La mayor búsqueda del monstruo del lago Ness en más de 50 años arrancó este sábado con cerca de 200 voluntarios. Los participantes están usando drones, cámaras infrarrojas y hasta un hidrófono para detectar señales de vida del críptido más famoso del mundo.
El personal del centro Loch Ness (LNE, por sus siglas en inglés) se unió a una empresa de investigadores independientes en la localidad de Drumnadrochit en Escocia.
Los especialistas utilizaron tecnología de punta como un barco con hidrófono para detectar señales acústicas en el agua.
“Tuvimos, creo, más de 250 solicitudes. Hoy hemos confirmado 100 voluntarios y mañana serán 95 voluntarios”, declaró este sábado Allan McKenna, jefe del equipo de investigación especializado en el comportamiento del famoso lago Ness.
El especialista está claro que un descubrimiento real del críptido es poco plausible, pero quiere investigar qué ha hecho tan especial a este cuerpo de agua.
Si bien el equipo aún no ha anunciado los resultados del fin de semana, han salido a la luz algunos detalles de la búsqueda. De acuerdo con el sitio IFL Science, el viernes, mientras el equipo de investigadores y voluntarios se preparaba, supuestamente escucharon algunos ruidos prometedores provenientes del lago. Supuestamente el equipo detectó cuatro “gloops” o sonidos acuáticos distintivos.
“Todos nos emocionamos un poco”, dijo McKenna a la BBC. “Corrí para asegurarme de que la grabadora estuviera encendida”.
Pero todavía no hay que emocionarse demasiado. La mayoría de los avistamientos anteriores han resultado ser engaños u otros animales confundidos con el monstruo, o, a veces, una proliferación de algas y zooplancton, dice el sitio especializado en ciencia.
La historia del Nessie, – nombre cariñoso que los fans dan al monstruo escocés -, se remonta a siglos atrás, pero ganó prominencia en el siglo 20. Se cree que en el lago Ness, ubicado en las Tierras Altas de Escocia, habita una misteriosa criatura acuática.
Los informes modernos de avistamientos comenzaron a surgir en la década de 1930. Se describía al monstruo como una criatura de gran tamaño, con una cabeza similar a la de un reptil y un cuello largo que emergía del agua. A medida que los avistamientos de un animal parecido a un plesiosaurio aumentaban, el interés público creció.
En 1934, una famosa fotografía conocida como “la fotografía del cirujano” mostraba lo que parecía ser el cuello y la cabeza de Nessie saliendo del agua. Sin embargo, décadas después se reveló que esta imagen era un engaño.
