



Todos los puestos en una compañía tienen sus lados dulces y costados amargos, y según el escalón de la pirámide en el que te encuentres también variará la intensidad de aquellos. Seguramente si ocupas una posición jerárquica en una organización ya te habrá tocado o en algún momento llegará, la obligación de decirle a un colaborador algo negativo.
Los ejemplos más típicos son cuando debes explicar por qué el ascenso lo logró otra persona y no él; el momento de una desvinculación ; el traslado a una sucursal distinta o la modificación sustancial en sus tareas. Todas estas son situaciones capaces de generar malestar en los líderes, y de hecho no son pocos los que renuncian a asumir dicha responsabilidad justamente por no sentirse con los suficientes recursos para afrontar hechos de esta naturaleza.
Mi recomendación es que prestes atención a estas sugerencias, y que las apliques para mejorar tu eficacia como Líder.
Por otra parte, la despersonalización es vital para quitarle compromiso afectivo a la faena. Cuando los sentimientos están demasiado involucrados, la posibilidad de la pelea y el disgusto es un riesgo cierto.