
Parece que finalmente el hielo entre Elon Musk y Donald Trump podría estar derritiéndose. Meses después de una airada disputa pública entre ambos, Musk envió un mensaje con elogios hacia Trump que ha llamado la atención de analistas políticos y medios de comunicación. Esta aparente reconciliación plantea preguntas sobre si su relación —turbulenta en los últimos tiempos— está dando un giro estratégico.
Durante junio de 2025, Elon Musk criticó con dureza el proyecto de ley One Big Beautiful Bill Act, promovido por Donald Trump, tildándolo de “disgusting abomination” (“abominación repugnante”).
Esta postura generó un choque directo: Trump respondió públicamente que estaba “muy decepcionado” con Musk.
El intercambio escaló, con acusaciones mutuas y amenazas acerca de contratos federales vinculados a las compañías de Musk.
Semanas después de ese enfrentamiento público, Musk publicó un mensaje en su plataforma social declarando que “lamenta algunos de sus posts sobre el presidente” pues “fueron demasiado lejos”. También eliminó varias publicaciones controvertidas Voceros de la Casa Blanca reconocieron el arrepentimiento de Musk y señalaron que Trump “apreció” el gesto.
Según reportes, Trump y Musk han retomado las comunicaciones privadas desde el verano de 2025, lo que marca un claro alejamiento del distanciamiento público anterior. Funcionarios cercanos al Senado y asesores de Trump realizaron un papel activo para mediar y suavizar la tensión entre ambos.
Recientemente, Musk publicó un mensaje dirigido al exmandatario agradeciendo “por todo lo que ha hecho por Estados Unidos y el mundo”.
Ese comentario representa un cambio notorio considerando sus enfrentamientos anteriores, y ha sido interpretado por analistas como un gesto diplomático que busca preservar intereses cruzados.
El distanciamiento entre Musk y Trump puso en riesgo contratos federales y relaciones regulatorias vitales para empresas como Tesla y SpaceX. Reuters ha señalado que la retirada de Musk de publicaciones controvertidas y su retractación pública fueron parte de un retroceso calculado en reacción a la presión de asesores e inversionistas. Además, el costo potencial para los inversionistas y para las compañías tecnológicas vinculadas a Musk pudo impulsar el cambio de tono.
La reconciliación entre Musk y Trump no sólo es un asunto personal: tiene implicaciones políticas y económicas de gran alcance.
Musk ha sido uno de los principales donadores a campañas republicanas, aportando cientos de millones para las elecciones de 2024.
Su relación con la administración de Trump puede influir en regulaciones, subsidios y contratos federales relacionados con avances tecnológicos, energía y transporte.
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El gesto reciente de Elon Musk hacia Donald Trump marca un claro alejamiento de la tensión pública que los había enfrentado meses atrás. Aunque no se puede afirmar que la enemistad haya desaparecido por completo, los mensajes de reconciliación y los pasos atrás en los dardos mediáticos sugieren que ambos actores buscan reconfigurar su relación. Con tanto en juego —desde contratos hasta proyectos tecnológicos e influencia política— esta aparente tregua podría ser más estratégica que emocional.
