Seguramente todos hemos pasado por situaciones poco agradables con una empresa, ya sea porque el servicio que nos dieron no fue el que pagamos, porque el producto no cumplió con lo prometido o simplemente la atención dejó mucho que desear.
Tal vez esto nos llevó a preguntarnos si existe otra manera de hacer las cosas; si es así, ¿cuál es la mejor manera? Esta dichosa pregunta ha sido el origen de muchos emprendimientos y grandes innovaciones en diversas industrias, y la de la salud no es la excepción.
La crisis sanitaria ocasionada por la pandemia le abrió el camino a esta industria para utilizar la tecnología, y no hay marcha atrás. Los especialistas de la salud empezaron a migrar hacia el mundo digital; sin embargo, algunas empresas malintencionadas se aprovecharon de las necesidades tanto de los especialistas como de los pacientes para recurrir a prácticas deshonestas y exprimirles los bolsillos.
Las quejas de miles de usuarios fueron un claro indicador de que aún había un mundo de posibilidades por explorar, es decir, había una gran oportunidad de crear una respuesta definitiva a la dichosa pregunta.
Ahora bien, en una industria que evoluciona constantemente, ¿cómo es posible que exista una respuesta definitiva para algo tan subjetivo como «la mejor manera de hacer las cosas»? La respuesta es simple: la mejor manera de hacer las cosas es subjetiva y depende de cada persona.
¡Qué rollo! Apolo vino para hacerlo diferente y ha demostrado ser la mejor manera de hacer las cosas para todos los especialistas de la salud: tal parece que Apolo es la respuesta definitiva.
Tras ver una brecha en el mercado, se buscó una manera creativa y eficiente de resolver lo que otros no habían podido y, sobre todo, de valorar la calidad humana que distingue a este sector que juega un papel fundamental en nuestra sociedad. Así surgió Apolo, un proyecto mexicano que revolucionó completamente la industria de la salud. Desde su inicio, competir con empresas reconocidas le representó grandes retos para mantenerse a flote; fueron años de prueba y error, de aprendizajes y experiencias.
Apolo ha demostrado la firme determinación de hacer las cosas de diferente manera con una forma innovadora y única de solucionar los problemas reales que tienen los especialistas de la salud en su día a día. Apolo es el único expediente clínico digital que lo tiene todo y llegó para quedarse, ya que le permite a cualquier especialista de la salud administrar y gestionar su clínica o consultorio de la mejor manera, su manera.
La respuesta definitiva a la dichosa pregunta pudo materializarse. Apolo ha dado frutos y, lo que hace años fue solo un sueño, hoy es una realidad. Los usuarios de Apolo facilitan sus tareas administrativas y operativas gracias a su diseño intuitivo y personalizable; incluso los especialistas que dicen ser enemigos de la tecnología lo utilizan diariamente.
Apolo sigue creciendo y es un claro ejemplo de que sí es posible hacer las cosas bien; y no solo hacerlas bien, sino de la mejor manera.
¿Y qué hay de ti? Si tú también te has hecho la dichosa pregunta, ¿qué esperas para crear la respuesta? El camino del emprendimiento no es sencillo, pero vale el esfuerzo.
