No podríamos concebir crecimiento acelerado, permanencia en el mercado ni sobrevivencia sin la innovación continua.
La innovación continua es, indiscutiblemente, un pilar fundamental del crecimiento y de la sobrevivencia en mercados cambiantes e impredecibles. Emprendimiento e innovación están íntimamente ligados y no podríamos concebir crecimiento acelerado, permanencia en el mercado, apertura de nuevas líneas de negocio ni sobrevivencia sin la innovación. La innovación continua, no sólo esporádica, es un imperativo del emprendedor.
La innovación no sucede, se construye; no es casual, es provocada. Aun cuando pueden existir algunos “momentos ajá” en la cotidianidad, donde se despierta el talento creativo que todos llevamos dentro, la innovación continua es fruto de adoptar disciplinas específicas, abrazar una particular manera pensar y fomentar una cultura abierta.
Antes de compartirte los elementos para construir la competencia de la innovación continua, me interesa clarificar la diferencia entre creatividad e innovación.
La creatividad es la capacidad humana de generar ideas; por otro lado, la innovación es la capacidad de llevarlas a la práctica. La creatividad es pensamiento divergente, la innovación es la ejecución de ese pensamiento. Mientras la creatividad se queda en el mundo de las ideas y en la mente misma, la innovación cobra vida. De tal manera que todos somos creativos, pero no todos innovadores.
Definitivamente debemos fomentar el pensamiento creativo como antesala esencial para la innovación. El don de la creatividad existe en todo ser humano, es una facultad dada por diseño, y como todo atributo, puede desarrollarse o atrofiarse.
4 acciones para impulsar innovación contina
Así que, a partir de fomentar el pensamiento con el fin de convertirlo en innovación, te comparto cuatro acciones que, desde mi experiencia consultiva, deben implementarse para desarrollar una cultura de innovación continua dentro de una empresa.
1) Desarrolla una cultura de cuestionar
La fuente de la innovación es la creatividad, y la clave de la creatividad es pensar diferente. Muchas veces perdemos oportunidades de crecimiento y mejora porque estamos enamorados de nuestra primera versión, de nuestro modelo de negocio o de nuestra forma de hacer las cosas, y no estamos dispuestos a cuestionarlos.
El cuestionar comienza por desapegarnos emocionalmente de nuestras ideas, de nuestras fórmulas ancestrales de éxito y evitar a toda cosa canonizar nuestros métodos.
Todo se cuestiona, pero no todo necesariamente debe cambiarse. Habrá cosas que deben permanecer igual porque sigue resultando estratégico, sin embargo, esa decisión viene después de volver a someter a juicio todo. Siempre será válido continuar con la forma actual de hacer las cosas, si surge como respuesta a un proceso de evaluación y no solo como acto reactivo de inercia.
Todo comienza con estar abierto a cuestionar, a ver con otros ojos. Así que fomenta la cultura de cuestionar todo y continuamente cuestiónate todo.
2) Disminuye el cortisol, aumenta la acetilcolina
El enemigo más importante para el pensamiento creativo es el cortisol, químico conocido por ser fruto del estrés. El cortisol bloquea nuestro cerebro y obstaculiza el pensamiento creativo y disruptivo. El cortisol nos pone en estado de alerta y solo nos invita a huir o pelear.
Exceso de presión, trabajar a un ritmo acelerado, andar de dead line en dead line y sobresaturación en la lista de pendientes, genera que el cerebro solo esté buscando ejecutar reactivamente para salir adelante de cada situación y no permite la creatividad, ni mucho menos la innovación.
Para fomentar el pensar diferente se necesita el poder de la pausa y provocar un espacio sin amenazas externas. Un momento donde el equipo se comprometa a no distraerse por las presiones externas, a no atender llamadas, ni contestar correos. Un espacio, que puede ir desde 90 minutos hasta retiros completos de 2-3 días. Un momento tranquilo que permita que todo el equipo genere el químico que fomenta el pensamiento creativo: la acetilcolina.
Cuando producimos acetilcolina las ideas fluyen, no hay amenaza, el pensamiento divergente se dispara y la creatividad florece.
Así que aprende a parar por un momento, a aislarte con tu equipo para que la acetilcolina se produzca y desarrolla la disciplina de continuamente celebrar reuniones con cortisol controlado, con el fin de fomentar la generación de soluciones creativas y tener un semillero de nuevas posibilidades.
3) Crea un lugar psicoemocionalmente seguro
Un principio vital de la cultura de innovación es entender que se cuestionan las ideas, pero a las personas se les respeta. Una idea puede ser destruida, pero una persona deberá ser siempre dignificada.
La seguridad psicológica se produce cuando se tiene la certeza que uno exprese lo que exprese no será motivo de burla, ni rechazo, ni desprecio. El famoso proceso de Lluvia de ideas sólo puede ser exitoso si los miembros del equipo tienen la certeza que sus opiniones serán siempre valoradas y que su persona y su dignidad jamás estarán en riesgo.
¿Qué sucede cuando no nos sentimos en un espacio seguro? Simplemente nos quedamos callados, nos sentimos intimidados, entra el cortisol, nos bloqueamos y no estamos dispuestos a hablar. De nada sirve asilarnos para sostener una sesión creativa, si el espacio puede resultar amenazante para alguien del equipo.
Así que, asegúrate de construir un espacio seguro para fomentar el pensamiento divergente, y en ello tú, como líder, debes ir por delante: no juzgues, no minimices, no menosprecies, no te burles y no hagas bromas de los comentarios expresados. Al contrario, celebra la diversidad, escucha con absoluta atención y respeto, no permitas que el equipo desacredite alguna idea impulsivamente, dale voz a los que comúnmente no hablan, fomenta ideas locas, busca construir sobre las ideas de los demás y deja a un lado los juicios.
4) Sé un fan de la ejecución
Todo lo anterior sirve para fomentar el pensamiento creativo, pero jamás se volverá innovación sino se ejecuta. Así que, indiscutiblemente esas ideas deben ahora cobrar vida, hay que atreverse a ejecutar. No podemos poner las ideas un pedestal, hay que ponerlas en acción.
Debemos comprender que no existen “ideas perfectas”, pero si existen procesos adecuados para perfeccionar las ideas, y todo proceso de perfeccionamiento comienza con la ejecución. De ahí se desprende la famosa frase “más vale hecho que perfecto”.
Así que, después de evaluar la viabilidad y factibilidad de las ideas que surgen en tus sesiones continuas de creatividad colectiva, decide ejecutar.
Hay algunos consejos que me gustaría brindarte para este punto:
- Comienza en pequeño. Aun cuando parezca perfecta la idea, ejecuta con riesgo controlado.
- Mide, retroalimenta y mejora. Busca medir la implementación, ten sesiones de análisis y evaluación y mejora de forma frecuente.
- Fracasa rápido para tener éxito más a menudo. Debemos comprender que para encontrar el éxito no todo saldrá bien a la primera. Entendamos que el fracaso es parte inseparable de la innovación exitosa.
- Cree en la intuición. A veces no tenemos todos los elementos para decidir objetivamente sobre una idea, sin embargo, existe la inteligencia intuitiva que nos hace ver oportunidades. Esta inteligencia sea ha formado con la experiencia, la visión y el recorrido personal. Cree en ella y, cuando consideres necesario, obedécele.
Estoy seguro de que en el interior de cada equipo y de cada emprendimiento ya existen las ideas que pueden generar un crecimiento exponencial, sólo hace falta dejarlas salir y comenzarlas a poner en marcha. La innovación continua está al alcance de todos y es nuestra responsabilidad impulsarla en nuestra organización.