A diferencia de las contraseñas para bloquear dispositivos o acceder al correo electrónico y redes sociales, el PIN de una billetera de criptomonedas es extremadamente complicado de recuperar. Por ello, cuando el dueño olvida dicha clave, prácticamente puede dar por perdidos sus activos digitales.
Justo eso le ocurrió a un ingeniero que compró 50,000 dólares de criptomonedas Theta en 2018. Hoy en día, éstas valen unos 2 millones de dólares, pero el dueño no recordaba los dígitos para desbloquear su crypto wallet. Tras varios intentos, cuando estaba a punto de perder su dinero para siempre, logró darle un giro a la historia gracias al ingenio un experto hacker.
La odisea comenzó en 2018, cuando Dan Rich y un amigo invirtieron en tokens de Theta, que entonces valía 21 centavos de dólar. Semanas después, transfirieron todas las criptomonedas a un monedero digital Trezor One. Se trata de un dispositivo del tamaño de una memoria USB, donde se pueden almacenar y transaccionar divisas digitales.
Un par de años después, el valor de Theta se disparó junto con el de otras criptodivisas, debido al auge que tuvieron desde la pandemia. Los amigos recordaron que tenían un ‘guardadito’ en aquella olvidada cartera digital y, por supuesto, quisieron sacarlo.
Sin embargo, al tratar de abrir la billetera de criptomonedas Trezor One, resultó que ambos habían olvidado el PIN de cinco dígitos. Esa clave es la única forma de acceder al dinero de una cypto wallet para realizar transacciones, o siquiera para ver su contenido. Este modelo en particular solo permite 16 intentos fallidos antes de bloquearse de forma permanente, así que tras equivocarse 12 veces buscaron ayuda profesional.
Reich y su amigo probaron muchas alternativas, pero se topaban con un obstáculo tras otro. Finalmente, en febrero de 2021, lograron contactar al hacker estadounidense Joe Grand, quien tiene un largo historial desde los 10 años en el mundo de la ciberpiratería e incluso ha ganado cierta fama, según recoge The Verge. Tras una conversación, el par supo que él era el indicado para confiarle la riesgosa misión, ya que si algo salía mal perderían todo.
Los tres involucrados narraron a detalle cada paso de la aventura en un video publicado en la cuenta de YouTube de Joe Grand. El hacker cuenta que pasó tres meses trabajando en un pequeño laboratorio en el patio trasero de su familia en Portland, hasta que consiguió desarrollar una técnica para hackear el monedero Trezor One.
Grand tomó como base un otro caso similar. En 2017, un hacker de Reino Unido llamado Saleem Rashid, de solo 15 años, desarrolló un método para desbloquear una billetera de criptomonedas Trezor. El chico descubrió que cuando ésta se activaba se hacía una copia del PIN, se almacenaba en la memoria flash de la cartera y se hacía una copia en la RAM.
Su método ayudó a que el periodista tecnológico Mark Frauenfelder liberara 30,000 dólares en Bitcoin. Sin embargo, esta experiencia hizo que Trezor detectara y eliminara esa vulnerabilidad, así que la técnica ya no servía para el caso de Reich.
Por suerte, Grant vio una esperanza: en la versión de firmware instalada en la criptobilletera de Reich, la clave y el PIN aún se copiaban en la RAM cuando se encendía el dispositivo. El hábil pirata cibernético recordó el “método de inyección de fallos”, algo que vio en una conferencia en 2018. Este plantea que se puede debilitar la seguridad de la memoria RAM del dispositivo y leer el PIN en un momento preciso.
A partir de ello, Joe desarrolló una técnica para hackear todas las claves de prueba y descubrir el PIN correcto con un script automatizado. Para darle un toque de humor, lo programó para que, al hallar la contraseña, gritara “Hack the planet!”, una frase que aparece en la película ‘Hackers’ de 1995.
Poniendo toda su fe en ello, los chicos arrancaron con el proceso de recuperación experimental. Tres horas y 19 minutos después, por fin oyeron las palabas mágicas: “Hack the planet!”, señal de que el PIN fue capturado y por fin tenían la clave de cinco dígitos que los separaban de sus millones: 12514.
De inmediato, Reich transfirió los tokens a una cuenta segura y recompensó el gran servicio de Grand con un porcentaje de lo recuperado.
Gracias a una combinación de conocimiento tecnológico y mucha suerte, esta historia tuvo un final feliz, pero casi nunca es así. De hecho, la empresa de datos de criptomonedas Chainalysis estima que cada año se pierden en el mundo más de 3.7 millones de Bitcoins valorados en 66,500 millones de dólares en billeteras de criptomonedas perdidas o bloqueadas.
Aquí te dejamos el video de Joe Grant donde cuenta con lujo de detalle toda la aventura:
