
La startup Doublespeed, respaldada por la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz, ha captado alrededor de 1 millón de dólares para poner en marcha una operación que algunos califican como una “granja de teléfonos” (“phone farm”) destinada a inundar redes sociales con contenido generado por inteligencia artificial. Según reportes recientes, Doublespeed desarrolla “influencers virtuales” que envían publicaciones, crean interacciones e imitan comportamiento humano natural con el objetivo de atraer audiencias masivas y monetizar ese tráfico. La iniciativa despierta inquietudes sobre manipulación digital, ética en IA y saturación de spam informativo.
Doublespeed se define como una plataforma que emplea una granja de teléfonos inteligentes (phone farm) —un conjunto masivo de dispositivos vinculados a cuentas de redes sociales— con la finalidad de crear contenido, generar engagement y “viralizar” ciertos mensajes o productos, todo mediante IA. Según el reporte de Futurism, Andreessen Horowitz inyectó cerca de un millón de dólares en la empresa.
La compañía asegura que sus “influencers virtuales” no solo publican, sino que imitan “comportamiento humano natural”: responden comentarios, establecen hilos de conversación, enlazan entre plataformas y permanecen activos 24/7.
Este nivel de automatización plantea interrogantes sobre la autenticidad y la manipulación digital.
La participación de Andreessen Horowitz —uno de los fondos más influyentes del ecosistema tecnológico— ha contribuido a legitimar el modelo de negocio de Doublespeed. El monto invertido, señalado en un millón de dólares, muestra que el proyecto ha pasado del prototipo al impulso tangible.
Este respaldo pone en contexto un creciente interés por parte de capitales de riesgo en tecnologías de marketing automatizado, bots sociales y manipulación de plataformas. Con ello, Doublespeed se inscribe en una nueva ola de negocios que buscan monetizar tráfico digital masivo, pero mixto entre lo legítimo, lo ético y lo discutible.
El término “phone farm” refiere al uso de decenas, cientos o incluso miles de dispositivos móviles conectados a cuentas activas en redes sociales, utilizados para publicar, interactuar, hacer like, comentar y simular tráfico orgánico. Doublespeed emplea este esquema y lo combina con modelos de IA generativa para producir contenidos, imágenes, videos cortos e interacciones.
La ventaja para la empresa es poder escalar campañas con bajo coste humano directo, mientras que para los clientes significa acceso a “audiencia engañosa” o “engagement maquilado”. Los especialistas advierten que este tipo de redes pueden saturar plataformas, distorsionar métricas y servir para actividades de manipulación digital.
Aunque el uso de bots y cuentas automatizadas no es nuevo, el modelo de Doublespeed amplía la escala y plantea riesgos mayores. Entre los problemas que se han señalado se encuentran:
Para usuarios comunes, la presencia de campañas masivas automatizadas puede significar una experiencia de redes menos auténtica, de conversaciones manipuladas y de contenido promovido sin transparencia. Para las plataformas, este modelo representa un desafío de moderación masiva, pues las reglas de spam, bots o cuentas automatizadas se deben aplicar a redes cada vez más sofisticadas.
Doublespeed promete “millones de interacciones sin descanso”, lo que puede rendir económicamente, pero también plantea la pregunta: ¿qué tan visible, legítima y regulada será esa influencia digital?
