En la fotografía: De izquierda a derecha, Adalberto Flores – Kueski, Marc Segura – Play Business; Alejandro Moralesy Eduardo Porta – Econduce, y Joan Segura- Play Business.
Gracias al impulso sin precedentes a la creación de startups en México durante los últimos cinco años, el ecosistema emprendedor es hoy más maduro y abierto que nunca. Pero aún hay trabajo por hacer. La gran mayoría de los emprendedores todavía tienen pendiente incorporar en su ADN el escalamiento como un paso natural, pues sólo así podrán impactar más la economía del país con la creación de empleos y de una derrama económica de largo plazo.
“No basta con sólo crear startups. El tener compañías que puedan estar en la parte del inicio está bien y lo festejamos, pero si no están diseñadas y formateadas para tener este efecto de escala que les permita tener realmente una importancia en alguna industria o sector, de poco sirve”, dice enfático Vincent Speranza, director general de Endeavor en México, una organización internacional que busca estimular el crecimiento económico de mercados emergentes a través del impulso a emprendedores de alto impacto.
Las scaleups son empresas con un promedio de crecimiento anualizado de empleados (o del volumen de negocios) superior al 20% por año en un período de tres años y con 10 o más empleados al comienzo del período de observación, según la definición del Scale-up Institute del Reino Unido y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Este tipo de organización tiene etapas de desarrollo de negocios, está buscando crecer en términos de acceso a mercados, ingresos y número de empleados, agregando valor mediante la identificación y realizando oportunidades ganar-ganar para la colaboración con empresas establecidas. De ahí la importancia de impulsar este tipo de negocios.
Y no es que antes no hubiera existido un apoyo a los emprendedores de alto impacto, a los que pertenecen este tipo de organizaciones, sino que ahora se les ha dado un rol más activo, reconoce Susana Duque, directora general de Programas de Desarrollo Empresarial del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).
“Las empresas de alto impacto en etapa temprana o escalamiento son herramientas de generación de valor agregado y deben integrarse a las cadenas de valor y vincularse con el sector académico y productivo”, dice la funcionaria.
Aclara que esto no quiere decir que las empresas del tipo tradicional no sean importantes. Pero es prioridad la atención a los emprendimientos de alto impacto porque ayudan a impactar de manera inmediata a las necesidad de generación de empleos, que se estima que para 2030 habrá una demanda de más de 12 millones.
De 2013 a la fecha, según datos del Inadem, se han generado 1198 empresas de alto impacto en México. Hoy se cuenta con 36 aceleradoras certificadas, 49 incubadoras de alto impacto, 24 talleres de alta especialización y colaboración con 32 universidades que dan infraestructura y soporte a este tipo de empresas.
Vincent Speranza es optimista. Considera que los emprendedores están cada vez mejor preparados, tienen experiencia previa en los negocios y han aprendido de sus errores. Además, reconoce que México vive uno de los mejores momentos en materia emprendedora. “Creo que este año es el mejor que podemos tener para ver scaleups seguir creciendo y escalando”.
¿Estás listo para subirte de lleno al nuevo orden mundial que demanda una mayor sofisticación en los modelos de negocio? Atrévete a dar el salto; toma impulso y lleva tu startup al siguiente nivel.
