Pet Rock, la piedra que convirtió a un publicista desempleado en millonario
Su repentino éxito aún es caso de estudio en varias facultades de comunicación y publicidad, pues probó que a veces salirse de los márgenes puede dar exitosos resultados.
¿Alguna vez imaginaste que una roca podría convertirse en una mascota? Bueno, pues Gary Ross Dahl, un redactor publicitario independiente, nacido en 1936 y criado en Washington, lo hizo. Puso en marcha una idea aparentemente ridícula, que pocos creían funcional. Hoy en día los Pet Rock son parte del imaginario popular.
El ingenioso hombre era hijo de una camarera y un carpintero, y después de estudiar en lo que hoy es la Universidad Estatal de Washington, se abrió paso en el pujante mundo de la publicidad. En una salida con los amigos se le ocurrió esta curiosa idea, mientras bromeaba sobre cómo sería tener una mascota perfecta, que no requiriera de cuidados y mimos.
Pet Rock: La historia detrás de la tonta idea millonaria que conquistó a millones
Una roca sería perfecta, alegaba, ya que no pide comida, salidas o cambios de ropa, en general no interrumpe las actividades o paz mental de sus humanos. En cambio, las mascotas tradicionales, como los perros o gatos, necesitaban mucho trabajo e inversión de dinero y esfuerzo, además de que alguien debía cuidar de ellos para salir de vacaciones.
Dahl cambió su vida al crear Pet Rock, idea que lo volvió un emprendedor millonario, su producto era ofertado en una cajita, con cama y manual de instrucciones, todo por un costo de 3.95 dólares. La mayor inversión que hacía era en el cortado y ensamblado de las cajas, ya que las piedras -que traía de Baja California, México- le costaba un centavo cada una y la paja de relleno, la conseguía casi regalada.
Como buen publicista, dio a conocer Pet Rock con una campaña en medios de comunicación, que le costó aproximadamente 3 mil dólares y en la que usó la televisión, radio, y prensa escrita. Con anuncios de pegajosos ritmos y divertido contenido, llamó la atención de canales como NBC News, entre otros de impacto nacional, que acrecentaron la expectativa por la compra de sus artículos.
Cómo una idea absurda hizo historia en el marketing
El público, intrigado por la mofa en sus anuncios y la novedad, no tardó en adquirir, en los primeros 6 meses de vida en 1975, 1.5 millones de piedras. “Esto (los Pets Rocks) los lleva a un viaje de fantasía… se podría decir que hemos empaquetado el sentido del humor”, explicaba el creador a la revista People en 1975, según datos de la BBC.
Fue tanta la popularidad de Pet Rock que incluso tuvo imitadores como “Pet Moss” (musgo mascota) y “Pet Dung” (excremento de mascota). Sin embargo, su popularidad bajó tan rápido como subió, y para febrero de 1976, por las bajas ventas, tuvo que salir del mercado.
Con el dinero obtenido con Pet Rock, Dahl compró un bar en California, que cerró pocos meses después. Después trató de replicar el éxito obtenido con su producto estrella, pero ninguna idea funcionó.
Gary continuó trabajando en el mundo publicitario y se alejó de las entrevistas, falleció a los 78 años de edad. Su inusual éxito aún hoy es caso de estudio en clases de publicidad, donde usualmente se genera un debate sobre la forma en que las ideas aparentemente simples pueden volverse divertidos fenómenos culturales.