Se acaba el home office para dar paso al coworking, al menos eso parece tras la pandemia. Las empresas del país cuentan con poco más de tres meses para ajustar sus modelos de trabajo e instrumentar medidas alusivas a la NOM-037, pero además de definir las nuevas condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, la norma está motivando a que cada vez más compañías busquen nuevas alternativas de espacios flexibles que impulsen su crecimiento y ayuden a que sus colaboradores tengan un correcto equilibrio entre su vida personal y laboral.
“Si hay algo que la pandemia nos dejó claro es que existe mucha diversidad en las maneras de trabajar, lo cual nos favorece ahora, no sólo para aprovechar todas las capacidades de los colaboradores, sino para que las compañías tengan ahorros en costos”, asegura Liliana Orozco, coordinadora de Investigación de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
Actualmente, el 84% de las empresas que ofrecen servicios trabajan de manera remota, y sólo el 47% de las que ofrecen productos tiene alguna modalidad de trabajo a distancia. Las compañías grandes y familiares fueron las que regresaron a labores presenciales principalmente; mientras que los equipos de trabajo con cinco o menos integrantes aumentaron en un 9% el trabajo en home office, según datos de la ASEM.
De ese modo, las empresas que trabajan de forma presencial son mayormente B2C (venta al consumidor), de sectores como consumo al por menor y mayoreo, gastronomía o manufactura. En contraparte, el trabajo remoto se incrementó levemente en sectores como el arte, la construcción, el turismo y el transporte.
Las nuevas disposiciones han generado una mayor preocupación de las empresas para atender temas de salud mental, física y mejores ambientes laborales, lo que también implica que opten no sólo por tener mayor flexibilidad, sino también por buscar espacios idóneos para sus equipos.
Eric Pérez, presidente de la Asociación Mexicana de Coworkings y Espacios Flexibles (AMXCO), señala que la NOM-037 pone un reto muy interesante al ecosistema empresarial. “Para cumplir con la norma estamos trabajando con una empresa certificadora para tener un estándar que nos ayude a prepararnos. Sabemos que las empresas grandes, por sus recursos e infraestructura ya se están alineando a esta normativa, pero las pequeñas no, ahí es en donde vemos un área de oportunidad importante”.
Reitera que los espacios de coworking fueron creados mayoritariamente para emprendedores y emprendedoras, ya que ahí pueden encontrar amenidades como salas de juntas, tecnología y los servicios necesarios para dar el salto empresario/a, es decir, para profesionalizarse.
Para Manuel del Valle, fundador de Homework, un coworking centrado en el desarrollo humano, las empresas que más buscan espacios de trabajo flexibles son aquellas que valoran el bienestar y la autonomía de sus empleados.
“Independientemente del sector o tamaño, estas organizaciones entienden que el trabajar en entornos donde cada persona es importante, así como respetar su identidad y cultura personal, no sólo mejora la calidad de vida de sus colaboradores, sino que también incrementa la productividad y promueve un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Está demostrado que las personas que trabajan en estado de FLOW son 500% más productivas”,
dijo Manuel del Valle.
El también emprendedor prevé que entre 2023 y 2024, los espacios de trabajo experimentarán una transformación hacia ecosistemas que fomenten la colaboración, la conexión humana y la movilidad.
“Se promoverá un sentido de comunidad a través de áreas diseñadas para facilitar interacciones informales y networking. Además, cada vez habrá más adopción de tecnologías como las herramientas de comunicación virtual, inteligencia artificial, proptech y plataformas colaborativas. El modelo hub & spoke también será relevante, el cual mejorará la eficiencia en la movilidad y privilegiará los tiempos y la calidad de vida de las personas a través de modelos híbridos”.
