



La Copa Mundial de la FIFA es más que fútbol: es una máquina económica que genera derrama en turismo, restaurantería y empleo. No obstante, podría aumentar la brecha de la desigualdad si no se incluye a las comunidades locales. Impact Hub CDMX, junto a diversas organizaciones, impulsa la iniciativa Ola México, la cual busca generar un impacto positivo durante y después del Mundial.
La Ciudad de México es una metrópolis vibrante, llena de historia, con una economía que nunca duerme. Sin embargo, debajo de esta energía se esconde una realidad preocupante: una brecha de desigualdad económica que no para de crecer. Eventos como la próxima Copa Mundial de la FIFA 2026, que promete grandes oportunidades, pueden ser determinantes para aumentar o reducir dicha brecha. A 500 días de la inauguración, surge la pregunta: ¿cómo incluimos a más personas en la bonanza?
Según el World Inequality Report 2022, el 10% de los hogares más ricos ganan casi 30 veces más que el 10% más pobre. Los contrastes son evidentes: sitios como Polanco y Santa Fe brillan con lujo, mientras que alcaldías como Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa enfrentan los mayores índices de pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En zonas marginadas, muchas familias sobreviven con menos de 5,000 pesos al mes, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022, elaborada por el INEGI.
En este sentido, asistir a un partido del Mundial es un sueño inalcanzable para la mayoría. Los boletos en mundiales anteriores oscilaron entre 1,900 y 20,500 pesos, según los canales oficiales de venta de la FIFA.
En la Ciudad de México, las desigualdades están tan marcadas que con cruzar una calle puedes vivir realidades completamente distintas.
Un ejemplo claro del impacto en la desigualdad es la inversión destinada a la remodelación del Estadio Azteca, que será sede de cinco partidos del Mundial. Mientras que el presupuesto estimado para toda la alcaldía Coyoacán es de tres mil quinientos millones de pesos, el costo de la remodelación del estadio será de 150 millones de dólares (unos tres mil millones de pesos), según medios nacionales.
Por un lado, tendremos uno de los estadios más importantes, con remodelaciones de primer nivel; y, cruzando la calle, una zona con carencias sociales e infraestructura no adecuada.
Necesitamos reimaginar cómo usamos estos eventos para generar beneficios más equitativos para todos.
Ante este panorama, varias organizaciones se han unido para crear Ola México, una iniciativa que busca generar un impacto positivo durante y después del evento. Promotora Social México, Educación Financiera Banamex, Fundación Coppel, la Embajada de Estados Unidos, Sistema B México e Impact Hub son algunas de las instituciones que suman esfuerzos para impulsar la distribución inclusiva de los beneficios.
Para saber más: Mundial 2026: Ola México y la alcaldía Cuauhtémoc van por la victoria económica
Entre las acciones de Ola México está impulsar negocios locales para aumentar sus capacidades y mejorar su competitividad ante la demanda que traerá el Mundial.
Con capacitaciones en digitalización, atención al cliente y creación de experiencias, se busca abrir mayores oportunidades.
También se fortalecerán empresas sociales para crear una oferta de productos y servicios con impacto, mejorando cadenas de valor y considerando los efectos sociales y ambientales de lo que será demandado durante el evento.
Si realmente queremos que el Mundial sea un catalizador de equidad y prosperidad, debemos tomar decisiones deliberadas.