Había una vez en Italia, una influencer de moda llamada Chiara Ferragni. Con su encanto y estilo, había conquistado a casi 30 millones de seguidores en Instagram y se había convertido en un ícono de la moda. Pero un día, al acercarse la Navidad, Chiara se encontró en medio de un cuento no tan mágico.
Chiara, en colaboración con la empresa de pasteles Balocco, lanzó un pandoro navideño, un dulce tradicional similar al panettone. Prometieron que las ventas de estos pasteles irían en beneficio de un hospital infantil, un acto noble que encantó a sus seguidores. La gente se emocionó; comprar un pandoro de Chiara no solo significaba disfrutar de un delicioso postre, sino también contribuir a una causa caritativa.
Sin embargo, detrás de las brillantes luces de Navidad y los dulces sueños, se escondía una verdad amarga. La promesa de que las ventas beneficiarían al hospital infantil no era cierta. En realidad, Balocco había hecho solo un pago único de 50,000 euros al hospital, mucho antes del lanzamiento del pandoro de Ferragni.
Ferragni, con casi 30 millones de seguidores en Instagram, promovió un pandoro navideño, similar al panettone, alegando que las ventas beneficiarían a un hospital infantil. Sin embargo, se descubrió que esto no era cierto, lo que llevó a una disculpa pública por su “error de comunicación”.
Según el diario Corriere della Sera, tras recibir una multa de la autoridad de competencia de Italia, AGCM, Ferragni se disculpó y se comprometió a donar 1 millón de euros a un hospital pediátrico, pese a que inicialmente Balocco solo había hecho un pago único de 50,000 euros al hospital antes de lanzar el producto.
La influencer ha sido objeto de críticas significativas, incluyendo comentarios de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien indirectamente cuestionó el papel de los influencers en la promoción de productos caritativos.
Ferragni enfrenta una multa de 1.075 millones de euros, reporta La Stampa, mientras que Balocco ha sido multado con 420,000 euros por su papel en el engaño.
La influencer expresó su intención de apelar la multa, calificándola de “desproporcionada e injusta”. Además, prometió que si logra una reducción en la multa, aumentará su donación por un monto equivalente al descuento.
Así, la historia de Chiara Ferragni y los pasteles de Balocco se convirtió en un recordatorio sobre la importancia de la honestidad y la transparencia, especialmente en iniciativas que involucran actos de caridad. Un cuento de Navidad que dejó una lección valiosa, no solo para Chiara sino para todos en el mundo de las redes sociales e influencia.
