
En un país donde la percepción de inseguridad sigue siendo alta, destacan cinco ciudades mexicanas donde sus habitantes aseguran sentirse más tranquilos al salir a la calle. Según los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), municipios como San Pedro Garza García (Nuevo León) y la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México son los que registran menores niveles de percepción de inseguridad. Este ranking no solo revela tendencias en seguridad urbana, sino también las posibles dinámicas de gobernabilidad, infraestructura y confianza ciudadana que marcan la diferencia.
La ENSU del INEGI es la fuente primaria para medir cómo se sienten los mexicanos frente al entorno urbano. En su edición más reciente, se pregunta a personas mayores de 18 años si consideran que vivir en su ciudad es inseguro. A partir de ahí se ordenan las ciudades con menores porcentajes de percepción de inseguridad (es decir, con mayor sensación de seguridad). Por ejemplo, según el boletín, las cinco ciudades que reportan menor percepción de inseguridad son: San Pedro Garza García (8.9 %), Piedras Negras (15.0%), Benito Juárez (15.6%), Los Mochis (19.2%) y San Nicolás de los Garza (22.4%).
Estos datos son un reflejo de la percepción ciudadana, no necesariamente de la incidencia delictiva real, pero lo cierto es que influyen en la calidad de vida local.
Al revisar los municipios mejor evaluados, se pueden observar ciertos atributos compartidos:
Aunque cada ciudad tiene sus retos específicos, estos factores favorecen la baja percepción de inseguridad.
La sensación de seguridad influye directamente en la calidad de vida, las inversiones, el turismo interno, el desarrollo urbano y la movilidad cotidiana. Una ciudad donde la gente se siente segura tiende a tener mayor cohesión social, menor restricción de espacios públicos y mayor prosperidad. Por tanto, identificar estos municipios con menor percepción de riesgo aporta elementos para replicar políticas municipales exitosas.
Además, las diferencias entre ciudades pueden instruir sobre qué políticas locales —preventivas, de infraestructura, de participación ciudadana— funcionan mejor.
Es importante subrayar que percepción no significa necesariamente índice delictivo bajo. Una ciudad puede tener una baja percepción de inseguridad pero problemas ocultos o sub-registro de delitos. La ENSU mide lo que la población siente, no necesariamente lo que ocurre.
Por otra parte, la encuesta cubre población mayor de 18 años en zonas urbanas; no contempla cabalmente la ruralidad ni algunas formas de victimización específicas. Finalmente, los datos pueden cambiar rápidamente en contextos dinámicos de seguridad. Por ejemplo, la percepción de inseguridad en México ascendió al 63.2% en el segundo trimestre de 2025.
