MÉRIDA, Yuc. El problema del Cambio Climático requiere de nuevas soluciones. Existen 200 trillones de dólares en capital que buscan proyectos, pero no están colocados para mover el capital y la innovación donde más se requiere, advierte Astrid Scholz, fundadora de Zebras Unite, una iniciativa para crear una cultura más inclusiva y ética en startups.

Durante la décima edición del Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto (FLII), celebrado en Mérida, Yucatán, la emprendedora explicó, “casi todos los problemas han sido resueltos por alguien, en algún lugar. El reto del sigo XXI es encontrar aquello que funciona y ampliarlo”. Y es que el Cambio Climático es un problema complejo que requiere una respuesta compleja, y que no se puede resolver de la manera en que lo hemos venido abordando.

“Los sistemas cambian tanto en una maratón como en un sprint. Con el Cambio Climático debemos movernos más rápido, no hay manera de aislarlo: necesitamos trabajar mejor y de manera conjunta”, apuntó.

Por eso resaltó la necesidad de colaborar exponencialmente y de diseñar un sistema que nos permita crear una infraestructura para abordar los problemas más apremiantes durante su ponencia Movilización de capital e innovación para acelerar la respuesta al Cambio Climático.

El diseño de los sistemas

Podemos construir soluciones a los problemas más apremiantes si compartimos la infraestructura, dijo Scholz al resaltar la necesidad de colaborar exponencialmente y diseñar un sistema que nos permita crear una infraestructura para abordar los problemas sociales más apremiantes, como el Cambio Climático. A continuación, los 10 principios:

1. Centrarse en el ciudadano. Diseñar para las necesidades de los participantes individuales y reconocer tanto su soberanía como su agencia.  Al colocar al individuo humano en el centro de la experiencia de diseño, nos aseguramos de que el sistema resultante trascienda las fronteras organizativas y políticas, y sirva al interés común de todos los humanos, en todas partes. La soberanía de los datos es imprescindible para los sistemas resilientes.
2. Equidad. Todos los participantes en el sistema son debidamente reconocidos, atribuidos y valorados.
3. Adaptables. Debemos enfocarnos en el desarrollo de acuerdos mínimos viables y productos mínimos viables, e iterar sobre la base de los comentarios.
4. Distribución. La centralización de datos es una de las principales causas de disfunción en el mundo del impacto social.  Un enfoque distribuido tanto para el intercambio de datos como para las interacciones del sistema utiliza tecnologías como Holochain para validar la creación de valor.
5. Ubicuidad. Las personas deben poder interactuar con el sistema independientemente de la ubicación física o digital, la tecnología, el ancho de banda u otros factores únicos de su contexto.
6. Modular. Al desarrollar una infraestructura que se moviliza a través de la capacidad agregada de toda una red, estamos construyendo un sistema que es altamente resistente, adaptable y escalable.  La modularidad permite que las herramientas, aplicaciones y servicios individuales funcionen de manera independiente, colaborativa y cooperativa, asegurando la viabilidad tanto del sistema como de sus componentes individuales.
7. Escalable. Para que el sistema sea escalable, debe funcionar en configuraciones de ancho de banda bajo y permitir la operación asincrónica y la actividad fuera de línea.
8. Interoperabilidad . Las plataformas y los datos deben ser interoperables con todas las demás plataformas y bases de datos adyacentes. Aquí, lo más importante es resolver el problema de la soberanía de los datos.
9. Medible. El sistema debe estar diseñado de tal manera que el flujo de valor sea cuantificable, apoyando a una mejor toma de decisiones y flujos de capital.
10. Inversible. Debe ser posible asignar un valor monetario al menos a parte del valor creado dentro del sistema. Esta es la única forma en que el nivel necesario de capital financiero puede aplicarse a problemas perversos.