoloración a la restricción calórica.
También ha enfrentado críticas en redes sociales por incluir a su hijo adolescente en sus tratamientos antienvejecimiento, con comentarios que lo acusan de ser un “vampiro narcisista multimillonario”.
Finalmente, el millonario suspendió esta práctica porque “no encontró efectos visibles” del intercambio de sangre.
Sin embargo, Johnson no se rinde. Recientemente, según la revista Fortune, comenzó a viajar a la isla de Roatán en Honduras para recibir inyecciones de una droga que supuestamente mejora los genes.
Estas inyecciones, valoradas en 25,000 dólares cada una (unos 423 mil pesos mexicanos por dosis), están diseñadas para aumentar la producción de follistatina en el cuerpo. Se cree que esta proteína ayuda a reducir la inflamación, aumentar la masa muscular y mejorar la densidad ósea. Esta terapia es proporcionada por Minicircle Inc, una pequeña empresa emergente estadounidense que promueve la terapia como una de las mejores esperanzas para una “longevidad extrema”.
A pesar de la falta de datos de ensayos clínicos publicados para su terapia de follistatina, Minicircle ha seleccionado a 44 personas para un estudio médico, inyectándoles follistatina y siguiéndoles durante tres meses. Los participantes, según la empresa, lograron reducir en promedio 11 años su edad genética. Sin embargo, la comunidad científica ha expresado serias preocupaciones sobre la seguridad de estas terapias genéticas no reguladas, advirtiendo que podrían ser potencialmente mortales, induciendo cáncer o insuficiencia hepática.
A pesar de las críticas, los doctores de Bryan Johnson afirman que su cuerpo está envejeciendo de manera inversa, con signos de rejuvenecimiento significativos como una disminución en la edad biológica general, la piel de un joven de 28 años y la capacidad pulmonar de un adolescente.
A través de su sitio web “Blueprint” y la plataforma “Rejuvenation Olympics”, Johnson promueve la transparencia radical y fomenta una comunidad de personas interesadas en la extensión de la vida, respaldando la idea de que el campo de la longevidad está evolucionando hacia una ciencia más rigurosa y clínica.
El empresario ve su proyecto como una forma de demostrar que el deterioro corporal no es inevitable. Al compartir abiertamente sus resultados y métodos, espera inspirar a otros a seguir un camino similar, transformando su experiencia en una especie de “juego” de la salud y el bienestar.
