Todo emprendimiento requiere realizar una inversión con la que se pueda poner en marcha el proyecto y, a base de esfuerzo, dedicación y un poco de suerte, se comenzarán a ver resultados que contribuyan a la rentabilidad de un negocio. De acuerdo con el diccionario financiero de Konfío, la rentabilidad es “una referencia para poder saber el rendimiento que ha tenido una inversión u operación financiera. Es un indicador crucial para poder conocer el desarrollo de la empresa, y si está creciendo o no”.
Si te preguntas cómo saber si vas por buen camino, te presentamos dos indicadores financieros que debes conocer y empezar a utilizar para analizar la salud financiera de tu compañía, sin importar el tamaño que ésta tenga.
El retorno de inversión o ROI, como se le conoce coloquialmente por sus siglas en inglés (return of investment) es una de las métricas más populares y cuya función es evaluar el rendimiento de una inversión específica en un determinado momento. En otras palabras, con este indicador podrás definir si el capital que destinaste a algún proyecto rindió frutos y te generó ganancias o si representó pérdidas y tienes que hacer algún ajuste en tu estrategia.
El ROI siempre se expresa en porcentaje y para calcularlo tan sólo debes aplicar la siguiente fórmula.
Por ejemplo, si destinaste $5,000 a una campaña en redes sociales para promocionar algún producto y esta inversión te devolvió $7,000, al aplicar la fórmula del ROI verás que obtuviste 40% de ganancia. ¡Sigue así!
Un indicador menos conocido pero igual de importante es el ROE o return of equity, el cual hace referencia a la rentabilidad financiera, es decir, la capacidad que tiene una empresa para generar rendimientos sobre una inversión. Aunque a ti te clarificará el panorama, esta métrica es especialmente importante para aquellos negocios que dependen de inversores externos ya que brinda al accionista la información necesaria para determinar si continúa inyectando dinero a tu negocio y si amplía o reduce los montos.
Para calcularlo debes multiplicar el beneficio neto por 100 y, después, divides el resultado entre los fondos propios medios. La fórmula es la siguiente:
Por ejemplo, si en el último año tu emprendimiento generó beneficios netos por $100,000 y los fondos propios equivalen a $350,000, el ROE será de 28.57% o en otras palabras, por cada peso invertido como capital, el dueño o inversionista tendrá una utilidad del 28.57%.
Cualquier empresa debería recurrir a estos indicadores para analizar la salud financiera y así tomar las decisiones necesarias para seguir haciendo crecer ese negocio.
