Jaime Salinas está convencido de que para que evolucione un negocio debe institucionalizarse, adoptar las mejores prácticas y acercarse a los fondos de capital privado. “Si realmente estás pensando en crecer, abrir una planta nueva o comprar a uno de tus competidores, primero piensa en grande”, afirma el presidente de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap).
Este organismo agrupa a alrededor de 50 fondos que buscan invertir un promedio de US$15 millones cada uno en empresas que tengan un crecimiento anual en ventas del 20 por ciento. La ventaja de optar por esta forma de financiamiento es que “somos capital de riesgo y con nosotros vas a tener un capital estable, no te vamos a cobrar intereses ni a pedir garantías y tendrás un socio a mediano plazo”, afirma el también inversionista.
La industria está en un momento de transición, dados los cambios a la regulación que permitieron a las Afores invertir en fondos de capital privado en 2009. Además, los empresarios mexicanos empiezan a entender lo que es este capital y se dan cuenta de que realmente es una opción. La industria ha crecido de manera importante. En 2003 había en México aproximadamente 10 fondos de capital privado y hoy hay más de 50 que administran alrededor de $35,000 millones.
Ante todo debe articular su idea. Es importante que tenga un plan de negocios , que establezca dónde quiere llegar, cuánto necesita invertir, quiénes son sus compradores y definir cuánto quiere crecer. Sin embargo, para que una compañía crezca a dos dígitos los próximos cinco o seis años necesita algo más que capital. Lo ideal es que además se puedan apalancar con un crédito bancario para financiar ese crecimiento.
En donde hay menos monopolios. Por ejemplo, en el educativo, de salud, farmacéutico y de consumo. Este último es muy amplio pero se encuentra separado en varios nichos.
El más importantes es tener recursos para invertir y que seamos capaces de venderle al empresario que el capital emprendedor es una opción de financiamiento para ellos. Pero también necesitamos más promoción, ya que es posible que el empresario no sepa que existimos. Por parte del empresario el reto está en cumplir con las mejores prácticas, que haya más transparencia y que formalicen su empresa, ya que cuando comenzamos a hablar de el establecimiento de un consejo o de Gobierno Corporativo es cuando empieza a haber más resistencia.
