Balenciaga gusta de crear polémica con sus colecciones, pero en esta ocasión se ve envuelta en una terrible controversia por una campaña inapropiada que involucra a niños.
La colección Spring ’23 presentaba a niñas sosteniendo un oso de peluche ataviado con un traje BDSM. No solo eso, en una de las imágenes que promocionaba un bolso de Balenciaga se ve parcialmente un documento del caso judicial Ashcroft vs. Free Speech Coalition sobre la pornografía infantil virtual. Una imagen más de la campaña mostraba a una mujer pelirroja en un escritorio con un libro del pintor Michael Boerrmans con pinturas alusivas a niños desnudos.
Usuarios de TikTok y Twitter detectaron estos detalles parcialmente escondidos en las imágenes y cuestionaron las decisiones de la marca con la campaña que se volvió viral por su contenido.
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Las fotografías ya fueron retiradas de absolutamente todas las plataformas de la marca.
Ante la reacción de las redes sociales, Balenciaga emitió una disculpa en sus redes sociales.
“Pedimos disculpas por mostrar documentos inquietantes en nuestra campaña. Nos tomamos este asunto muy en serio y estamos tomando acciones legales contra las partes responsables de crear la campaña e incluir artículos no aprobados para nuestra sesión de fotos de la campaña de Spring ’23”, afirmó la compañía. ”Condenamos enérgicamente el abuso de niños en cualquier forma. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños”.
El fotógrafo de la campaña, Gabriele Galimberti, también dio su respuesta al escándalo por las “decisiones creativas” de las fotografías.
“Como fotógrafo, solo se me pidió que iluminara la escena dada y tomara las fotos de acuerdo con mi estilo característico. Como es habitual en un sesión fotográfica comercial, la dirección de la campaña y la elección de los objetos expuestos no están en manos del fotógrafo”.
“No estoy en condiciones de comentar las elecciones de Balenciaga, pero debo recalcar que no tenía derecho de ninguna manera a elegir los productos, ni los modelos, ni la combinación de los mismos”, insistió Galimberti, quien dijo haber recibido cientos de correos de odio.
