La filosofía es un área del conocimiento que, para bien y para mal, está en la conversación. Y más ahora que se ha dado a conocer como tendencia en TikTok, que la filosofía se está considerando una materia que debería estar fuera de los planes de estudio de los jóvenes.
Las opiniones son divididas y por lo general radicales: o es básica para cualquier proceso cognitivo o, según otras opiniones, es una materia inútil.
Estas opiniones pueden extenderse al mundo del emprendimiento: quizá haya quienes consideren que la filosofía no es importante o no tiene ninguna relevancia en el ámbito empresarial. La forma más simple que podría resumir esta idea es una frase que aún es frecuente escuchar en algunas empresas (desafortunadamente): “no te pago por pensar, te pago por solucionar”.
El debate daría para un largo debate, por lo que el punto principal de la idea opuesta es que la filosofía, más que nunca, se hace necesaria para aprender a pensar, pues lograr el desarrollo de un proceso de pensamiento metódico y también creativo son fundamentales a la hora de resolver problemas.
Hay frases que pueden rondar tu cabeza por la verdad que pueden implicar. Yo comparto una que me dijo alguna vez un profesor en la universidad: “hace falta que se impulsen más las materias de filosofía en todas las carreras, en especial la rama de lógica, es la base de cualquier conocimiento”.
Al menos en el área que estudié, esto era cierto. No teníamos en la carrera materias de filosofía, si acaso como optativas. Y así podríamos tener muchos ejemplos de carreras en las que están ausentes las materias de filosofía o relacionadas con esta.
Partiendo de que la filosofía, por enseñarnos a pensar, es una materia fundamental en cualquier área laboral, sería ideal tener acceso a estos conocimientos y generar los propios desde la formación profesional, pues podría ayudar a los futuros emprendedores a innovar en la generación de herramientas que les permitan crear empresas que resuelvan problemas.
Siguiendo esta línea, de entre todas las ramas de la filosofía existentes, hay 2 que de entrada son básicas en el mundo del emprendimiento: la lógica y la ética.
La lógica es de gran ayuda para desarrollar las habilidades cognitivas propias del proceso de emprendimiento como el planteamiento de una problemática detectada en el entorno, la generación de un plan de negocios que podría ayudar a resolver ese problema, la determinación de los parámetros para evaluar y medir el desarrollo de la empresa, la reformulación de aquellas acciones que necesitan mejora para el crecimiento de la empresa.
Aunque hay variedad de procesos ya establecidos y que son los que usan las empresas de acuerdo con sus necesidades, si la intención de alguna empresa es innovar en este aspecto, se hace necesaria la lógica. No se trata de descubrir el hilo negro como sí de pensar en las preguntas más básicas para el desarrollo de una empresa y que están vinculadas con las habilidades antes mencionadas. El correcto planteamiento de los procesos, al final de cuentas, ahorra tiempo y por lo tanto, recursos a las empresas.
Respecto a la ética, se hace fundamental a la hora de pensar en el impacto de una empresa en su entorno y los vínculos que se dan a partir de esta: los vínculos internos de la empresa (entre empleados, entre líderes y empleados, entre socios, etc.) así como de la empresa con sus clientes, con el medio ambiente, con el mismo ecosistema emprendedor.
Considerar la ética dentro del desarrollo de una empresa, así como la lógica, puede ayudar a prevenir y evitar problemas a futuro. Y a resolver de la manera más óptima para la empresa los problemas que surjan en el camino.
