Mucho se ha hablado de cómo la Generación Z está transformando la sociedad desde diferentes ámbitos, y el caso del joven millonario Timothy Armoo es un claro ejemplo de ello. Pese a su gran su fortuna, el emprendedor británico no tiene casa propia ni las excentricidades normales en aquellos que triunfan y ven al dinero como la máxima realización.
Nacido en uno de los barrios más pobres al sur de Londres, Inglaterra, Timothy Armoo creció en un entorno en donde carencia y violencia eran la constante. Pese a esto, estaba tan determinado en salir adelante que desde muy joven se enfocó en la vida emprendedora.
A sus 14 años, Armoo creó su primer negocio, el cual consistía en tutorías de matemáticas. Él era el puente entre mentores y estudiantes, y por cada asesoría obtenía una comisión. Esta experiencia le dio algunas bases sobre el emprendimiento; sin embargo, su perspectiva cambiaría cuando recibió una beca para estudiar en un importante colegio privado.
Su nueva vida educativa le abrió el panorama a un mundo de oportunidades que, debido a su realidad, no sabía que existían. Esto lo motivó a encontrar nuevas formas de generar ingresos y cambiar su situación.
Esa búsqueda lo llevó a crear un blog llamado Entrepreneur Express que poco a poco fue cobrando relevancia. El éxito de su web fue tal que recibió una oferta de compra, la cual tomó y recibió a cambio 134,000 dólares.
Para Armoo ya no había marcha atrás, había encontrado en el emprendimiento la fórmula para generar ingresos haciendo lo que le apasionaba. Fue entonces que a sus apenas 21 años fundó junto a sus socios Fanbytes, una agencia dedicada al marketing de influencers.
La empresa conectaba a generadores de contenido con aquellas marcas que principalmente querían atraer a la Generación Z. En cinco años, lograron hacer negocios con compañías como Nike, Samsung o Amazon, lo que poco a poco lo acercaría a convertirse en millonario.
Cinco años después de haber iniciado operaciones, Fanbytes fue vendida a la agencia global de marketing digital, Brainlabs. Aunque el monto no fue revelado, se estima que fueron varias decenas de millones de dólares.
Tras la venta, la fortuna de Timothy aumentó considerablemente; sin embargo, pese a lo que se esperaría de un joven millonario, sus decisiones financieras fueron poco comunes.
El emprendedor inglés decidió invertir una buena parte de sus ganancias en fondos indexados y no en bienes raíces. De hecho, él no cuenta con una casa propia pues asegura que pasa pocos meses del año en Londres y no tiene familia propia.
En una entrevista para la NBC Armoo afirmó ser una persona minimalista cuyos grandes lujos son viajes en primera clase a destinos como Bali. Además, hace una invitación a repensar las reglas sociales y encontrar, desde un sentido personal, el valor de las cosas.
Cada generación tiene sus peculiaridades, pero los centennials e incluso los millennials más jóvenes, están siendo considerados altamente disruptivos en temas como la definición del éxito, la sustentabilidad o el bienestar personal.
El caso de Timothy es clara muestra de las revoluciones impulsadas por la Generación Z pues contrario a lo que se espera de un joven millonario, él ha decidido “derrochar” su dinero en experiencias por encima de lo material.
