



Venecia fue el escenario de uno de los eventos más exclusivos del año… aunque los venecianos no estaban precisamente celebrando. La boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez se convirtió en un festín nupcial de tres días que paralizó la ciudad. La capital de la región del Véneto vivió una mezcla de glamour, exclusividad y manifestaciones sociales durante todo el fin de semana.
La celebración costó entre 33 y 50 millones de dólares, según estimaciones, y reunió a más de 200 invitados VIP. El Ministerio de Turismo italiano estimó un impacto económico de $957.3 millones de euros ($2.1 millones de dólares).
Lauren Sánchez lució hasta 27 vestidos diferentes para los festejos, mientras los paparazzi y turistas seguían cada movimiento de los invitados VIP. La celebración incluyó una fiesta-desayuno, una serenata de Matteo Bocelli y un baile de máscaras en el Arsenale.
Entre los asistentes estuvieron Oprah Winfrey, Leonardo DiCaprio, Bill Gates, la reina Rania de Jordania y las Kardashian. El chef Fabrizio Mellino, con tres estrellas Michelin, diseñó el banquete principal y la tarta nupcial fue creada por el famoso repostero Cédric Grolet.
Tal como ocurrió desde los preparativos, la boda generó protestas entre los habitantes de Venecia. Los ciudadanos denunciaron la privatización de espacios públicos y el impacto del turismo de lujo.
El menú de la boda fue uno de los temas más comentados del evento. Se calcula que el costo por persona fue cercano a los $1,000 euros, que serían unos $1,170 dólares o $22,000 pesos mexicanos, de acuerdo con Quién.
Cada invitado disfrutó de platillos diseñados por el chef Fabrizio Mellino, quien dirige el restaurante Quattro Passi en la Costa Amalfitana. Los especialistas destacan la calidad de los ingredientes y la creatividad de los platillos.
Los asistentes probaron spaghetti alla Nerano con calabacines fritos y queso Provolone de Mónaco. También hubo pizzas elaboradas con masa traída desde Nápoles por el pizzero Ciro Oliva. La cena final incluyó antipasti de mar, bigoli en salsa, hígado a la veneciana, sepia y bacalao a la vicentina.
Para el postre, se sirvieron mil porciones mignon de limón, ricotta y pera, preparadas por la pastelería Sal De Riso. La tarta nupcial fue obra de Cédric Grolet, reconocido por su innovación en repostería. El clásico tiramisú cerró la experiencia culinaria de la noche.
El evento evocó el glamour de los carnavales venecianos del siglo XVIII y la lista de invitados fue tan exclusiva como la boda misma. Bill Gates, Mick Jagger, Elton John, Lady Gaga, Orlando Bloom, Ivanka Trump y Tom Brady asistieron a la boda. Los novios reservaron cinco de los hoteles más lujosos de Venecia para sus invitados.
Cabe mencionar que la organización, logística y seguridad fueron impecables para garantizar la comodidad y privacidad a todos los asistentes. Más de 30 lanchas-taxi y 90 jets privados llegaron al aeropuerto Marco Polo de Venecia.
Tal operativo de seguridad está muy justificado. Tomando en cuenta que el novio es el segundo o tercer hombre más rico del mundo (dependiendo de los mercados), era de esperarse que sus invitados también ostenten cuantiosos patrimonios.
Las principales fortunas que vieron a la pareja dar el “sí quiero” fueron:
En total, estas fortunas suman un aproximado de $375,380 millones de dólares, y solo hablamos de los más famosos y mediaticos. También podría ser menos pues, aunque Zuckerberg estaba en la lista de invitados y hasta ancló su yate en un puerto veneciano, no se sabe si logró llegar.
La boda no estuvo exenta de polémica. Originalmente, la ceremonia se planeó en la Scuola Grande della Misericordia, pero fue trasladada a la isla de San Giorgio Maggiore, ya que los habitantes denunciaron, mediante fuertes protestas ciudadanas, la privatización de espacios públicos y el impacto del turismo de élite.
Bajo consignas como ‘No Bezos, No War’, cientos de manifestantes recorrieron las calles y arrojaron flotadores al Gran Canal para impedir la boda. Las autoridades locales defendieron el evento por su beneficio económico y la visibilidad global que le daría a Venecia.
A pesar de las críticas, la pareja optó por casarse en la ciudad y compensarla dejando algo positivo. Por ello, en vez de mesa de regalos, los novios pidieron a sus invitados donar a instituciones venecianas, algo que muchos tomaron como un movimiento de ‘lavado de imagen’.
La boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez fue mucho más que un despliegue de lujo. Representó el choque entre el glamour internacional y las realidades sociales de Venecia. Más allá de la polémica, la boda dejó una huella imborrable en la historia reciente de la ciudad italiana.