Con poca inversión puedes iniciar tu propia lavandería y generar grandes utilidades desde el primer año de operación.
Es un hecho: cada vez más familias dejan de lavar en casa. La falta de tiempo, una mayor participación de la mujer en la vida laboral o el aumento de personas que viven solas son algunas de las causas que han cambiado los hábitos de los mexicanos. Otros factores que han influido son el reducido tamaño de los nuevos apartamentos donde no cabe un centro de lavado y hasta la moda, ya que actualmente la mayoría de las prendas de vestir y la ropa de marca no necesitan lavarse en seco.
Además, la gente que trabaja valora más su tiempo y busca practicidad: este consumidor sabe que ahorra más acudiendo a una lavandería, que lo que gasta por hacerlo él mismo o por pagarle a alguien que le ayude en las tareas del hogar.
A diferencia de las tintorerías –cuyos equipos rebasan $1 millón–, una lavandería es un negocio de baja inversión que llega a arrojar márgenes de operación del 50% y utilidades promedio de hasta un 30%. Las lavanderías pequeñas generan una ganancia mensual de $10,000, mientras que en las medianas y grandes son de alrededor de $25,000 al mes.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de las Lavanderías (Canalava), este sector registra un crecimiento sostenido, principalmente por la apertura de lavanderías automáticas que responden al aumento de la demanda. Así, también se observa que los locales tradicionales se están transformando en amplios centros de lavado.
Por ejemplo, las modernas sucursales ofrecen servicios complementarios de planchado y reparación de prendas, así como el autoservicio. Algunas hasta tienen instaladas máquinas vending que les generan ingresos extra por los consumos de café y botanas. Otro valor agregado puede ser la entrega a domicilio y los amplios horarios de atención. “Los clientes reconocen tus esfuerzos por brindarles un mejor servicio y facilitarles su estancia”, comenta Rocío Carrillo Abraham, propietaria de Maxi Lavandería & Servicios, cuyo negocio ubicado en Metepec, Estado de México, tiene habilitada una conexión Wi-Fi para que sus clientes naveguen por Internet mientras esperan a que su ropa esté lista.
Las lavanderías se clasifican según la clase de servicio que se ofrezca, que va en función de su capacidad instalada y tipo de maquinaria. El 80% de las firmas del sector son microempresas que tienen cinco lavadoras y trabajan “por encargo”, que es cuando el cliente lleva a lavar sus prendas y las recoge al día siguiente.
También existen las que tienen más equipos y tinas de mayor capacidad, que además manejan el autoservicio para que el propio cliente lave su ropa. Como una de las tendencias más fuertes del sector está la instalación de módulos de recepción en los que sólo se recolectan y se entregan las prendas y que, por lo tanto, no requieren de una inversión muy grande.
Las claves del negocio
“Una lavandería atiende a un sector de zona, donde la localización es el factor determinante para su éxito”, señala Verónica Ybarzabal Téllez, presidenta de la Canalava. Se recomienda ubicarla en las plantas bajas de una calle transitada, o bien dentro de la ruta “hogar-trabajo”, cercana a fraccionamientos o edificios de departamentos. Si brindas el servicio a domicilio, entonces la calidad en la recolección y el reparto serán los puntos que te harán ganar más clientes.
También puedes instalarla en un área cercana a otros comercios para lavar por ejemplo, la mantelería de restaurantes o las toallas de estéticas y spas que, en promedio, gastan entre $3,000 y $4,000 en esta tarea. Así, con sólo captar a cinco de estos clientes, tendrías ventas aseguradas por $20,000 al mes.
Toma en cuenta que una gran cantidad de personas que hace uso de una lavandería vive en colonias populares de clase media, con alta densidad de población. Ellas prefieren un negocio de autoservicio con máquinas tragamonedas de cargas superiores. En cambio, las zonas con niveles socioeconómicos medio-alto y alto demandan el servicio “por encargo”. Para las residenciales lo mejor es contar con equipo combinado y al menos una lavadora especializada en ropa delicada, como sedas y lanas.
Existen numerosas máquinas industriales y semi-industriales, con o sin tragamonedas, que incluyen una tarjeta magnética que arroja estadísticas importantes tanto para la administración del negocio como para las estrategias de marketing que se implementen.
Por ejemplo, conocer las frecuencias de uso y los ciclos de lavado más demandados te ayudarán a establecer promociones u otros descuentos que atraigan más clientes. Además, a mediano plazo, esta tecnología permite tener una operación automatizada que no exige al emprendedor estar en el local de tiempo completo.
La inversión en equipo básico de cuatro lavadoras y dos secadoras es de $49,500, y si se equipan con tragamonedas se eleva a $70,000. Para montar un negocio grande con máquinas de alta eficiencia se necesitan $90,000, mientras que el paquete de ocho a 10 lavadoras/secadoras de diferentes capacidades requiere de alrededor de $250,000.“Con un equipo de estas características, la inversión se recupera en menos de un año”, señala Carlos Martínez, director comercial de Maytag México, distribuidora de equipo de lavandería. Según su experiencia, se puede iniciar con seis máquinas semi-industriales y una grande para lavar edredones en un local de 16m2 (con baño incluido), con rentas de $3,500 a $5,000 mensuales.
Eficiencia en la operación
Uno de los retos que enfrentan los microempresarios del sector es la improvisación. “Muchos de ellos desconocen sus costos y no obtienen las ganancias que deberían registrar por caer en una guerra de precios”, advierte la presidenta de la Cámara. “Pero si se saben aprovechar adecuadamente los insumos, son muchas las ventajas”.
Por ejemplo: mientras que una lavadora para el hogar gasta entre 180 y 200 litros de agua por ciclo, una semi-industrial utiliza 120, y los equipos ecológicos de alta eficiencia industrial sólo 50. Al usar menos agua, también se reduce a la mitad la cantidad de productos químicos (detergente, blanqueador y suavizantes).
Así, al invertir en equipo especializado, el consumo de agua baja en 75% y el de energía eléctrica en 50%. Y gracias a sus sistemas de centrifugado, también se obtienen ahorros de hasta el 40% en el gas que se utiliza para el secado.
La Canalava también apoya a sus agremiados con un software que calcula los costos de agua, gas, energía eléctrica, mano de obra, renta y depreciación, además de indicar las cantidades adecuadas de detergente, blanqueador, suavizante y otros productos químicos.
Esta eficiencia en la operación hace más rentable el negocio y disminuye considerablemente el impacto ambiental que genera, por lo que además se reducen los pagos de derechos por la descarga de aguas residuales. Y por si fuera poco, esta estrategia ecoamigable puede actuar como gancho para atraer a consumidores verdes.
Profesionaliza el servicio
La mejor forma para diferenciarte de la competencia es a través de la capacitación. Tu personal deberá conocer qué ciclos de lavado utilizar según el tipo de fibras y el tratamiento para desmanchar las prendas, así como los tiempos y movimientos de su doblado y planchado. La inversión anual en este rubro es de $6,000 y comprende tres cursos teórico-prácticos de 20 horas. Abarcan desde la introducción al servicio de lavanderías y la asesoría para el arranque, hasta los detalles de cada proceso de limpieza.