



Últimamente en distintos medios de comunicación no especializados, al intentar explicar la situación económica mexicana actual utilizan indistintamente palabras que tienen significados distintos, me refiero a las palabras como crisis, recesión, estancamiento y depresión. Esto causa un efecto negativo en la confianza sobre el futuro de la economía del país por parte de consumidores e inversionistas.
Por esta razón, a continuación revisaremos la definición de ocho términos que vale la pena conocer, además de algunas recomendaciones para emprendedores cuando las circunstancias económicas del país no son del todo favorables.
Este término se refiere a todos los productos y servicios que un país produce en un año, cantidad expresada en términos monetarios. Este término es importante, ya que los demás conceptos tienen que ver con la manera en que se comporta este número. Según datos del Banco Mundial, México actualmente está en el puesto número 15 de 194 países a nivel global medido por su producto interno bruto.
Este concepto describe una serie de fases del comportamiento de la economía de un país por las que atraviesa, como su nombre lo dice, cíclicamente, movimientos que se reflejan en el aumento o disminución del producto interno bruto.
Las fases del ciclo suelen ser fundamentalmente cuatro, El ciclo comienza con una fase de expansión o recuperación, llega a una cima o auge, después pasa a una fase de recesión o contracción y finalmente cae hasta un fondo o depresión. Naturalmente los auges o fases de prosperidad no tienen por qué ser siempre del mismo nivel, ni las fases recesivas tienen por qué desembocar siempre en una depresión.
Fase del ciclo económico de mayor crecimiento donde ya se está creciendo por encima del nivel donde comenzó su descenso en el ciclo anterior.
Suele significar una fase de crecimiento negativo con respecto del producto interno bruto de por lo menos 2 trimestres consecutivos, a partir de los cuales se acepta formalmente una recesión.
Esta palabra en economía se utiliza para describir un cambio brusco y momentáneo de la actividad económica o de los índices bursátiles que dura muy poco tiempo pero con consecuencias graves.
Este es un periodo largo de bajo crecimiento pero sin que llegue a ser crecimiento negativo.
Esta refleja crecimientos fuertemente negativos durante un período largo de tiempo.
Cuando la economía comienza de nuevo a subir y hasta alcanzar el nivel en que se encontraba hasta antes de la recesión.
Existen muchas variables dentro de la fluctuación de los ciclos económicos de un país, factores tanto endógenos como exógenos y hasta variables no económicas como ciclos políticos, inestabilidad social, nuevas tecnologías o desastres naturales, y todos sabemos o al menos intuimos que las consecuencias de una recesión o una crisis significan en algún grado apretar los cinturones.
En el caso actual de México no se puede hablar, de momento, de recesión si no de bajo crecimiento que puede desembocar, en el peor de los casos, en una pequeña recesión y en el mejor de los casos en un estancamiento que podría durar los próximos años, para después comenzar de nuevo la fase de recuperación y expansión, pero de ninguna manera se puede hablar de crisis.
Sin embargo, algo a considerar en economías como la mexicana es el factor psicológico, que es fundamental para determinar cuál puede ser el resultado final. Tanto en los períodos de prosperidad como de depresión el resultado final tiende a coincidir con las expectativas. Por ello, hay que ser conscientes de la fase por la que atravesamos y tratar, cada uno desde su trinchera, de evitar que vaya a mayores.
Existen tres grandes ámbitos, el mundial, el nacional y el familiar o individual. En el sector global no tenemos prácticamente injerencia, en el nacional tenemos el derecho y responsabilidad de ser buenos ciudadanos y exigir a las autoridades un buen desempeño, y en lo familiar o individual tenemos la obligación de entrenarnos en el uso del dinero.
Y como decía Albert Einstein, “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones”.