



Desde una cocina en Miami, un argentino decidió llevar un pedazo de su tierra al paladar del mundo. Así nació Empanet Empanadas Express, una marca que transformó la nostalgia por la comida casera en un modelo de negocio exitoso, expandiéndose por Florida y planeando franquicias en Estados Unidos. Con pasión, rigor y sabor, Diego Lanzi demostró que la empanada puede ser el nuevo ícono latino de la comida rápida congelada.
“Para los que estamos fuera, una empanada no es solo comida: es un pedacito de casa”, comenta Lanzi. La idea se consolidó en Miami, Florida, donde establecieron una planta que produce empanadas estilo argentino, adaptadas al exigente mercado estadounidense.
Empanet opera bajo la estricta supervisión de la USDA y la FDA, dos de los organismos más rigurosos en materia alimentaria en EE.UU. “La Florida tiene trece meses de calor al año, pero nada es imposible si haces las cosas bien”, afirma Lanzi, quien desarrolló un manual interno de procesos llamado Hazard Plan, donde se documenta cada paso del control de calidad y seguridad alimentaria.
Desde sus primeras producciones en 2002 hasta hoy, Empanet mantiene el mismo sabor. “Buscamos que la primera empanada que hicimos tenga el mismo sabor que la que producimos hoy”, explica su fundador.
La marca ofrece empanadas congeladas listas para hornear o freír, pensadas para retail y food service. Se venden en supermercados, hoteles y bares de Tampa, Clearwater y St. Pete, con empaques de cuatro unidades y presentaciones para consumo rápido.
Además de su empresa, Lanzi publicó un libro donde comparte su experiencia como guía práctica para otros emprendedores gastronómicos. “El secreto no está en el horno, está en la pasión con la que haces las cosas”, dice. En su visión, la clave es combinar la técnica con el alma: “Nosotros sabemos lo que hay dentro de cada empanada. Cuando tu madre cocinaba, también lo sabías. Eso es lo que tratamos de conservar”.
Para Diego, el éxito de Empanet radica en combinar “la pasión del latino con el orden del norteamericano”. Según el empresario, “si lográs esa conjunción, todo funciona mejor”. La estructura y disciplina que aprendió al emigrar se sumaron a su instinto emprendedor, forjado en la volatilidad económica argentina. “Nosotros aprendimos a levantarnos rápido después de una caída”, señala.
Mientras muchas empresas comienzan con una tienda y luego crecen, Empanet hizo lo contrario: primero construyó una planta capaz de abastecer a futuros locales y franquicias. “El estadounidense busca consistencia. Si come una empanada hoy y le gusta, espera que mañana sepa igual”, explica Lanzi.
Esa consistencia le permitió expandirse de forma sostenida y mantener un crecimiento de más del 500 % en menos de tres años, según cifras internas de la compañía.
Empanet ya planea abrir dos locales propios en Tampa y St. Pete, además de iniciar su expansión bajo el modelo de franquicias latinoamericanas. “Queremos que cualquier argentino o latino pueda tener su propio local y vivir de esto. Es un producto con identidad, como los tacos para los mexicanos”, afirma Lanzi.
Su visión es que la empanada siga el mismo camino que el taco: convertirse en parte de la gastronomía estadounidense.
Cuando se le pregunta por su momento de mayor aprendizaje, Lanzi responde sin dudar: “Aprendo todos los días. Siempre hay algo que incorporar, incluso del inspector de planta”. Para él, el secreto está en la humildad de reconocer que el crecimiento viene de la mejora constante y del respeto a los procesos.
El fundador también comparte su filosofía con las nuevas generaciones. “A mis hijos les enseño que si no entienden el negocio, lo pierden. El trabajo se aprende haciendo”, dice. Sus hijos, Catalina y Maximiliano, ya colaboran en la planta familiar, asegurando que el legado se mantenga.
Si pudiera hablar con su yo de hace 20 años, Diego le diría: “Dale tiempo al tiempo. Las cosas llegan cuando estás listo para manejarlas”. Su consejo resume el espíritu de Empanet: constancia, paciencia y fe en que el esfuerzo diario, hecho con pasión, termina siempre dando fruto.
Empanet Empanadas Express es mucho más que una fábrica de alimentos: es una historia de perseverancia y de amor por las raíces. Su éxito en Estados Unidos demuestra que el talento latino puede competir a nivel global cuando se combina con rigor, calidad y propósito. Hoy, Diego Lanzi no solo vende empanadas, sino que exporta una parte de la identidad sudamericana, un bocado a la vez.