Se burlaban de él, pero hoy factura 8 millones de pesos al año con su funeraria para mascotas

Se burlaban de él. Decían que estaba loco por querer crear Funeral Pet. Que era un tonto. Los veterinarios le aventaban la puerta. Éstas y muchas críticas más recibió Alejandro García Rangel cuando tenía 28 años y soñaba con tener una funeraria para mascotas. “Cuando ofrecía mis servicios la gente se reía, me decían que nadie me iba a comprar”, señala.

A pesar de todos los detractores, en 1998 arrancó con su idea. Claro que en aquel entonces, hace 20 años, las cosas eran diferentes y no existía el boom actual en torno a las mascotas. Por eso los primeros cinco años de Funeral Pet, la empresa de Alejandro, fueron los más complicados, aunque gracias a eso se volvió un emprendedor resiliente y logró que confiaran en su emprendimiento. Su negocio pasó de tener tan sólo un client e el primer año de funcionamiento a cerrar 2018 con 20 servicios diarios y facturar alrededor de 8 millones de pesos.

Creciendo con una funeraria llamada Funeral Pet

Desde Morelia, Michoacán llegó en taxi para incinerar a su gallina. Tocó la puerta de Funeral Pet y en su brazos cargaba a la que fuera su mascota; lo único que les pedía era que le ayudaran a darle una despedida como se merecía. En menos de una hora, la señora viajaba de regreso a su estado de residencia con las cenizas de su ave.

^{Imagen: Emprendedor.comImagen: Emprendedor.com}

Historias como ésta –de muchas más anécdotas– hacen que Alejandro se dé cuenta que haber emprendido con este negocio ha valido al pena. Alejandro García es ingeniero industrial. Como muchos otros jóvenes, amaba a su familia – que se dedicaba a los servicios funerarios– y entre sus miembros había un perro. El canino era una fuente inagotable de cariño y diversión para todos en casa, sin embargo, eso terminó cuando su compañero peludo falleció.

Como muchas personas antes que él, Alejandro buscó darle la despedida más digna a su perrito, pero se dio cuenta de que en el Valle de México había una severa escasez de servicios de calidad para el manejo con dignidad de restos animales.

“Buscamos un lugar donde pudieran cremarlo, pero no lo encontramos. Fue ahí que detectamos la necesidad de otorgar este servicio de manera profesional”, expresa Alejandro, quien incluso tuvo que comprar la urna para Lucky en Estados Unidos porque no existía una buena oferta en México.

Lejos de desanimarse por la experiencia, el joven aprovechó la inspiración de esta pérdida y, usando la experiencia que había adquirido en el negocio familiar funerario, juntando sus ahorros y un préstamo, fundó Funeral Pet con 80,000 pesos. Su misión: dedicarse al trato respetuoso de los restos de mascotas, honrando su vida y despidiéndolos con amor.

Aunque a finales de 1998 sólo había otorgado un servicio, con ese bastó para que se empezara a correr la voz y los clientes fueran en aumento. La primera estrategia de marketing que implementó fue la aparición en la Sección Amarilla y regalar un imán a sus clientes para que éstos lo colocaran en su refrigerador. Ambas tácticas elevaron sus ganancias, los clientes comenzaron a llamarlo y a aceptar que la muerte de una mascota también es importante.

El proceso de decir adiós

El servicio de Funeral Pet arranca tras la muerte de una mascota. Los representantes de la funeraria le dan seguimiento a las necesidades de su dueño y le ayudan a escoger entre diversas opciones de cremación: comunitaria, para quienes no quieren mantener las cenizas de su animal de compañía; individual, para quienes quieren tener los restos de regreso en casa; y de resguardo, donde se guarda el cuerpo de la mascota reservar la cremación y la despedida para otro momento en el que esté toda la familia (como el fin de semana).

En cualquiera de los casos, Funeral Pet recolecta el cuerpo de la mascota en las clínicas veterinarias o domicilios particulares, traslada el cuerpo en carroza a sus instalaciones y la familia tiene la oportunidad de tener una pequeña despedida de su ser querido peludo.

