Harland & Wolff, el astillero que construyó el Titanic en 1912, dio a conocer que es “insolvente” tras no conseguir financiamiento para mantener sus operaciones. Esta histórica empresa británica, con más de 160 años de antigüedad, enfrenta una crisis financiera que pone en peligro su futuro y el de sus trabajadores.
El astillero durante años fue un símbolo de la construcción naval en Belfast, Irlanda del Norte. Su actual crisis pone en riesgo la continuidad de varios proyectos, incluido un contrato multimillonario con la Armada británica.
Fundada en 1861, Harland & Wolff se hizo mundialmente famosa por construir el RMS Titanic, pero su influencia no se detuvo allí. Durante las dos guerras mundiales, el astillero fue crucial para la construcción de buques bélicos. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, la empresa ha experimentado un declive progresivo, enfrentando varias crisis financieras a lo largo de su historia.
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En septiembre de 2024, Harland & Wolff anunció que se declaraba insolvente tras no obtener un financiamiento de 200 millones de libras por parte del gobierno británico. Esta negativa ha dejado a la compañía sin recursos para continuar operando de manera efectiva, lo que ha llevado a la decisión de reestructurar la empresa bajo la dirección de administradores externos.
La insolvencia de Harland & Wolff afecta directamente a unos 1,500 empleados que trabajan en sus astilleros en Belfast, Inglaterra y Escocia. Además, pone en riesgo un contrato de 1,600 millones de libras con la Armada británica para la construcción de tres buques de guerra, lo que podría tener implicaciones significativas para la industria de defensa del Reino Unido.
Harland & Wolff ha iniciado un proceso para vender partes de su negocio, esperando atraer a inversores o empresas que puedan mantener operativas algunas de sus divisiones más importantes, como la construcción naval. Mientras tanto, según El Universal, algunos sindicatos y políticos han instado al gobierno a nacionalizar la empresa para preservar los empleos y la infraestructura.
Aunque el Titanic es el emblema más famoso de Harland & Wolff, la empresa ha tenido un papel fundamental en la construcción naval global durante más de un siglo. Su especialización en la reparación de buques y en proyectos de energía renovable la había mantenido a flote en años recientes, pero las pérdidas acumuladas y la falta de apoyo financiero la han llevado a su situación actual.
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El futuro de Harland & Wolff es incierto, pero lo que es seguro es que la empresa, que alguna vez fue un gigante de la construcción naval, está luchando por sobrevivir en un mundo donde la financiación y la inversión son cada vez más difíciles de asegurar. Los próximos meses serán cruciales para determinar si esta histórica compañía puede encontrar un nuevo rumbo.
