



Este martes, Prisca Awiti hizo historia al ganar la primera medalla olímpica de México en judo. La judoca mexicana obtuvo la plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, un logro sin precedentes para el país. Como practicante de este arte marcial, me puse a pensar cómo se aplica en los negocios y en la vida.
El judo es un arte marcial japonés, creado por Jigoro Kano, su nombre significa “el camino de la suavidad/gentileza” y su único objetivo es formar buenos seres humanos.
Llevo siete años entrenando judo y hay algunos principios de este arte marcial que creo vale la pena ser aprendidos, practicados y aplicados en el mundo de los negocios, incluso si nunca has oído sobre él. Aquí algunos de ellos.
Aplicar los principios del judo en los negocios no solo ayuda a superar obstáculos y competidores, sino que también permite a las empresas crecer de manera sostenible y efectiva en un entorno dinámico y competitivo.
En los negocios, como en los combates, hay que hacer lo más sencillo que sirva a nuestro propósito. Una buena forma de entender este principio es el dicho común de “la respuesta más sencilla suele ser la correcta”.
Hay muchos movimientos para derribar al oponente, pero siendo aplicado correctamente no debería de suponer un gran esfuerzo. En los negocios, como en la vida, las cosas forzadas no funcionan.
Cuando entrenamos o colaboramos en algún trabajo (sea el que fuere) debemos esforzarnos para estar en un entorno en el que todos trabajemos por el beneficio común. En los negocios, esto se le llama ganar-ganar.
En los combates y en los negocios, claro que hay oponentes e inclusive rivalidades, pero siempre hay que recordar que un oponente nos ayuda a mejorar y tarde o temprano podría convertirse en un aliado o un excelente compañero para entrenar.
Algo común en las peleas de judo (sobre todo con los novatos) es: quien gana se acerca al perdedor para explicarle por qué perdió y así él mejore (sé que suena a ficción, pero personalmente he sido testigo de esto).
Si nosotros no trabajamos juntos o trabajamos en contra, además de no mejorar perderemos la oportunidad de hacer un amigo.
El objetivo del combate en judo es obtener el “ippon” que simboliza la muerte de nuestro oponente. La forma más común de obtenerlo es derribando de espaldas a nuestro oponente con una técnica bien ejecutada, pero si esta técnica no está bien elaborada, se continúa la lucha en el suelo buscando la rendición (por medio de estrangulaciones o luxaciones) o bien la inmovilización del oponente.
Son incontables las peleas que han sido perdidas debido a que alguien que ha sido derribado ha pensado que perdió y deja de luchar. Sin embargo, como en los negocios, el haber fracasado o tenido éxito en algo no es definitivo.
Hay que seguir peleando hasta el final. Siempre hay alguna forma de obtener la victoria.
Hay un lema de entrenamiento que dice: “Para aprender un movimiento hay que hacerlo 1,000 veces, para entenderlo 10,000, para aplicarlo en combate 100,000 veces”. La práctica hace al maestro y trabajar en nuestro negocio es lo que nos hará dominarlo.
Los sistemas de aprendizaje japoneses son procesos largos que incluyen la repetición para poder dominar movimientos de cada arte, no existen secretos o “golpes mortales”. No existe tal cosa como el éxito inmediato. Normalmente, esa “técnica impresionante” y “ese gran negocio” está cimentado en horas y horas de esfuerzo.
Para saber más: 5 principios del Taekwondo para practicar los valores humanos en la vida y las empresas
Algo que me sorprende mucho, es que cada movimiento y variante (por ejemplo si lo haces con el agarre izquierdo o derecho) tiene su nombre. Todas las técnicas tienen su nombre y cada una de ellas es la adecuada para el momento adecuado, pero si las usamos en el momento incorrecto, no será efectiva.
Así mismo, en los negocios, hay que saber cuál es el momento adecuado para usar alguna de nuestras cualidades; cuándo hay que ceder y cuándo mantenernos firmes en nuestra posición.
En el judo como en la vida, hay que buscar el principio de la suavidad.
En los combates, se busca sacar de balance al oponente. Un oponente que esta en equilibrio, es un rival difícil de derrotar. En nuestra vida, debemos buscar siempre estar en un balance mental, espiritual y físico, para simplemente ser la mejor versión de nosotros mismos.
Si estamos fuera de nuestro balance, será más fácil que seamos derrotados.
Si bien el judo utiliza la fuerza del oponente en su contra, no se limita a sólo eso, si nuestro oponente no se mueve, nosotros debemos generar el movimiento que deseamos para así obtener el “kuzuchi” o desequilibrio que necesitamos para lograr nuestro objetivo.
Si las cosas no existen como las quieres o estás esperando el momento ideal, aquí esta la clave: genera el momento ideal, haz las cosas como tú quieres que sean.
El judo es un deporte violento, pero no agresivo. Si un judoka es agresivo o sus ataques “duelen” (a él mismo o al contrincante) es simple: lo está haciendo mal. Mientras mejor es el judoka, menos agresivo es, menos duelen sus ataques. Esto no quiere decir que no sea implacable. Más bien: para cuando sientes algo, es porque ya estás en el suelo.
Judo: el camino gentil al suelo.
En los negocios debemos ser tenaces e implacables en nuestras metas, esto no suele gustarle a las personas que por algún motivo perturben tus acciones. Sin embargo, el ser amable nos ayuda a que incluso esas personas estén de acuerdo con nuestras acciones.
Siempre ser implacable, pero también ser amable con todos.
Al principio, hablamos sobre la “máxima eficacia, mínimo esfuerzo”. Pero, si este principio se cumple aceptando la derrota, nuestro deber es aceptar nuestra derrota.
Conoce más: 4 principios del Código Samurái para emprender sin quitar los pies de la tierra
Un judoka debe ser capaz de entender bien cuando ha sido derrotado, esto no quiere decir que seamos fáciles de derrotar o bien que te rindas fácilmente. Más bien es entender cuando no hay nada más que puedas hacer.
El oponernos a esto solo nos traerá sufrimiento y hará más difícil para nosotros volver a intentarlo. Es un concepto muy difícil de entender, pero el fracaso es uno de los componentes más importantes para alcanzar algo y normalmente en lo que más se aprende.
Por último, el judo es muy conocido por tener los mejores y más perfectos derribes en todo el mundo, pero un judoka que no sabe caer, no es judoka.
Si bien somos buenos derribando, en lo que somos realmente excelentes es en caer. El caer nos ayuda a la hora de aprender a derribar y es un componente fundamental para aprender las técnicas que más tarde utilizaremos en combate.
Si eres cinta blanca, lo mismo te puede tocar con una cinta marrón, naranja o incluso una negra. Los grados más avanzados tienen la obligación de enseñar a caer a los novatos y los novatos de aprender a caer.
Pero siempre que caemos, debemos caer de tal forma que podamos levantarnos. No importa que tan grande o fuerte seas, siempre hay uno más grande o uno más fuerte, tarde o temprano vas a ser derrotado.
No importa que tan bien preparado estés: la vida tarde o temprano te va a derribar. No hay quien pueda con un enemigo tan grande.
Pero el día que seamos derribados, no importará cómo caímos al suelo, sino cómo nos levantamos.