Podrías pensar que Steve Wozniak es un fanático de la inteligencia artificial (IA), que le encanta estar en redes sociales y que su visión sobre el futuro incluye a robots y máquinas al estilo Matrix. Tendría sentido: la mente de este ingeniero ayudó a darle forma a la industria computacional con su diseño de la Apple I, la primera computadora personal de Apple Computer Inc., compañía que cofundó con Steve Jobs en 1976. Pero no es así.
De hecho, Woz –como le gusta que le digan– no cree en la inteligencia artificial. “Solía pensar lo contrario”, reconoce. “Creía que la IA era la mayor amenaza de la humanidad, que las computadoras iban a tomar el poder y el control, y que seríamos como sus mascotas. Incluso pensaba que algún día se podría construir un cerebro que superara en inteligencia al ser humano”.
Sin embargo, hace unos años cambió de parecer. “Hoy sé que las computadoras nunca van a lograrlo porque nuestro cerebro tiene intuición, sentimientos, emociones y conciencia y, aún más importante, somos nosotros quienes las programamos para que hagan las cosas.”
Incluso, confiesa el gurú tech, a veces se enoja con la tecnología, sobre todo cuando es deshonesta con el consumidor. “No me gusta este mundo que tenemos hoy con internet. Cuando empezó pensábamos que iba a ser algo bueno, de persona a persona, pero es muy diferente cómo se está aplicando en la realidad”, advierte.
Pero no todo está perdido: Woz apuesta por que la tecnología pueda ayudar al hombre en el futuro, siempre y cuando sea el mismo hombre el que así lo desee. ¿En qué formas puede contribuir? En entrevista exclusiva, durante el ECSE 2019, el cofundador de Apple Computer Inc. compartió su visión acerca del estilo de vida que tendremos en el futuro lejano, o quizá, más cercano de lo que parece.
Faltan 30 años para que llegue el 2050 y es difícil de predecir lo que sucederá o cómo viviremos, sobre todo porque, como lo ha demostrado la Ley de Moore, la tecnología avanza a pasos agigantados. De acuerdo con esta norma, cada dos años se duplica el número de transistores que caben en un circuito integrado. Esto se ha cumplido durante más de 50 años, marcando el destino de los procesadores y chips que llevan computadoras, tablets, smartphones y wearables.
En pocas palabras, esta ley dice que con el paso del tiempo, la tecnología tiende a multiplicar su rendimiento y a dividir su coste. A pesar de esto, Woz se atreve a imaginar cómo serán las ciudades del futuro y señala que estas tendrán:
“Creo que ya no habrá autos sino transportación selfdriving, es decir, autónoma”, señaló Woz, quien fue uno de los early adopters de los vehículos eléctricos sobre todo de la marca Tesla de Elon Musk.
Es precisamente este visionario quien anunció que en 2020 habrá un millón de robotaxis marca Tesla, 100% autónomos, recorriendo las calles de algunos estados en Estados Unidos.
Claro que para que los vehículos de este tipo proliferen debe ocurrir otra transformación, advierte. “La ciudad moderna va a evolucionar pero eso solo puede suceder si se reconstruyen las ciudades y se reemplaza la infraestructura que ya existe. Esto podría tomar como 200 años, así que posiblemente no lo veamos mientras estemos vivos.”
Hay otros aspectos que se deben analizar. El Índice de Preparación para Vehículos Autónomos 2019 (AVRI, por sus siglas en inglés), de KPMG International, evalúa factores como la disponibilidad de estaciones de carga de vehículos eléctricos, el ambiente regulatorio de los países, la investigación y desarrollo, y la disposición de la población a adoptar tecnología. De 25 países evaluados, México se ubica en el lugar 23.
“Vamos a tener una sociedad donde el efectivo ya no será el rey. Ahora mismo hay ciudades en Corea del Sur que ya están siendo cashless y en las que solo hay dinero digital o plástico”, asegura Woz. Otro ejemplo: Dinamarca dejó de imprimir billetes en 2014 y en 2030 dejará de aceptarlos.
Según el World Payments Report 2018, las transacciones sin efectivo alcanzaron en 2016 los 482,600 millones de dólares, con un crecimiento medio anual del 9.8% en el periodo 2012-2016.
¿Cómo está México en esta tendencia? Ya está tomando los primeros pasos para migrar a este sistema. A pesar de que el 85% de la población sigue utilizando dinero en efectivo, ejecutivos de la industria bancaria señalaron en agosto pasado que el país está preparado para una economía de pagos sin efectivo para 2025.
Y en septiembre de este año, el Banco de México lanzó la plataforma de Cobro Digital (CoDi), como una opción que permite a la ciudadanía utilizar menos efectivo al pagar sus compras o pagar sus servicios con sus dispositivos móviles a través del escaneo de códigos QR.
El CoDi es una de las principales apuestas para impulsar el sector financiero y la bancarización, reducir el uso del efectivo, así como dar más transparencia a las transacciones comerciales, pues para usarlo solo se necesita un celular (75% de los mexicanos tiene uno) y una cuenta bancaria.
El iPhone fue una de las revoluciones que Apple le dio al mundo, lanzando su primer versión en 2007. El que fue nombrado “Invento del año” por la revista Time seguirá ocupando un lugar protagónico en el futuro, aunque con ciertas mejoras. “Piénsalo: el automóvil se inventó hace muchos años, y aunque ha tenido sus avances, en su forma más natural sigue siendo igual su diseño y lo seguimos usando para los mismos propósitos. Creo que con los smartphones va a suceder lo mismo”, pronostica Woz. ¿Qué cambios podremos ver? Principalmente, los relacionados a la experiencia de uso.
“Para ese entonces vamos a utilizarlos mucho más pero por medio de gestos y voz. Incluso ni siquiera vamos a tener que escribir, sólo les hablaremos. Hoy, el human speak recognition es imperfecto pero va a transformarse para facilitar la comunicación y eso es muy tecnológicamente posible”, advierte. “Ya vamos para allá: yo amo hacer todo lo que pueda con mi voz y hay niños que ya no utilizan el teclado. Eso me hace pensar hacia dónde evolucionará esto”.
Para que las ciudades de 2050 sean una realidad se necesitan emprendedores. Woz pone sus esperanzas en ellos, a quienes considera “las personas más importantes en el mundo”. “Si no tuviéramos a individuos intentando hacer nuevas cosas, generando la nueva riqueza y luchando por mejorar la vida para todos (¡gracias, por cierto!), sería muy aburrido. El emprendimiento es la fuerza de crecimiento económico para un país, para la sociedad y para la humanidad”, asegura.
En ese sentido advierte que hoy “el sistema educativo tiene certificaciones y metas que tienes que cumplir y no te puedes desviar de eso. Pero en el futuro lo que va a cambiar es que vamos a entender que la educación no tiene que ser la misma para todos, y vas a ser evaluado acorde a tus habilidades”, considera.
“Si, por ejemplo, a los nueve años descubres un amor y pasión por la química, deberías de poder enfocarte en eso y olvidarte de lo que no es relevante para ti. Mira a todos los que se emocionaron con algo, se salieron del sistema y desarrollaron algunas de las cosas más geniales que tenemos hoy… ¿Por qué no hacer eso a una edad más temprana?”,
Por eso llama a los padres a formar soñadores y a quienes ya son emprendedores les tiene un mensaje final: “Se están embarcando en una increíble experiencia. La parte más divertida e importante de mi vida fue ser un emprendedor, crear la compañía y luchar por cambiar el mundo. ¡Vayan por ello!”
