Recibir comida gratis de Uber Eats en la puerta de tu casa no parece un gran problema, ¿cierto? A menos que a ti y a tus vecinos les lleguen más de 40 pedidos no solicitados por semana, a cualquier hora del día y con alimentos totalmente al azar. Eso está pasando en Los Ángeles (Estados Unidos) y New Westminster (Canadá), dos ciudades distantes y sin relación aparente que ahora enfrentan el mismo problema: barrios inundados de paquetes que la gente no pidió, pero que alguien envió y pagó.
El fenómeno comenzó discretamente a inicios de marzo en el vecindario de Highland Park, en la ciudad californiana, según reporta Los Angeles Times. Al principio, algunos residentes estaban emocionados con el delivery gratuito, pero luego de tres semanas las entregas masivas indeseadas se han vuelto una molestia.
“Antes de que te dieras cuenta, toda la calle estaba llena de bolsas de McDonald’s y Starbucks, y nadie podía explicar de dónde venían”, dijo Morgan Currier al medio local ABC7. “La gente ha recibido más de 30 a 40 pedidos”, agregó el hombre, quien ha sido destinatario de al menos tres decenas de éstos.
Otro residente de nombre William Nealy afirma que las entregas han comenzado a “perseguirlo en sueños”. También se queja de que el menú no varía mucho, ya que “alrededor del 80% de las veces fue un solo Chicken McCrispy”.
Más de 2 mil kilómetros al norte, los habitantes del vecindario de Victoria Hill en New Westminster, una ciudad en la provincia de British Columbia, enfrentan el mismo problema. En las últimas semanas, cientos de bolsas con comida se han acumulado en las puertas de casas y edificios, reporta el medio canadiense CBC News.
Las entregas no deseadas alcanzaron su punto máximo el pasado jueves “con docenas de entregas apiladas” afuera de los condominios. “Alguien me envió una foto de su porche delantero. Los animales se habían metido en la bolsa de McDonald’s y la comida estaba por todas partes”, dijo un testigo.
Los vecinos indican que el Departamento de Policía local ha dicho que no pueden abordar el problema.
Los afectados señalan que las entregas misteriosas comenzaron en Range View Avenue y se extendieron a varios puntos del vecindario. En su mayoría se trata de comida rápida proveniente de cadenas como McDonald’s, Starbucks y Taco Bell, entre otros.
Todos los pedidos están pagados e incluyen propina para el repartidor, pero no cuentan con datos del remitente, como nombre o teléfono.
En Canadá, las órdenes no van a direcciones específicas, en cambio, se envían a ubicaciones genéricas de condominios, conjuntos habitacionales o edificios, sin especificar el número interior.
Los paquetes estaban dirigidos a nombres como “Steve C” y “Jenn O”, que no coincidían con quienes vivían en esos lugares. Además, las entregas provenían de un número de teléfono con los dígitos 555-555-5555.
Tristemente, muchos de los que recibieron alimentos en Los Ángeles no pueden comerlos.
“La mayoría de nosotros aquí somos vegetarianos”, dijo un afectado. “Podríamos dárselo a los contratistas en la calle o simplemente llevarlos al pequeño banco de alimentos local”, agregan, pues consideran que “es un desperdicio enviárselo a un vegetariano”.
En New Westminster la selección de alimentos es aún más extraña, pues hay quienes han recibido solo agua, condimentos o postres, entre otros.
“Uno de nuestros vecinos recibió un tazón de salsa de KFC”, relató Jennifer Hughes, una residente local que recibió más de 30 entregas en solo una semana, incluidas dos botellas de agua y una dona.
En un principio se pensó que quizá era una estrategia de marketing de Uber Eats, pero eso quedó descartado ante el desconcierto de la compañía.
Un vocero de Uber dijo que la oleada de entregas indeseadas es “preocupante”. La plataforma informó que han iniciado una investigación para identificar el origen de los pedidos masivos.
Hasta el momento se desconoce quién realizó y pagó los envíos, pero Uber Eats ya ha “tomado medidas contra varias cuentas”. En un comunicado, la empresa señaló que ha prohibido los perfiles relacionados con pedidos recientes y “no dudará en tomar medidas adicionales si continúan los pedidos no solicitados”.
Por su parte, varios afectados señalan que intentaron llamar a los números de teléfono que aparecen en los recibos de las órdenes, pero están desconectados.
Las entregas no han podido detenerse por completo en ambas ciudades, pero se espera que el frenómeno pare de un momento a otro (o que replique en otros vecindarios, ¿te imaginas?).
