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El veracruzano que gana dinero traduciendo a grandes empresas incluso en tiempos de Google Translate

En un mundo cada vez más interconectado, la traducción profesional es una necesidad importante para muchas personas y empresas, por lo que Saúl Villegas Sojo encontró en ese nicho una importante oportunidad de negocio.

© Cortesía

En 1999, Saúl viajó a Monterrey desde su natal Veracruz para estudiar derecho en el Tec y ahí se quedó a vivir, se casó y tuvo hijos. Durante varios años, trabajó en despachos de abogados en donde una de sus actividades era traducir documentos como parte de temas corporativos o de asesoría a empresas.

“Empezaron a llegar clientes que ya me pedían directamente traducciones porque yo era el experto en el tema gracias a que entendía el contexto de sus operaciones y las definiciones, además de que era serio, profesional, formal y muy cuidadoso con temas de confidencialidad”, recuerda el emprendedor.

En 2009, sin dejar su trabajo como abogado, contrató a una persona y creó Directum Translations , una empresa dedicada al servicio profesional de traducciones .

En un principio, sus clientes fueron otros despachos de abogados que eran competencia de donde él trabajaba, pero como eran una marca y negocio personal, así evitaba que surgiera cualquier tipo de conflicto.

Durante unos años combinó su empleo con su negocio propio, pero con el tiempo tuvo que dedicarse de tiempo completo a Directum Translations debido a su éxito, el cual hizo que en 2012 abriera una oficina en la Ciudad de México –que hoy es su mercado más grande–.

En 2013 abrió otra sede en Houston, aprovechando la coyuntura que entonces presentaba la Reforma Energética promovida por el gobierno de México, y en 2017 inició operaciones en Miami.

Hoy, a punto de cumplir 10 años con su empresa, cuenta con cuatro oficinas en México y Estados Unidos en las que colaboran alrededor de 50 personas.

Aunque ama su profesión, el negocio de la traducción resultó para él algo más satisfactorio que el Derecho. “Sí fue difícil ‘colgar los hábitos’, llevó tiempo, pero estoy satisfecho con la decisión”, explica. “Además, abogados hay muchos”.

A comparación de lo que hacen los abogados, atender este negocio no le obligaba a estar permanentemente de manera presencial en una oficina o ante un cliente. “Aunque sea menos sofisticado o menos sexi, lo importante es hacer lo que a uno le gusta”, recalca.

Actualmente, Directum Translations es la empresa de traducciones número uno del mercado en México y la tercera en América Latina.

Sus clientes

Aunque esta empresa puede hacer traducciones de documentos como títulos profesionales , estatutos de alguna Pyme, actas de nacimiento o testamentos, la realidad es que está más enfocada en compañías grandes y con algún componente internacional en diferentes sectores, como petróleo, energía o farmacéutica.

Así, ha trabajado en México, Estados Unidos y otros países del mundo para empresas como Axtel, Banco Azteca, Bimbo, Carrier, Cemex, Femsa y Ternium . Pero los despachos de abogados siguen siendo clientes muy importantes, tal es el caso de firmas como Baker & McKenzie, White & Case, Hogan Lovells, Santamarina+Steta y Basham.

El golpe de realidad

Saúl dice que sus momentos más difíciles llegaron entre 2011 y 2016 , época en la que Directum Translations experimentó el crecimiento más fuerte.

“Lo único en lo que me enfocaba era en vender y atender al cliente, había que sacar los proyectos a como diera lugar, aunque eso implicara no dormir o trabajar los fines de semana. Queríamos, muy en el estilo de una startup , quedar muy bien con el cliente y sobrepasar sus expectativas”, recuerda.

“Aunque nos fue muy bien, eso hizo que descuidáramos la parte interna en cuanto a lo administrativo”.

El principal problema era su cartera vencida, es decir, aquellos clientes a quienes ya le había entregado un trabajo, pero no le habían pagado el servicio. “Y yo todavía pensaba ‘¿cómo no me van a pagar?’”.

Para él fue un golpe de realidad darse cuenta que había clientes a los que, si no les cobraba, no le pagaban, lo cual le obligó a dedicarse a sanear las finanzas de su empresa. “No es lo mismo cobrar una factura que tenga un mes a una que tenga 12 meses”, menciona.

