



Fenómenos como la migración, la digitalización o el auge de nuevos esquemas de trabajo han permitido que los equipos que conforman una empresa sean cada vez más diversos, y no solo hablando en términos generacionales o de contextos, ahora también de nacionalidades. Esto, sin duda está enriqueciendo a las compañías, aunque esto a su vez, implica también nuevos retos a superar.
Con las facilidades que ahora tiene el Internet y la posibilidad de trabajar desde cualquier parte del mundo, así como la falta de oportunidades en sus respectivas naciones, las personas están traspasando fronteras físicas y virtuales en búsqueda de un empleo digno que les permita seguir creciendo, es así como surgen los equipos multiculturales, es decir, aquellos conformados por integrantes provenientes de distintos países y, por lo tanto, culturas.
Estos miembros traen consigo una serie de valores, creencias, conocimientos, perspectivas o idiomas diferentes a los del resto del equipo, por lo que sus aportes son de gran valor para la empresa, que obtiene beneficios como:
Aunque es claro que hay ventajas importantes de tener en las filas a personas provenientes de diferentes países y culturas, esto también tiene ciertas implicaciones que hay que considerar y trabajar para evitar que se conviertan en un obstáculo, algunas de ellas son:
Un equipo multicultural enriquece tu empresa, nutriendo aspectos como la productividad e innovación; aprende a gestionar a ese talento “externo” que se suma a tus filas y aprovecha al máximo los beneficios de esta diversidad.