Tras un complicado embarazo que puso en riesgo su vida y la de su pequeña, y que además evidenció las prácticas discriminatorias de su patrocinador, Nike, la atleta y multimedallista olímpica, Allyson Felix, creó la primera “guardería olímpica” para que la maternidad sea compatible con los grandes éxitos deportivos.
Su experiencia personal y posterior lucha contra la multinacional de ropa deportiva, la llevó, además, a crear junto a su hermano su propia marca: Saysh.
Esta edición de los Juegos Olímpicos será histórica por muchas razones, una de ellas es la implementación de la primera guardería en la Villa Olímpica. En este hecho sin precedentes, las madres deportistas que se encuentren en la competencia contarán con un lugar y el apoyo para el cuidado de sus hijos.
En conjunto con P&G, Allyson Felix implementó esta iniciativa para permitir que los atletas puedan tener un mejor balance entre su vida personal y profesional. La instalación que da servicio de 9am a 9pm, cuenta con espacios para lactancia, así como un lugar con todas las amenidades para que los deportistas puedan pasar tiempo de calidad con sus bebés o pequeños hijos durante sus tiempos libres.
La guardería, que se ubica en la parte no residencial de la Villa Olímpica, servirá tanto para atletas olímpicos como paralímpicos.
Esta iniciativa de Felix cobra especial importancia en estos Juegos Olímpicos en donde, por primera vez en la historia, se alcanzó una paridad de género. Por su propia experiencia, la atleta ha luchado porque la maternidad no sea impedimento para seguir en el alto rendimiento.
El 18 de noviembre de 1985 nace en Los Ángeles, California, Allyson Felix, considerada una de las más grandes atletas femeninas en la historia del deporte. Esta espectacular velocista participó en cinco ediciones de Juegos Olímpicos, de 2004 a 2020, en donde se coronó en siete ocasiones como campeona olímpica.
Sus 11 medallas en Juegos Olímpicos, más las 19 preseas en mundiales de atletismo, 13 de las cuales fueron doradas, la convirtieron en una leyenda de la disciplina y, sobre todo, una fuente de inspiración para millones de mujeres alrededor del mundo.
Sus proezas eran tan sobresalientes, que contaba con varios patrocinadores, siendo Nike el principal. La reconocida empresa la acompañó en gran parte de esos logros.
A lo largo de su trayectoria que culminó en el año 2022, la también llamada “diosa del atletismo”, tuvo grandes glorias, pero también pasajes obscuros que, una vez superados, la llevaron a seguir haciendo historia, aunque ahora fuera de las pistas.
Luego de muchos años de triunfos y récords, en 2018 la velocista tomó la decisión de formar una familia. Felix era consciente que esta pausa podría comprometer su continuidad en el atletismo; sin embargo, su deseo era claro e inició el recorrido por la maternidad. Lo que no sabía es que la vida le tendría preparadas algunas sorpresas que cambiarían el rumbo de su vida.
Unos meses antes de su embarazo, en diciembre de 2017, el contrato que tenía con su principal sponsor llegó a su fin, por lo que el 2018 sería el año de negociaciones. Para su sorpresa, Nike, quien ya sabía del embarazo de la velocista, accedió a renovar el acuerdo, pero con una paga que se redujo en más de 70%.
Pero la reducción no fue lo más decepcionante, lo fue la respuesta de Nike al cuestionamiento de la deportista a que, si no tendría penalizaciones en caso de no rendir al máximo en los meses posteriores al nacimiento de su hija, algo a lo que la compañía no quiso comprometerse.
En una columna publicada en el New York Times un año después a esta situación y que sacudió al marketing deportivo, la campeona aseguró:
“Irónicamente, uno de los factores decisivos para mí al firmar con Nike hace casi una década fueron los que yo pensaba que eran los principios fundamentales de Nike. Podría haber firmado en otro lado por más dinero”.
En medio de aquella polémica, Allyson Felix sufrió de preclamsia en el embarazo, lo que la llevó a una cesárea de emergencia a las 32 semanas, poniendo en riesgo su vida y la de su pequeña. Ambas lograron superar la delicada situación, y ya con su hija en brazos, su futuro pintaba para ser totalmente diferente en muchos sentidos.
Por un lado, detuvo toda negociación con Nike y se convirtió en una de las voces públicas que criticaron a la compañía por su trato hacia las deportistas embarazadas. Esto llevó a que la multinacional le ofreciera una disculpa y se comprometiera a no discriminar:
“Si la atleta queda embarazada, Nike no puede aplicar ninguna reducción relacionada con el rendimiento (si se diera el caso) por un período consecutivo de año y medio, comenzando ocho meses antes de la fecha del parto. Durante dicho período, Nike no puede rescindir ningún contrato si el atleta no compite debido al embarazo”.
También emergió su lado activista: es defensora de los derechos femeninos, especialmente ha hablado sobre la importancia de una mejor atención médica para disminuir las tasas de mortalidad materna de las mujeres afroamericanas.
Felix, junto a su hermano, lanzó su propia marca de ropa deportiva llamada Saysh. En línea con sus prioridades y vivencias, la empresa cuenta con políticas como la de devolución en caso de que la talla de pie de una mujer cambie durante el embarazo. A quienes les suceda, pueden solicitar un cambio de número, el cual les será enviado.
La maternidad de Allyson Felix, aunque cerró la puerta con Nike, abrió muchas más que le permitieron dejar un significativo legado más allá de las pistas.
