Los emprendedores colombianos que crearon una solución de logística para nichos desatendidos
Detectar espacios de mercado no cubiertos por las grandes startups fue clave para que Picap abriera operaciones en cuatro países durante 2020.
A sus 32 años, Daniel Rodríguez, Cofundador y CEO de Picap, cuenta con una destacada trayectoria como emprendedor. Y es que se le da bien armar negocios, “para mi no era opción no ser emprendedor. Lo llevo en la sangre”, reconoce. Su vínculo con el emprendimiento empezó a temprana edad, cuando desde niño pasaba horas en el negocio de ropa de su padre inventando qué hacer para matar el tiempo. Así, a los 14 años, en su natal Bogotá, Rodriguez tuvo su primera idea de negocio: comprar empanadas camino a la escuela para revenderlas entre sus compañeros.
A pesar de que en la escuela no estaba permitido vender alimentos, Daniel entendió la necesidad de sus compañeros y profesores y decidió ofrecer sus productos a precios mucho más accesibles que los de la cantina. “Visualicé el problema y me planteé una solución”. Misma acción que casi 20 años después lo llevaría al éxito.
Ese no fue el último acercamiento de Daniel Rodríguez con la entrega de productos, ni menos con la burocracia legislativa. Su olfato para detectar problemas y entregar soluciones lo condujo a una situación que poco a poco se fue convirtiendo en uno de los emprendimientos con mayor crecimiento durante la pandemia: Picap, una app de movilidad en moto que está ayudando a reducir el tiempo de traslado de las personas y facilitando la logística de los negocios.
Esta startup surgida en Colombia cuenta ya con más de 130 empleados directos y genera fuentes de ingresos para alrededor de 100,000 familias en Colombia, Brasil, Colombia y Perú, donde tiene presencia.
Con una mente curiosa –desarmó y armó cuanto juguete encontró en su niñez–, este Ingeniero Eléctrico e Ingeniero de Sistemas se topó frente a frente con el que sería su mejor desarrollo. Al estar trabajando junto a su socio, actual CFO y Cofundador de Picap, Héctor Neira, en la aplicación Smart Taxi, ambos comenzaron a cuestionarse cómo optimizar mejor el tiempo.
Vivían en Bogotá, estadísticamente la tercera ciudad del mundo con peor congestión de tránsito, por lo que los trayectos en autos se hacían eternos. Siguiendo su buena intuición para dar soluciones innovadoras a los problemas, pensaron en las motos.
Entonces se convirtieron en conejillos de indias de su propia idea, empezaron a pedirle al motoquero que les hacía la mensajería que los llevara en moto donde tuvieran que ir. Como resultado de este experimento, Daniel y Héctor pudieron darse cuenta de que, con la opción de la moto para sus viajes por la ciudad, los trayectos de hora y media se convertían en viajes de 20 minutos. “Entonces dijimos por qué no hacemos un proyecto así, pero masivo’”, señaló Rodríguez.
Expansión internacional
En abril de 2019 fundaron Picap. Al poco andar, obtuvo su primer impulso inversor. Se trató de un capital semilla de 250,000 dólares, aportado por Adventure Capital, proveniente del inversionista ángel Fahim Saleh, otro joven emprendedor, fundador de Pathao, la plataforma de mototaxismo más grande de Bangladesh.
Desde ese momento, Picap nunca paró de crecer pese a las trabas burocráticas que, a cada paso, tuvo que enfrentar. Desde Bogotá se expandió primero a las ciudades de Medellín, Bucaramanga, Neiva, Villavicencio, Cartagena, Popayán e Ibagué, entre otras, y luego a países como Brasil, México y Perú, donde ya tiene oficinas.
Soluciones de logística punta a punta
Del negocio original acotado a los mototaxis, la plataforma fue, como siempre, descubriendo necesidades y problemas a resolver y amplió, en los distintos países en los que opera, su servicio con nuevas aplicaciones como Picap Rent, que ofrece alquiler de vehículos, ya sea carro o moto, con la opción de elegir si se necesita conductor o no por las horas que requiera el usuario.
También nació Picarga, una solución de transporte enfocada a la carga pesada. “Nuestra visión de futuro es entregar una solución logística de punta a punta para los diferentes tipos de clientes, queremos ser la solución de las empresas desde el principio, incluso llegar a los aviones, a los barcos y ser la solución que mejore la cadena de suministro”, asegura Daniel.
Escuchar a tus colaboradores
Otra de las aplicaciones a través de las cuales se expandió Picap es Pibox, para el transporte de paquetería liviana que surgió tras escuchar las inquietudes de sus colaboradores. “Nuestros choferes nos decían que querían trabajar más. Detectamos, entonces, que, fuera de ciertas franjas horarias de la mañana y del fin de la tarde, disponían de tiempo extra en el que no se hacían viajes con personas y que podrían aprovecharlo para transportar paquetes livianos en sus motos”, recuerda Daniel.
Este servicio representó una verdadera oportunidad de para trascender y marcar un crecimiento más allá de lo normal durante la reciente crisis sanitaria, cuando aumentó la demanda de los servicios de logística. En México PiBox rápidamente se convirtió en aliado de empresas y pequeños vendedores para en conjunto ser más eficientes, rentables y atender las exigencias del mercado.
Actualmente PiBox no solo hace entregas express. También cuenta con un avanzado software a disposición de todos los clientes para el control de su flota, en el que las empresas pueden crear órdenes de envíos; asignar vehículos de entrega y monitorear su ubicación por GPS para que el cliente haga el seguimiento de su producto en tiempo real.
Una de las características del modelo de negocio de PiBox, que lo diferencia de otros servicios, es que ofrece una línea integral de logística y mensajería con alta cobertura de zonas, diversidad en tipo de vehículos de envío como motos, carrys y camiones, además de contar con la capacidad operativa suficiente para responder a la demanda de todas las empresas.
Seguir creciendo
En Latinoamérica ya hay 80,000 vehículos registrados en PiBox. Junto con los nuevos servicios, llegaron más inversionistas. En diferentes rondas Picap recaudó más de 6 millones de dólares de fondos norteamericanos y alemanes. En este proceso, fue clave la incorporación al emprendimiento de Harlyn Pacheco, quien se sumó como socio y fue la vía por la que Picap aterrizó en Silicon Valley.
La acelerada expansión y crecimiento que ha tenido Picap no asustan a su CEO y cofundador. Al contrario, le imprimen más ganas de seguir resolviendo nuevos problemas que encuentran en su interacción con la sociedad. “Tenemos como misión mejorar la vida de las personas, tanto de nuestros clientes, como de las personas que trabajan con nosotros”, agrega.
Por las venas de Daniel Rodríguez corre sangre emprendedora. Misma sangre que lo ha impulsado a arriesgarse y ganarse un espacio en mercados maduros o copados por jugadores de peso pesado, “Cuando nosotros empezamos en Colombia ya existía Rappi, ya existían Uber y otros, y aun así encontramos un hueco en el mercado”.
El emprendedor tiene claro que una idea innovadora siempre va a poder abrirse camino si se desarrolla con convicción y si tiene por finalidad cambiar el estatus quo de las cosas para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas. Es por eso que la meta es seguir creciendo en los próximos meses.