Para ello se vio obligado también a cambiar su esquema de trabajo y la forma en la que distribuía su tiempo.

“Ya no me dedicaba a la atención del día a día, a la expansión, la venta o la promoción, que es donde yo fluyo mejor, así que tuve que hacer una pausa”, recalca. “Está muy bien vender, pero también hay que cobrar”.

Tiempos mejores

Como parte de la reorganización de su empresa, hace tres años formó un consejo consultivo para tratar temas que él no podía abordar con facilidad, como cuestiones financieras o de expansión, además de que le era muy útil escuchar otros puntos de vista.

“También contraté a un director general, es decir, me reemplacé; se contrató a un gerente de calidad para ver procesos, y empezamos a profesionalizar todavía más todo el interior de la empresa”, describe Saúl.

Gracias a acciones como esas, hoy tiene una empresa saneada y con mejores procesos, además de un equipo más robusto que sabe muy bien qué le corresponde hacer. “Aprendí que no todo es la venta”, admite.

De esta manera, también llegaron los momentos más satisfactorios, como cuando ve que la empresa que fundó ya tiene vida propia y no requiere aquellos grandes sacrificios de otros tiempos.

“Es satisfactorio porque es entonces cuando vez que lo que creaste con tres o cuatro personas con las que estabas pagado todo el día hoy ya es un ser vivo, que está moviéndose y ascendiendo”, menciona.

Una industria poco conocida

Sobre el mercado de las traducciones en México, Saúl dice que todavía falta educar más a los clientes al respecto, además de que es necesario profesionalizarlo y que las empresas vean que es un área en la que muchas veces es necesario invertir.

“A mí me sigue llamando la atención que la gente se sorprenda cuando le digo a lo que nos dedicamos, no porque no lo conocieran, sino porque les sorprende que sea negocio”, revela.

Asimismo, opina que es una industria todavía muy pulverizada en la que muchos freelancers entran sin estar completamente capacitados para ofrecer servicios de calidad. “Ahorita, en cualquier lugar, se le puede estar ocurriendo a alguien ‘ah, pues yo hablo buen inglés porque viví 10 años en Estados Unidos, entonces me voy a dedicar a traducir’”, advierte.

“Es una industria muy diseminada, pero nosotros hemos trabajado para profesionalizarla e institucionalizarla”, reitera.

Él también trabaja con freelancers , a quienes, en la medida de lo posible, trata de dar más seriedad y brindar un canal de venta un poco más continua y de mayor seguridad económica.

Sobre el futuro de las traducciones en el mundo, dice que la tendencia global va hacia temas como el machine learning y la inteligencia artificial, pero siempre necesitará un elemento humano para editar los resultados y darles el contexto apropiado.

Eso sí, por ahora, para ser competitivas a nivel mundial, empresas como la suya deben empezar a adoptar algunos adelantos tecnológicos que ayuden a los traductores a hacer más eficiente su trabajo, por lo que se encuentran trabajando en ello.

En general, Saúl tiene confianza en el futuro de las traducciones debido a que es algo que siempre se va a necesitar: “A la industria, mientras no retome alguien algunos temas como el esperanto, la veo muy bien”, bromea.

El futuro está en la internacionalización

Aunque todavía hay muchas oportunidades de mercado en México en lugares como Tijuana o el Bajío, para 2019 Directum Translations y Saúl tienen puesta la vista hacia la internacionalización.

“La verdad es que no hay límites; por ejemplo, ahorita estamos evaluando mercados en Asia y Europa”, adelanta. “Gracias a la tecnología, hoy se puede atender sin problema proyectos en lugares como Australia o Nueva Zelanda sin necesidad de estar ahí”.

Además del impulso natural del crecimiento de su empresa, otro de los motivos que lo llevó a buscar la internacionalización fue la nueva administración del gobierno de México, la cual, opina, podría empezar a disminuir el mercado local si no toma decisiones correctas.

“Mi recomendación es no quedarse sentado a ver qué puede hacer el nuevo gobierno. Se deben tomar decisiones y emprender acciones desde ahora considerando que lo que decida la nueva administración puede durar más de seis años”, apunta.

De esta manera, Saúl demuestra que traducir, aún en tiempos de Google Translate, sí es negocio… y seguirá siéndolo durante un buen rato.

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