



Para crecer y alcanzar todo lo que te propongas, primero debes conocerte a ti mismo: tus puntos fuertes y debilidades, tus objetivos y oportunidades, tus hábitos tóxicos y exitosos. Tienes que evaluar tu experiencia: los lugares y situaciones en donde has estado, los triunfos y fracasos, el aprendizaje obtenido y la manera en que ha mejorado tu vida; así como tu presente: lo que sucede en tu vida personal, familiar, laboral y social. De otra manera será muy difícil establecer un camino recto hacia dónde deseas dirigirte, y las vueltas en “U” serán continuas. Ésa es la única manera para conseguir tracción y seguir desarrollándote a ti mismo con impulso, pasión, disciplina, esperanza y diversión.
Cuanto más consciente seas tomarás mejores decisiones y obtendrás mejores resultados.
Al respecto existen tres tipos de personas:
a. Están confundidas y no tiene propósito ni dirección.
b. Hacen unos pinitos por aquí y otros por allá.
a. Viven frustradas.
b. Se enfocan en lo que no tienen o en lo que les hace falta.
a. Viven realizadas.
b. Se conocen a sí mismas.
c. Su pasión es alta.
d. Se enfocan en el propósito.
Si quieres cambiar y crecer, debes conocerte y aceptarte como eres, ¡antes de comenzar a edificar! Las siguientes nueve preguntas te ayudarán a aclarar tu situación, tomar mejores decisiones y trabajar en el proceso de crecimiento para conseguir lo que te propongas:
Recuerda que uno de los mayores riesgos del crecimiento personal es que lo entiendas, pero no lo hagas. Por el simple hecho de estar leyendo estas líneas demuestras ocupación e interés en crecer tu persona; tienes la formación y estructura mental suficiente para entenderlo, ahora depende de ti ponerlo en práctica.