Jornada laboral 996: Silicon Valley copia el horario de trabajo extremo que China prohíbe

En la carrera por la inteligencia artificial, un fantasma recorre Silicon Valley: la jornada laboral ‘996’. Este combo numérico, que significa trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana, equivale a unas agotadoras 72 horas de trabajo, en contraste con las 40 horas que implementarán en México.

La tendencia tiene su origen en la escena tecnológica de China, donde en 2021 un tribunal supremo la declaró ilegal por considerarla una práctica abusiva. Sin embargo, lejos de desaparecer, el modelo cruza el océano y se instala en la meca de la innovación.

“El 996 es una versión de alto octanaje de algo que lleva tiempo existiendo en el sector tecnológico”, explica Margaret O’Mara, historiadora de la Universidad de Washington, citada por The New York Times.

Evidencias anecdóticas, como el aumento de transacciones con tarjetas corporativas los sábados en San Francisco, sugieren que la cultura del ‘siempre trabajando’ gana terreno, impulsada por la inmensa presión por liderar la revolución de la IA.

El polémico origen de la jornada laboral ‘996’ y las consecuencias en China

Aunque ahora se esté instalando en Silicon Valley, la jornada laboral ‘996’ dejó una profunda huella de controversia en su país de origen.

Figuras como Jack Ma, fundador de Alibaba, llegaron a calificar el trabajar seis días a la semana como una “auténtica bendición”. Pero la realidad sobre el terreno fue muy diferente, generando protestas y acusaciones de “esclavitud moderna”.

Este modelo se vinculó con un mayor riesgo para la salud. Un estudio realizado durante 26 años en China asoció las largas jornadas con un aumento significativo de la mortalidad. De hecho, en el país asiático tuvieron que crear un seguro que cubre muertes por exceso de trabajo relacionado al horario ‘996’.

Además, demostró ser contraproducente para la economía: con la gente todo el día en la oficina, el consumo local se baja y/o se estanca, mientras la natalidad se desploma a mínimos históricos. La fórmula del éxito basada únicamente en el esfuerzo extremo comenzaba a mostrar sus grietas en el mismo lugar donde nació.

Ante ello, el gobierno chino se vio forzado a dar un giro total en 2021, implementando normativas más estrictas para regular las horas de trabajo.

La Adopción en Silicon Valley y la Nueva Cultura del Esfuerzo

La migración de la jornada laboral ‘996’ a California parece impulsada por una combinación de ambición desmedida y una creciente inseguridad laboral. Empresas emergentes, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial, están adoptando abiertamente este horario.

Rilla, una startup de IA, es un ejemplo claro. Con una plantilla de 80 personas, espera que sus empleados trabajen más de 70 horas semanales y es franca sobre esta exigencia en sus ofertas de empleo, según recoge Wired.

“Hay una subcultura muy fuerte de personas, especialmente en la Generación Z, que crecieron escuchando historias de Steve Jobs y Bill Gates”, expresa Will Gao, responsable de crecimiento de la empresa. El ejecutivo comparó la dedicación laboral con la devoción de atletas como Kobe Bryant.

Esta filosofía encuentra eco en el ultimátum “extremadamente duro” de Elon Musk, que marca un alejamiento de los cómodos beneficios tech, hacia una era de “tecnología dura” donde el sacrificio es la nueva norma.

Voces a Favor y en Contra de la jornada laboral ‘996’

Mientras algunos fundadores abrazan la jornada laboral ‘996’, otros muestran posturas más matizadas, creando un panorama diverso y lleno de debate.

Adrian Kinnersley, un emprendedor en serie, se ha sorprendido por la cantidad de empresas que evalúan a los candidatos en función de su disposición a aceptar este horario.

Se está volviendo cada vez más común. Tenemos múltiples clientes donde un requisito previo para evaluar a los candidatos antes de que vayan a una entrevista es si están preparados para trabajar 996″, comentó para Wired.

No obstante, dentro del mismo ecosistema surgen advertencias. Amrita Bhasin, CEO de la startup de logística Sotira, sugiere que, si bien los fundadores deben hacer ‘996’ en los primeros años, “no es justo” imponerlo a los empleados.

Por su parte, Ritchie Cartwright, de Fella & Delilah, probó un enfoque más motivador. Ofreció un aumento salarial del 25% y más acciones por adherirse al ‘996’. Sin embargo, la oferta solo atrajo a menos del 10% de su plantilla.

La experta en recursos humanos Nirit Cohen argumenta en Forbes que este modelo es un error estratégico. Explica que las nuevas generaciones exigen un trabajo flexible y la productividad en trabajos de conocimiento no se mide en horas.

Impacto social y el futuro Incierto de un modelo extenuante

La expansión de la jornada laboral ‘996’ plantea profundas cuestiones sobre su viabilidad y el costo humano que implica.

Carolyn Chen, socióloga de la UC Berkeley, señala que la idea de una devoción casi religiosa al trabajo es “parte del ADN de la cultura de Silicon Valley”, a menudo reforzada por una “cultura masculina heroica”.

Sin embargo, esta dinámica, como apunta Margaret O’Mara, puede marginar a quienes tienen responsabilidades de cuidado, ahondando en la homogeneidad del sector.

Fuera de Estados Unidos, la aplicación de este modelo parece inviable. El consultor tecnológico Pablo Grueso asegura que en Europa, y específicamente en España, el ‘996’ incumpliría múltiples leyes laborales.

El sociólogo Miguel A. V. Ferreira enclava este fenómeno en un neoliberalismo que prioriza la “competitividad global”. Ahora, el mensaje para muchos ya no es “sufrimiento a cambio de éxito”, sino “sufrimiento a cambio de supervivencia”. A largo plazo, este planteamiento podría tener consecuencias insostenibles para el bienestar de los trabajadores.

Pese a las evidencias de los efectos negativos que este ritmo de trabajo tiene sobre los colaboradores y las empresas, muchas siguen adoptándolo, imponiéndolo o simplemente esperando que los trabajadores lo hagan voluntariamente ante la presión y la sobrecarga de trabajo que muchos enfrentan.

Mairem Del Río Adicta a ver series y películas, hacer (un poco de) ejercicio y cambiar mi color de cabello. También soy periodista, con más de 16 años de experiencia y dedicada 100% a medios digitales desde 2011. He sido desde reportera y community manager, hasta editora en varios medios y agencias. Mis áreas de expertise son tan diversas como contrastantes: espectáculos, viajes, estilo de vida, salud, negocios y finanzas. Ahora estoy enfocada en el ecosistema emprendedor, criptomonedas, NFTs, metaversos y la prometedora industria del cannabis en México.