Steve Jobs fue un visionario que representó la principal fuerza creativa del titán tecnológico Apple desde su creación en un garaje en 1976 hasta su fallecimiento en el 2011 a consecuencia de un paro respiratorio derivado de las metástasis de un cáncer de páncreas que le había sido diagnosticado ocho años antes.
Mañana se cumplen 10 años de la muerte del cofundador de Apple y es imposible no recordar su trayectoria y relevancia en el mundo tecnológico con el lanzamiento de productos como el iPhone y el iPad. Desde su fallecimiento, productos como el Apple Watch o AirPods han logrado un satisfactorio impacto en el mercado de la tecnología, pero nada como el cambio de paradigma que ocurrió cuando Jobs seguía vivo.
Meses previos al fallecimiento de Jobs el 5 de octubre de 2011, Tim Cook relevó al cofundador de Apple como director ejecutivo. Con él al frente de la compañía, Apple continuó ganando valor en la bolsa hasta que en 2018 se convirtió en la primera empresa estadounidense en alcanzar el billón de dólares. Con la crisis sanitaria que enfrentamos, y seguimos enfrentando, esta cifra fue duplicada. Pues, el año pasado, Apple superó los dos billones de dólares.
Los teléfonos siguen representando hasta hoy la mayor fortaleza para Apple pues, de acorde a los resultados más recientes, estos representan el %54 de los ingresos de la compañía. En esta cifra es palpable la visión y la estrategia que Cook tiene detrás del timón de la empresa, mejorar y reforzar los productos que Jobs dejó para la historia, siendo el iPhone el más popular de estos.
La estrategia de Tim Cook parece encantar a los consumidores y a Wall Street pues Apple valía 350,000 millones de dólares hace diez años, durante la dirección de Jobs y hoy vale poco más de 2,358 billones de dólares. Además, expertos financieros auguran que Apple llegará a valer tres billones dentro de seis a nueve meses.