^{Foto: Funeral Pet}

Luego de la cremación, los clientes pueden elegir entre diversos tipos de urnas. Para los más tradicionales hay cajas de madera con la fotografía de la mascota, pero también se puede acceder a contenedores biodegradables que al descomponerse dan paso a árboles, o cápsulas de arena salada y dulce para depositar en el mar o en ríos para que se degraden y se combinen con el suelo acuático. Incluso, si el dueño lo desea, se pueden comprar dijes o cápsulas para llevar las cenizas en un llavero o como joyería.

Actualmente, 12 de cada 20 cremaciones son para perros; el resto se divide entre gatos, conejos, iguanas, hámsteres, aves y otros animales pequeños. “Sin embargo, también hemos atendido changos, gorilas y hasta leones”.

Para Alejandro, los perros siempre han sido una fuente inagotable de enseñanzas. Hace algunos años perdió a otro perro, algo que causó conmoción en su casa. Está vez ya contaba con Funeral Pet, pero se dio cuenta de que su servicio podía mejorar en la atención de un sector de sus clientes que estaba olvidando: los niños.

^{Imagen: Emprendedor.com}

El emprendedor notó que muchos padres de familia preferían que se diera la cremación rápida del animal mientras sus hijos se encontraban en la escuela. Después, les decían que la mascota había escapado o se había ido a casa de parientes lejanos. El niño, entonces, se quedaba a la espera del regreso de su amigo animal. “La pérdida de una mascota suele ser el primer acercamiento de un niño al duelo por un ser querido y se debe manejar bien”, afirma.

Luego de este hallazgo, el emprendedor decidió que su servicio debía ser más completo y comenzó a ofrecer opciones de acompañamiento, conexiones con especialistas en tanatología y un espacio especial para los pequeños dentro de sus instalaciones. Así, los niños que visitan Funeral Pet pueden colorear, distraerse y hasta escribirle una carta de despedida a sus compañeros de juegos y vivir el proceso de separación de una manera más sana.

Ecología y futuro

Por cinco años guardó a su perro chihuahua en un congelador. La señora no confiaba en que sus hijos fueran a cremar a su mascota pues ella pensaba que le entregarían las cenizas de “otra cosa” por lo que decidió esperar que encontrar el lugar adecuado para decirle adiós a su perro. Y lo encontró, aunque tardó años en llegar a Funeral Pet.

Esta historia que para muchos sonaría rara representa para Alejandro un área de oportunidad con impacto social, en primer lugar porque se le da una despedida indicada al animal y en segundo porque ayudan al medio ambiente.

“Anteriormente cuando la gente no tenía espacio en la casa iba a los jardines a sepultarlos, pero luego de la sepultura se produce una putrefacción y eso se va al subsuelo y al aire. La cremación en cambio es un servicio 100% ecológico en el cual damos esa solución para que no se contamine el ambiente”, detalla el emprendedor.

Tras 20 años, Funeral Pet es ahora el negocio número uno en México y en América Latin a en servicios funerarios para mascotas. Es líder del mercado y, aunque ya probó la parte de las franquicias, es un asunto pendiente que no se ha logrado concretar por una razón: no es fácil instalar un crematorio.

Hoy su principal reto es lograr expandirse los próximos dos años para cerrar 2021 con dos sucursales más. Además de que buscará crear el primer mausoleo para mascotas en Ciudad de México.

¿Cuál es el éxito de un servicio tan doloroso como la cremación de los animales de compañía? Alejandro entendió que perder a una mascota causa uno de los dolores más complejos de manejar para cualquier persona: no se trata de la muerte de un ser humano, pero definitivamente es la partida de un ser querido. Por eso, debes ofrecer un trato digno, responsable y realmente preocuparte por atender las necesidades físicas y emocionales de tus clientes. A pesar de que se burlen de ti o te llamen loco.

^{Con información de Martha Violante}