La primera vez que Emmanuel Lubezki vio una cámara fue en casa de sus padres y el aparato le llamó la atención por cómo la luz acariciaba la lente. Tiempo después, el “Chivo”, como sería conocido por todo el mundo, se convertiría en el mexicano con más Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas por sus logros en películas como Gravedad , Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia ) y El Renacido.
Lubezki, que es exalumno del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, ha sido nominado ocho veces al Oscar por su labor en filmes como La Princesita, Sleepy Hollow y El Libro de la Vida y ha trabajado con directores de la talla de Tim Burton, Alejandro González Iñarritu, Terrence Malick y Alfonso Cuarón.
En entrevista durante bsu participación en el festival de Canon Zoom In Project en la UNAM, el cinematógrafo compartió como se a la vanguardia y en busca de ideas para ofrecer mejores versiones de su trabajo.
Lubezki es, junto a Gabriel Figueroa, el cinematógrafo más famoso de la historia del cine en México. Sin embargo, él no se ve como un líder, sino como alguien que simplemente sigue su corazón. “Nunca he sentido que tenga ningún estatus. Soy un fotógrafo y nada más me dedico a hacer películas y seguir mi pasión. Hacer películas y tomar fotografías”.
Es el mexicano que más veces ha sido nominado y recibido Premios Oscar, pero él no considera que estos reconocimientos necesariamente lo conviertan en el mejor de su industria. “Tengo mucha suerte. Tengo varios Oscar, pero eso no quieres decir que seas el mejor, ni el más talentoso, ni que tus películas son las que la gente va a querer ver en un par de años”. Emmanuel remarca que, para él, el éxito verdadero es cuando puede ver su trabajo nuevamente y sentirse satisfecho. “Ese es el escenario ideal: acabar una película y sentir una contento por lo que hice”.
Hay películas propias que Lubezki no puede volver a ver, en especial aquellas donde ha tenido que repetir fórmulas de otros filmes a petición del director. Le sucedió al filmar Lemony Snickets: Una serie de eventos desafortunados , pues el director quería que tuviera una imagen parecida a la de Sleepy Hollow. “Me costó muchísimo trabajo; sufrí mucho esa filmación. Amo al director y es mi íntimo amigo, pero hice ese trabajo completamente contra mi instinto. Es un claro ejemplo de algo que no me gusta hacer que es repetir fórmulas”.
Para mantenerse fresco en una industria tan dinámica hay que buscar aliados que te ayuden a ser la mejor versión de ti mismo. “Mi mentor número uno es Alfonso Cuarón. Yo fui su asistente de sonido y de dirección. Siempre ha sido mi maestro. De alguna manera, también incomprensible, hemos crecido con una frecuencia muy parecida”. Lubezki también dice que el director Terrence Mallick ha sido una de las influencias más positivas que ha tenido en su vida pues incluso le ayudó a mejorar como padre y ser humano.
