El Buró de Crédito ha resultado y seguirá siendo fundamental en el análisis de riesgo crediticio de las personas. Eso no significa que no pueda mejorar.
México tiene a dos Sociedades de Información Crediticia (SIC): Buró de Crédito y Círculo de Crédito. Son entidades reguladas y supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), y gran parte de su valor es presentar a entidades financieras y empresas comerciales con herramientas de decisión para el otorgamiento de crédito.
Esta herramienta ha sido crítica en la contención del riesgo crediticio, además de que permite a una entidad establecer un modelo de riesgo con relativa sencillez, a su vez aumentando la oferta de crédito y con el potencial de mejorar las condiciones de este.
Existen alternativas al Buró de Crédito, pero no tan confiables
Es verdad que existen industrias incipientes que buscan generar datos alternativos que puedan servir para determinar el riesgo crediticio de una persona, especialmente cuando dicha persona no tiene historial crediticio. Sin embargo, en mi experiencia como fundador de Prestadero, estos datos alternativos no son muy predictivos en determinar qué tan probable es que alguien pague su crédito. Es decir, si una persona utiliza Android o iOS, o si el pixelaje de su teléfono es mayor o menor, difícilmente tiene una correlación con el desempeño de un crédito.
De manera similar, si una persona utiliza el teclado para cambiar entre campos en lugar del mouse, la velocidad de teclear la solicitud, si tiene actualizado el navegador, entre otros factores, ha resultado ser humo en cuestión de predictibilidad en riesgo de crédito. ¿Saben por qué? Porque no hay mejor indicador de si una persona pagará sus créditos, que el indicador de si los ha pagado correctamente con anterioridad.
Creo no debería de sorprendernos que ese es el factor más predictivo. Aun cuando incluyes estrategias de Inteligencia Artificial y Machine Learning en tu modelo de riesgo, las variables más predictivas en cuando al riesgo de default de crédito siguen siendo las mismas de siempre: repago de créditos anteriores, capacidad de pago, nivel de endeudamiento, etc.
Cómo mejorar el Buró de Crédito
Por esto, el Buró de Crédito ha resultado y seguirá siendo fundamental en el análisis de riesgo crediticio de las personas, sin embargo, no significa que no pueda mejorar, y aquí coloco algunas ideas:
1. Que los otorgantes de crédito actualicen en tiempo real
Verás, cuando los otorgantes de crédito solicitamos el historial de una persona, vemos un “snapshot” antiguo de la situación de la persona. Es probable que este snapshot no contenga los datos actualizados y la situación real de quien solicita. Es decir, yo podría castigar la tasa o la decisión de aprobación de un crédito porque noto que el saldo de una tarjeta de crédito está muy elevado vs. su límite. Pero resulta que ese saldo no es el actual, que la persona inclusive es “totalera”, y que simplemente tuvo la mala suerte de que el emisor de la tarjeta reportó en una fecha donde ese saldo existía. Si el emisor actualizara la información en tiempo real, con cada movimiento de la cuenta del solicitante, el historial crediticio sería una herramienta mucho más útil y fidedigna.
El ejemplo también aplica al revés. Es decir, un otorgante podría autorizar un crédito de un solicitante cuyo “snapshot” de su historial está impecable: pagos perfectos y a tiempo, nivel de endeudamiento sano, entre otros. Pero resulta que dicho solicitante ya ha dejado de pagar y ha tomado otros créditos que no se visualizan aun porque el periodo de reporte de dichos otorgantes es mensual. Entonces, alguien que sabe cómo aprovechar esta debilidad del sistema podría solicitar muchos créditos en un mes con la intención de acumular la mayor cantidad de fondos, y poner a los otorgantes en jaque durante todo este periodo.
Entonces, en resumen, se podría obligar a los otorgantes a actualizar la información vía API cuando ocurran ciertos cambios importantes en alguna cuenta, como son: entrega de un nuevo crédito, morosidad de la cuenta, o aplicación de algún pago.
2. Que se incluyan más datos para validar identidad
Los otorgantes podríamos estar obligados a enviar más información a las SIC, como son correo electrónico, dispositivos electrónicos de donde se solicita el crédito, geoubicación y dirección IP, entre otros. Este tipo de información podría ayudar en la batalla contra la suplantación de identidad. Es decir, si alguien solicita crédito desde un nuevo dispositivo, podría generar una posible alerta para revisar con mayor detalle la solicitud.
De la misma manera, las SIC deberían actualizarse para mandar mayor información, inclusive obtenida de otras fuentes para poder complementar la información de identidad, como pueden ser: reputación de la dirección IP, validación del solicitante en el IMSS/ISSSTE, etc., validación de facturación ante el SAT, claves de elector, números de pasaporte, validación de ingresos. Estos datos, actualmente los debemos obtener los otorgantes de otras fuentes cuando podríamos obtenerlas de las propias SIC, entidades ya reguladas que podrían proporcionar mayor valor (e inclusive generar para ellos mayor ingreso).
3. Encontrar maneras más inteligentes de validación para consultar tu historial
La firma autógrafa está en decadencia. Si bien este es un mecanismo para que un solicitante se valide ante el otorgante para consultar su historial, creo debemos de pensar en mejores herramientas. El “Autenticador” o NIP son mejores opciones (cuando colocas por ejemplo datos del propio historial para validarte), pero ya están anticuadas. ¿Por qué no pensar en un doble factor de autenticación con control del solicitante o algún otro mecanismo más moderno? Por ejemplo, si cuando un otorgante consulta tu historial, le pide al solicitante a su celular o correo registrado un código de uso único, o inclusive a través de alguna aplicación de la propia SIC. Esto robustecería la validación, combatiría la suplantación de identidad, y pondría mayor control de sus finanzas al consumidor.
Claro que hay muchas más opciones de mejora, y algunas de las que menciono ni siquiera dependen de las propias SIC, sino del regulador (CNBV, Banxico). Y si este artículo suena a queja, no lo es, porque sin las SIC, Prestadero difícilmente podría existir. Pero creo que, si tenemos oportunidad de mejorar, deberíamos siempre buscarlo por el bien del país y la mejora en el acceso a crédito que todas en la industria sabemos debe incrementarse.